El 14 de mayo de 1980 ocurrió uno de los genocidios más grandes en la historia de El Salvador conocida como la Masacre del río Sumpul, donde efectivos del Ejército Nacional salvadoreño y la Guardia Nacional, así como paramilitares de la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), ingresaron al asentamiento de civiles “Las Aradas”, en la cercanía del afluente en el departamento de Chalatenango, e irrumpieron con balas, asesinando a más de 600 personas.
Por ello, cada año, alrededor de 400 personas caminan por los senderos montañosos que llevan al lugar donde ocurrió la masacre para conmemorar a las víctimas.
Una de las sobrevivientes asegura que año con año asiste a dicha caminata, ya que vivió en carne viva los acontecimientos de 14 de mayo. Fidelina Menjívar, una anciana que con sus ojos llenos de lágrimas recuerda cada momento vivido mientras huía de El Salvador hacia Honduras.
“Mire, yo corría; aún embaraza, sentía cómo caían las balas por mis pies. Lo cruel fue ver a tanto niño y mujer muerta. Los atravesaron con las cuchillas mientras los tiraban al aire, y el Sumpul se miraba rojo de tanta sangre. Eso fue horrible”, expresa la sobreviviente con voz entrecortada.
La conmemoración número 38 del aniversario de la masacre, según la población local, parte de la intención de no olvidar un acontecimiento tan “brutal” para la memoria de El Salvador.
La representante de la Coordinador de Comunidades Rurales (CCR), Miriam López, acentúa la necesidad de conmemorar a los caídos durante dicha matanza.
“Hace 38 pasó la masacre del Sumpul; murieron mujeres niños y niñas que fueron acorraladas en Las Aradas. Se conmemoran para que nuestros hijos e hijas, y las nuevas generaciones conozcan qué pasó en 1980. Todas las personas que murieron eran civiles. Se debe conocer esta historia de El Salvador, de Chalatenango, de las Aradas, del Sumpul”, enfatizó López.
Las actividades culminan con una misa donde los sobrevivientes cuentan a detalle lo ocurrido en el genocidio donde se vieron vinculados militares salvadoreños y hondureños para asesinar a las 600 personas de Las Aradas, Chalatenango.
Al final, los supervivientes mencionan a los responsables de la masacre de manera simbólica para reconocer a los perpetradores del acto de lesa humanidad: el coronel Eugenio Vides Casanova, coronel Juan Rafael Bustillo, coronel Ricardo Augusto Peña Arbaiza, coronel Mario Adalberto Reyes Mena, y el doceavo batallón de Infantería Santa Rosa de Copán, Honduras.