Crear una infraestructura carcelaria que permita albergar a más de 17 mil privados de libertad, es uno de los desafíos a futuro que pretende el Gobierno para minimizar la grave sobrepoblación que afecta los centros penales del país, indicó este miércoles el director de la Dirección General de Centros Penales (DGCP), Rodil Hernández.
“Tratamos de establecer una hoja de ruta clave y definida en lo que denominamos una revolución del sistema penitenciario y conformar una nueva estructura que nos de control, orden y seguridad para haya reinserción e integración en la sociedad. (“¦) Las políticas públicas para el sistema deben ser integrales”, dijo el director.
En El Salvador, uno de los países más violentos del mundo, se capturan un aproximado diario de 89 presuntos delincuentes. Según datos de la Policía Nacional Civil (PNC) en 2015 se capturaron a 33.333 pandilleros; en lo que va de 2016 se reportan 23.562 capturas, quienes son albergados en bartolinas y posteriormente, según resolución de Tribunales, a las cárceles.
Ante esto los centros penitenciarios se encuentran sobrepoblados en un 367%; más de 35 mil reos se encuentran pagando condenas y el espacio tiene capacidad para ocho mil personas. El 31.96% de presos tienen entre 18 y 25 años, el 42.23% entre 26 y 35 años, el 16.38% entre 36 y 45 años y el restante 9.43% más de 45 años, de acuerdo a datos oficiales.
En consecuencia, Hernández asegura que el Gobierno está apostándole, como nunca, al sistema carcelario con un plan de acción que permita descongestionar la problemática.
“Hemos creado un sistema informático para lograr un mayor control en penales, hemos creado un CDI en la granja de Izalco para albergar a los hijas de las internas, se está trabajando en el Complejo de Izalco fase II y III para abrir nuevos espacios y más de 450 internos trabajan en proyectos de apoyo a la comunidad”, detalló el funcionario.
El hacinamiento carcelario, según una demanda de inconstitucionalidad interpuesta el pasado 3 de junio por la Corte Suprema de Justicia (CSJ), apunta que en el sistema se quebrantan derechos a la integridad personal y salud de los privados de libertad.
Según la sentencia, se determinó que ante la sobrepoblación en penales, los reos están sufriendo enfermedades mentales, hongos en la piel, dolor de espalda porque duermen en el piso, malos tratos y golpes pro los agentes y falta de comida y agua.