El cronista salvadoreño por excelencia Don Arturo Ambrogi apodó a la ciudad de San Salvador como: La Estruendópolis. Y hoy más que nunca sus palabras tienen vigencia. Desde Diego de Holguín en el siglo XVI hasta hoy, la ciudad se ha hecho a costa de conquista, independencia y República, luchas por su dominio y control en medio de desastres naturales que la han tumbado.
Ernesto Muyshondt asumió la silla edilicia el pasado 1ro. De mayo, ante grandes retos de una ciudad con miles de problemas, de naturaleza indómita, como siempre se enfrentará a saldos rojos producto del gasto de la pasada administración y porque no decirlo, también acarreando deudas o compromisos de otras administraciones.
En campaña, el alcalde Muyshondt hizo trabajo territorial exhaustivo así lo proyectaron sus redes sociales. Sin embargo, dentro de sus planes, muy poco se habló sobre desarrollo sostenible o sostenibilidad de la ciudad. Con eso no quiero decir que el tema se excluyó de su propuesta, pero vale la pena ahora que ya tomó las riendas de San Salvador se retome la iniciativa que beneficiará a todos los capitalinos.
El tema de la movilidad de las personas es muy importante, según el BID una persona promedio en América Latina pasa por lo menos 4 horas semanales en el tráfico. En nuestro país se han expuesto varios proyectos como el Metrobus en la administración de Norman Quijano y luego el mal diseñado proyecto del SITRAMSS, donde se habló de un proyecto integrado y se dejó fuera a las comunas por donde se construyó el carril segregado: San Salvador y Soyapango. En países latinoamericanos que han implementado este sistema de transporte las comunas son regentes y actores importantes del éxito de estos proyectos.
El tema de la movilidad es preocupante, la infraestructura peatonal como aceras y pasarelas es obsoleta, lastimosamente la Ciudad de San Salvador se ha adaptado al crecimiento del parque vehicular y no el parque vehicular a la ciudad, es casi imposible soñar con una ciudad que opte por la bicicleta como medio de transporte ante tanto irrespeto a los ciclistas por parte de los automovilistas.
Otro gran problema a parte de la inseguridad es la anarquía del sector informal que se apodera de las calles, poniendo objetos para controlar parqueos, obstruyendo la libre circulación, comedores o chalets que irrespetan la normas municipales y ambientales, que saturan los tragantes de basura, grasa, y desechos por tremendo descontrol.
La recolección de basura y la emisión de gases de efecto invernadero a la atmosfera, el control de las aguas residuales de la ciudad, es importante el reordenamiento de muchas industrias que están emigrando a zonas residenciales por la inseguridad, el descontrol de comercios y sitios nocivos para la salud mental de los jóvenes (lupanares y cantinas).
Señor alcalde, confiamos en que sabrá administrar y gobernar con disciplina y orden, pero recuerde que la sostenibilidad es parte del desarrollo de una ciudad, la Alcaldía debe gestionar sobre dicho tema.