Desde mucho tiempo antes de que se llevaran a cabo las elecciones de enero 2021, para elegir al nuevo presidente de los EUA, Trump había comenzado su red de intrigas para desvirtuar el posible resultado de las elecciones. Sabía que las iba a perder.
Para el caso, mandó Trump a Kiev, a su fiel escudero, Giuliani. Un personaje sin moral, o escrúpulos de alguna especie. Pero su intriga fracasó.
En forma mal diestra, desesperada, dado que saben que van a perder las elecciones para diputados, el bipartidismo ARENA-FMLN, quiere presentar una propuesta de destitución del presidente y del ministro de defensa, apoyándose en el Art. 131, apartado 20, de la vigente Magna Carta.
Pero exagerando la portada del intento se continúa con el discurso, que ha pervertido el debate político serio, y se pierde la perspectiva de los verdaderos intentos. En este caso, el bipartidismo actuando como Trump, su objetivo es desvirtuar el resultado de las elecciones.
Una maniobra diversiva que distraiga la atención política de maniobras de fraude de los cuales ARENA y PCN son maestros, con mucha experiencia a su favor, y se cree un ambiente de “retorno a los orígenes”.
Lo que se tiene que reforzar es el control neutral de las instituciones internacionales durante el período de la votación, para garantizar la validez de las elecciones. En todo caso, los salvadoreños ya decidieron a quién le darán su voto.