La leyenda del Liverpool y el lema “You”™ll never walk alone” (nunca caminarás solo) han agrandado su leyenda en las noches mágicas de la Champions tras derrotar por 4-0 al Barcelona, logrando así revertir el 3-0 de la ida en el Camp Nou y decir presente en su segunda final consecutiva.
Los catalanes llegaron a Anfield convencidos de que podían sepultar los fantasmas de la eliminación ante al Roma del año pasado, pero el peor escenario posible si hizo realidad y a penas al minuto siete ya se encontraban en desventaja en el marcador gracias a un gol de Origi.
Luego del 1-0, los de Valverde tuvieron la oportunidad de igualar las acciones por intermedio de Jordi Alba y Coutinho, que encararon solos a Alison Becker, pero el portero brasileño reaccionó de manera brillante en ambas acciones y los reds se marcharon al descanso con la ventaja a su favor.
Al volver del descanso, Klopp movió fichas y decidió sustituir al lateral izquierdo Robertson e incluir a un atacante más en el campo con el ingreso de Wijnaldum. Un movimiento que resultaría clave, ya que el neerlandés conseguiría primero el 2-0 al minuto 54, luego de rematar raso un centro de Arnold desde la derecha y dos minutos después se valió de otro gran servicio de Xaquiri desde la izquierda para rematar de cabeza el esférico y firmar el 3-0.
A partir de este punto, el cuadro español se quedó paralizado sobre el césped inglés. Situación que se vio reflejado en el cuarto tanto, ya que en un saque de esquina Arnold fingió ceder el cobro a otro compañero, pero rápidamente dio media vuelta para mandar el balón a punto penal donde apareció nuevamente Origi para fusilar a Ter Stegen ante la mirada estupefacta de la defensa azulgrana y sellar el definitivo 4-0 que los lleva a su segunda final de Champions consecutiva.
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