sábado, 5 octubre 2024

Almudena Bernabéu: “Por primera vez en 30 años tendremos justicia plena”

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Fueron 10 años de dificultades, para Bernabéu y compañí­a, desde que la Audiencia Nacional española admitió la causa penal contra los miembros de la Fuerza Armada.

Los tribunales internacionales conocen muy bien la perseverancia y el minucioso trabajo de Almudena Bernabéu. Su nombre remite a la lucha contra la impunidad empozada, a la lucha contra el olvido y el silencio. En su lista de tareas cumplidas está, ni más ni menos, haber puesto ante un juez a dos expresidentes que inspiraron el terror durante sus mandatos: Augusto Pinochet y Efraí­n Rí­os Montt. Esta abogada, que trabaja junto a un equipo de letrados que tienen la misma tenacidad, es la principal vocera en el juicio contra Inocente Montano, uno de los altos mandos militares salvadoreños involucrados en la masacre de seis jesuitas y dos colaboradoras de la UCA en noviembre de 1989.

Fueron 10 años de dificultades, para Bernabéu y compañí­a, desde que la Audiencia Nacional española admitió la causa penal contra los miembros de la Fuerza Armada. Estos militares propusieron, organizaron y mandaron a ejecutar la matanza contra Ignacio Ellacurí­a y otros sacerdotes españoles, más un sacerdote salvadoreño y dos salvadoreñas más: Elba y Celina. Pero el equipo que dirige Bernabéu fue más allá: lograron atar los cabos que unen al expresidente Alfredo Cristiani (1988-1992) con este crimen que se está juzgando en España como terrorismo de Estado. Ahora, va por el régimen del gobernante de Siria, Bashar Al-Assad.

En esta entrevista, Bernabéu recuerda los múltiples obstáculos que han tenido que superar. También recuerda que toda la información que han recopilado, toda la experiencia, están al servicio de la Fiscalí­a. De igual manera llama a la sociedad civil salvadoreña a persistir, a mantenerse con firmeza en las causas contra las violaciones de derechos humanos. La joven abogada, originaria de Valencia, sugiere estimular y exigir más a la Fiscalí­a, que a su juicio se ha perdido en cuestiones procesales en casos emblemáticos como el asesinato de san Óscar Romero. Lea sus reflexiones.

Por fin ha finalizado la fase de instrucción en el Caso Ellacurí­a y se aproxima una vista oral. ¿Cómo describe usted la importancia que tiene haber llegado hasta este punto?

Lo describirí­a como un gran “por fin”, después de todos los esfuerzos que se iniciaron en El Salvador, como sabes bien, desde el mismo momento del asesinato. Pero, sin lugar a dudas, la lucha que se hizo después: desde el IDHUCA, con el liderazgo de Benjamí­n Cuéllar y los jesuitas de aquel momento. Siempre se ha intentado. Se hizo todo lo posible para dos cosas: de alguna manera, eliminar una Ley de Amnistí­a que traicionó -desde nuestro punto de vista, y creo que desde el punto de vista de las ví­ctimas- al pueblo salvadoreño, y al mismo tiempo, buscar justicia. Entonces, digamos que en ese devenir, en ese camino de justicia, se da la oportunidad. A finales de abril de 2008, inició este proceso en España, teniendo en cuenta -creo que la gente es muy consciente- de las vicisitudes, que han sido duras. Nos reformaron la ley, por primera vez, en 2009. No digamos que acabó con el caso, pero sí­ lo limitó por el riesgo de perder algunos de los crí­menes. Incluso una de las calificaciones jurí­dicas nos la modificaron en 2014. Por supuesto, está la extradición de Montano, que yo creo que se puede considerar un éxito absoluto de la justicia de varios paí­ses puesta al servicio de los familiares y de las ví­ctimas. No ha sido un proceso sin obstáculos grandí­simos. Entonces llegamos a este momento donde solo nos queda responder ahora mismo, procesalmente hablando, a las cuestiones de previo pronunciamiento. Es una cuestión que tienen que ejercitar, lógicamente, los abogados de la defensa en este caso de Montano. Estamos a medio paso de que se abra la vista oral y que se celebre el juicio y se vuelva a presentar la prueba. Yo lo valoro como algo muy positivo: por primera vez en 30 años tendremos justicia plena. Podrí­a haber sido mejor, pero dentro de la circunstancias y, teniendo la pelea de tantos durante tanto tiempo, yo dirí­a que es una cosa excepcional.

¿En qué situación quedan los otros militares que habí­an incluido en la causa?

Los otros militares, si te recuerdas, fueron incluidos en el auto de procesamiento del 2011. Posteriormente se emitieron órdenes de búsqueda y captura, porque ninguno de ellos compareció de manera voluntaria. Entonces, hay un momento posterior. Incluso ellos se agazaparon en El Salvador: los hombres valientes que son estos militares. Se escondieron y se protegieron para evitar que los detuviera la policí­a salvadoreña. Luego hay un segundo momento, que a veces la gente olvida, y que yo creo que dice mucho sobre el juez Eloy Velasco y su compromiso también con la justicia. Cuando la Corte Suprema de El Salvador decide declarar nula o inaplicable la Ley de Amnistí­a (General, 1993) -que ahora intentan restablecer-, el juez Velasco incluso reemite una orden de busca y captura [de los militares involucrados en la matanza en la UCA], lo que no se hace.

Y fueron protegidos en un Gobierno de izquierda

Un Gobierno que nunca se opuso, pero que no facilitó ni exigió, digamos, más allá. Entonces, es interesante. Estas personas, hasta donde a mí­ me consta, nunca han respondido a nada. Sí­ que han buscado abogados y, en su momento, han sido asesorados. Pero bueno, desconozco hasta qué extensión. Permanecen dentro de El Salvador y, ¡vamos! Según un poquito la legalidad internacional, las órdenes de busca y captura con alerta roja, que son como las emitió nuestro juez -en aquel momento instructor-, Eloy Velasco, no caducan. Es una cosa que yo siempre cuento: estas personas, técnicamente, son personas que han sido nombradas parte de un auto nombrado, un auto de procesamiento; por tanto, [son personas] contra quienes existe todaví­a una orden de captura y van a tener que cuidarse si viajan a ciertos paí­ses, sin lugar a dudas

En términos prácticos ¿son prófugos de la justicia internacional?

Así­ es. En términos prácticos. Para ser más prácticos todaví­a: no todos los paí­ses. Porque no todos los paí­ses operan igual u observan de la misma manera las obligaciones de Interpol, pero técnicamente estas personas que, en aquellos paí­ses que son más cautos -incluyo Estados Unidos- estas personas aparecen en la lista de personas prófugas de la justicia. Así­ es.

Esta pregunta se la formulé porque, ahora que finalizó la etapa de instrucción, ¿será posible incluir nuevos elementos en el transcurso de las futuras vistas, las futuras audiencias?

Hay un margen. Es decir, la instrucción ha terminado completamente. Ya estamos en etapa de juicio y solo estamos con actuaciones procesales que son necesarias, según nuestra legislación. Nosotros no tenemos un sistema como el norteamericano. Hay unas cuestiones preliminares que no se agotan en juicio, sino anterior a que se abra la vista oral. Estamos en esa fase y sí­ que hay un espacio, no muy amplio, pero sí­ hay espacio para presentación de nueva prueba -que nosotros hemos incluso propuesto en nuestro escrito de acusación- y que se puede elevar en sala, es decir, que se puede presentar durante la vista oral.

Foto: Juan José Dalton

Si hay algo en esta (nueva) ley que toque el caso del crimen contra los jesuitas, ¿tendrá algún efecto sobre el proceso en España, el Caso Ellacurí­a?

No. Las leyes de amnistí­a que promuevan en El Salvador no tienen vigencia internacional ni tendrán vigencia para España. Entonces, no entiendo cuál serí­a el súplico, cuál serí­a la petición. También El Salvador es miembro de organismos internacionales y ha suscrito convenios. Yo lo digo esto cada vez: tiene obligaciones internacionales como cualquier Estado. Yo no conozco al actual presidente de El Salvador, pero imagino que no querrá empezar de cero. Hay obligaciones que ha contraí­do el Estado, ha suscrito convenios y tratados. Entonces esta nueva ley de amnistí­a -que ya te digo: la desconozco- es una ley de amnistí­a que no puede contravenir esas obligaciones internacionales; o sea, habrá que esperar a que esta Ley de Amnistí­a haya sido aprobada. En todo caso no es vinculante para ningún otro Estado que no sea el salvadoreño. Yo entiendo que no afecta el proceso en Madrid.

¿Qué posibilidades hay que incluyan la sanción por las ví­ctimas salvadoreñas y que eso eleve la condena total a 240 años?

Sí­. Es una cuestión muy importante para nosotros, para las acusaciones particulares y populares. Pero tenemos criterio, y creemos firmemente y vamos a argumentarlo fehacientemente ante el tribunal, que si un crimen acarrea ocho ví­ctimas e independientemente de la nacionalidad, el color de pelo, de los ojos, de otras cosas que tengan esas ví­ctimas… La base jurisdiccional ya está establecida. En este caso son los cinco jesuitas de nacionalidad española. Las otras tres ví­ctimas son dos mujeres y otro sacerdote de origen salvadoreño. No pueden ser excluidos como ví­ctimas legí­timas, resultado de este crimen. Nos parece una barbaridad y vamos a argumentar eso durante la vista oral, sin duda.

En El Salvador, la sociedad civil ha tomado la iniciativa en casos como la masacre de El Mozote y sitios aledaños, u otras masacres como la llamada guinda de mayo. ¿Qué mensaje les enviarí­a a estas personas que también se enfrentan a innumerables obstáculos jurí­dicos?

Hay que persistir. Yo quiero mucho, como tú sabes, a los salvadoreños y a la sociedad salvadoreña. Lo siguiente, para aguantar, se está haciendo un esfuerzo. Yo sé que están ahí­ sociedad civil nacional con colegas internacionales, apoyándose. Se está haciendo un esfuerzo muy serio por llevar estos casos. Quizás lo que yo siento es que deberí­an, pues, francamente… Que deberí­an ayudarse un poquito más. Estar más atentos y también ser capaces de estimular, de exigir más. Es mi opinión y desconociendo un poco las circunstancias. También exigir más de la Fiscalí­a. La Fiscalí­a tiene la responsabilidad de investigar estas causas. Se han armado un gran lí­o, desde mi punto de vista, con la aplicación de la ley nueva y de la ley anterior. Se perdieron en cuestiones procesales por el caso de El Mozote y con el de monseñor Romero, que son los dos casos de más peso. Entonces, yo creo que hay que estimular un poquito a esa Fiscalí­a y exigirle un poquito más. Yo sí­ pienso -a lo mejor soy una ingenua- pero yo sí­ pienso que el proceso en Madrid puede de alguna manera alentar, o debe alentar. Serí­a absolutamente un honor para nosotros que esto diera ánimo. Como ocurrió por ejemplo lo que ocurrió en el caso de Guatemala, que se llevó a la Audiencia Nacional y lo trabajamos mucho y lo trabajamos muy bien -quiero pensar que muy bien- con todos los colegas. Luego ocurrió lo mejor posible y es que hubo oportunidades de abrir, fuera por ese mismo caso o por otros, una serie -una cascada, como dicen por aquí­ los académicos- de [casos de] violaciones a los derechos humanos por el conflicto armado. A mí­ me encantarí­a que este caso [de los jesuitas] fuera precursor de alguna suerte de casos que se hicieran a nivel nacional y que hicieran sentir a la gente salvadoreña que se puede pasar página con justicia.

¿El resultado del juicio puede ser vinculante para El Salvador?

No solo la sentencia. Estamos sujetos al proceso en la Audiencia Nacional y eso hay que respetarlo. Pero el archivo judicial, las actuaciones, la prueba, que ya hay testigos clave de nuestra causa… Es decir, todo lo que, durante los últimos 25 años, mis colegas y yo hemos hecho en Estados Unidos, en España, para combatir la impunidad por las violaciones a los derechos cometidas en El Salvador, todo está a disposición de la Fiscalí­a. Yo estoy a disposición de la Fiscalí­a. Hace tres o cuatro semanas por ahí­ apareció un artí­culo que la Fiscalí­a me iba a llamar a testificar por mi trabajo en la investigación y enjuiciamiento de Álvaro Saravia por el asesinato de monseñor Romero y nunca me han contactado. Será, me imagino, por ví­a oficial, pero me preguntaron los periódicos enseguida mi reacción de que mi nombre saliera en prensa. Les dije: estoy aquí­ y he estado, pues, voy a cumplir 23 años aquí­. Nuestro trabajo, pues, se hace lógicamente para que las cosas vayan bien en España. En su momento, con la extradición de Inocente Montano, para que vayan bien en Estados Unidos. Pero en definitiva, yo creo que todo esto tiene que volver a El Salvador. Ojalá y que sea útil allá.

¿Les han comunicado la fecha de la vista oral contra Montano?

Estamos a punto, porque solo nos faltaba, con los escritos de la acusación presentar el nuestro. Va primer el ministerio fiscal, después, las acusaciones que hicimos de manera conjunta populares y particulares. Después vení­an los escritos de las defensas, que siempre es lo último. Eso se acaba de presentar y nosotros tenemos un plazo. Esto es un poco el devenir de estos sistemas inquisitivos antiguos. Ahora tenemos un plazo para presentar estas cuestiones de previo pronunciamiento y después ya nos van a dar fecha. Nosotros pensamos que a final de año, para especular, pero para final de año, a más tardar principios del próximo, tendremos fecha de juicio.

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Redacción ContraPunto
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Nota de la Redacción de Diario Digital ContraPunto
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