Deseo agradecer de todo corazón a todos los donantes, su aporte para que mi hija Michelle Galeas, salga adelante en su lucha contra el cáncer. Aunque no se ha logrado el objetivo ha sido de mucha importancia para aliviar los enormes costos que requiere el tratamiento. En Julio pasado Michelle, su esposo y su hija (mi nieta Emily), estuvieron en el país.
Primero quería ver a toda su familia antes de someterse al ciclo de terapias que ya comenzaron este mes y se prolongarán hasta fines de año en dependencia de la evolución de su salud y el estado del cáncer. Aunque Michelle y yo somos optimistas, en realidad ambos sabemos que cualquier cosa puede pasar, ella misma lo escribió así en su cuenta de X.
Segundo: debía actualizar el estatus migratorio de su esposo en la embajada de Estados Unidos. Y también arreglar otras situaciones personales que no vienen al caso detallarlas, pero si muy importantes para Emily, sobre todo, ya que ella nació en Estados Unidos.
Tercero: dado que ella es una “hija de la guerra”, creció sin su padre y en muchas ocasiones también si su mamá, porque ambos nos involucramos en el conflicto, tuvo una infancia dura y es admirable como, pese a ello logró doctorarse primero en República Dominicana, luego mediante una beca Fullbright sacar una maestría en microbiología en la Universidad del Sur de Illinois, Carbondale, y luego un segundo doctorado en inmunología mediante otra beca en la universidad de Tulane, cuya escuela de medicina es una de las más prestigiosas.
Michelle no desea que Emily repita lo que ella pasó. Decidió llevarla a Morazán y mostrarle el escenario de la guerra, en donde yo, su grandpa, pasó varios años como periodista de Radio Venceremos y que conociera su país (aunque haya nacido en USA, es cien por ciento salvadoreña). Claro, era muy importante que Emily y yo nos conociéramos en persona.
Al terminar sus diligencias el último día de julio regresó a Estados Unidos, para someterse a las terapias mencionadas y en la medida de lo posible retomar su trabajo. Al llegar le informaron que antes de comenzar las terapias, debía someterse a una cirugía por los daños en ganglios linfáticos. También que su estado NO ES NIVEL UNO SINO TRES, debido al tamaño y tipo del tumor, 7 cms. y tendencia a reaparecer en cualquier parte de su cuerpo. Las terapias, una de ellas quimio con dos tipos de agente, ya iniciaron. Pese a todo, Michelle de espíritu batallador sigue haciendo su trabajo en la facultad de medicina a veces en su oficina a veces en su propia casa.
Cualquier persona solidaria puede comunicarse conocer más sobre el estado de Michelle en los teléfonos de la universidad de Tulane: +1 504-865-5000 este es el teléfono general de la Universidad y +1 504-988-5263 este es de la facultad de medicina, donde ella trabaja como docente e investigadora.
Michelle ha vivido una vida muy inspiradora, con sus aportes como científica ha ayudado a salvar muchas vidas, su valentía para superar grandes retos y su capacidad de resistir son admirables. Michelle merece vivir muchos años más. Con sus oraciones y la ayuda de todos se que será posible. Gracias.
Marvin Galeas.
