Me sorprenden esos poetas jóvenes metidos a críticos que confunden la filosofía de la historia con la historia de la literatura. Uno de ellos cuenta por enésima vez en un artículo que la importancia de Roque Dalton comenzó a disminuir en los años 90 gracias a la aparición de nuevas generaciones de poetas y a que el distanciamiento con Dalton lo terminaron consumando los jóvenes creadores del siglo XXI. Contada así, la historia de la influencia crepuscular de Roque en los años 90 es parcial, es sesgada e incluso falsa.
No podremos comprender la historia de nuestra interpretación de Dalton en la posguerra sin tomar en cuenta los cambios que se dieron en la relación entre la política y la cultura al terminar la guerra. Ese nuevo contexto abrió la posibilidad de acercamientos distintos a la palabra del poeta. Tampoco podremos comprender el rechazo a ciertas ideas y aspectos de su obra sin tomar en cuenta el proceso de desmitologización de la cultura de la izquierda que promovió el posmodernismo. De mucha importancia para el cambio en la valoración literaria de Dalton fue también el retorno de los novelistas, poetas y académicos exiliados (léanse los artículos que Castellanos Moya, Menjívar Ochoa, Roque Baldovinos, Lara Martínez escribieron a lo largo de esa década).
Incluso antes de que la guerra terminara, en el 91, Castellanos Moya habló de la necesidad de liberar a la creación literaria de las peores servidumbres políticas y, no solo eso, lanzó la consigna de la necesidad de una nueva literatura. En pocas palabras, ya está bien de querer explicar los complejos procesos del cambio literario acudiendo únicamente al mecanismo de los relevos generacionales. A ver si nuestros jóvenes poetas metidos a críticos se valen de modelos explicativos más elaborados y sutiles.
La ignorancia crítica de nuestro joven poeta lo lleva a pontificar sobre una zona de la obra de Dalton que él considera descuidada, sin más. Como si del descuido literario se pudiese hablar sin establecer cuáles son las coordenadas del rigor poético que utilizamos para juzgar. Asunto delicado en el universo de la lírica moderna en el que hay maneras distintas y enfrentadas de concebir el cuidado de la palabra. Nuestro joven crítico, sin embargo, da por sentada la valía de su criterio sin someterlo a discusión. Forma de proceder dogmática, sin duda
No podemos juzgar la desigual calidad en la obra de Roque, sin una previa reflexión sobre su estética, sobre su manera de concebir el arte de la palabra y sus vínculos con el mundo a lo largo de su obra. Y no podremos juzgar dicha desigualdad si no analizamos los vínculos de su poética vanguardista con la retórica y cómo estos afectaron su noción del estilo y de las voces de la poesía. El descuido en los Poemas Clandestinos no es tal si los enmarcamos dentro del género de la poesía didáctica y si los juzgamos desde la perspectiva del “decoro ciceroniano”.