Por Ernesto Panamá, escritor
Esclarecer acontecimientos no es fácil, la propaganda engaña, infunde miedo y colectivizá pensamiento, lo vivimos sin notarlo por 60 años cuando nos dijeron: viene la revolución cubana, perderás el derecho a poseer tierras, deberás compartir tu casa y tus hijos irán a cortar caña.
Ese dogma nos condujo a ser gobernados por militares, aceptar su corrupción, represión, y la injerencia extranjera nos dictó un futuro de miseria.
El siglo 21 y el internet ofrece diversidad de información que permite al ciudadano evaluarla, relegando la efectividad de la propaganda, resultando obvias las mentiras. En un buscador escribes ¿Cómo se inicia la guerra en Ucrania? Y te aparecen páginas con decenas de artículos, noticias, reportajes y videos sobre el tema.
Dependerá de la persona, su conocimiento a través de los años, interés en el tema, consciencia y el origen de la fuente que le hará decidir qué información es creíble o no.
En mi caso, de los 6 a los 29 años la propaganda exaltó el odio de clases, común era el secuestro, los asesinatos de empresarios, policías, persecuciones políticas y escuadrones de la muerte y estos crímenes quedaban en la impunidad. Dos alternativas tenías, seguir con el sistema vigente de gobierno semi autoritario y represivo, acomodado a las libertades recibidas, pues si demandabas más eras perseguido.
Dos alternativas tenías, la derecha o izquierda, decidí por la derecha y mis ilusiones fueron a la basura.
La usura de un puñado de oligarcas se adueñan del que debió ser instrumento del pueblo y ejercen el mismo sistema utilizado con los militares a los que sustituyen por una clase política privilegiada. Para el pueblo no hay cambio explotación e ignorancia es su condena.
Entonces comprendí el adagio divide y vencerás, la polarización, enfrenta para dominar, la oligarquía y los militares enfrentaban al pueblo que peleaba y ellos les robaban.
Este sistema no es local, lo conocemos como América para los americanos, quienes controlan el dinero explotan a quiénes lo necesitan.
Su dinero se provee a través de las bancas locales las que aseguran sus intereses y la explotación, continúa.
Hace seis décadas no existía alternativa a su propaganda que los ensalzaba demócratas, desarrollados, garantes de las libertades, pero tras su propaganda, se lucraron por décadas y ningún pueblo conoció el progreso.
Ese poder extranjero resulta ser según Martin Luther King, “el mayor proveedor de violencia en el mundo”. (Los Estados Unidos de Norte América) e igualmente James Carter expresidente de Estados Unidos declara “la nación más belicosa en la historia del mundo”.
¿Es esto comprobale? Aquí unos ejemplos: Yo estuve a punto de ir Vietnam, conocí de las invasiones de Granada, Panamá, la ex Yugoslavia, Irak 2003 y 2014, Afganistán, Libia y Somalia y puedes sumar otras guerras libradas por prestanombres llámense “contras” en Nicaragua, Yihadistas en Libia o a través naciones entre ellas Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos en Yemen. Esto convierte a EE. UU. en el mayor violador de los principios en contra de la guerra de Naciones Unidas.
Analicemos Ucrania, su gobierno era presidido por Viktor Yanukovich (2010 -2014) y estaba por incorporarse a la Federación Rusa.
En 2014 el gobierno de Barak Obama financia el golpe de estado ayudado terrorista nazis entrenados en Polonia.
Mientras esto sucede en marzo Rusia lleva a cabo un referéndum en Crimea cuya población en mayoría es rusa y decide unirse a la Federación, salvándose un enclave militar estratégico.
El caos reina, el gobierno provisional es presionado por la Casablanca para celebrar elecciones. Odesa intenta celebrar su referéndum, pero fracasa. El 11 de mayo dos referéndums se dan en las provincias de Donetsk y Lugansk en la región de Dombás no reconocen la gobierno golpista, declarándose republicas independientes. El 25 de mayo Viktor Poroshenko es electo presidente.
Y el ejercito ucraniano inicia enfrentamiento armado con fuerzas irregulares de Dombás. 14000 muertos, 1.5 millones de desplazados resultan de ocho años de acoso. EE. UU. y Europa reconocen al gobierno genocida, pues el plan es armar y endeudar a Ucrania uniéndola a la OTAN.
Apoyar a genocidas, nazis, por unos cuantos dólares, desacredita a los gobiernos occidentales capitalistas.
