Por Carlos Castillos.
Uruguay y Paraguay se hermanan aún más estos días con motivo de los cien años de fundación de la Escuela “Artigas”, que funciona en un solar de Asunción, la capital paraguaya, donde vivió el prócer oriental José Artigas, las últimas décadas de su vida.
Organizaciones tradicionalistas uruguayas inician a fines de marzo una travesía a caballo desde Montevideo, para unir esta ciudad con Asunción, una distancia de unos 1.100 kilómetros.
Los jinetes, que en principio serán quince, aunque en el camino se irán sumando más, recorrerán en territorio uruguayo el mismo sendero de Artigas, utilizado en las primeras décadas del siglo XIX para reagruparse primero en la lucha contra los opresores extranjeros (España y Portugal, principalmente), y luego, en el camino de su exilio.
José Artigas era descendiente de españoles, pero en 1810 se rebeló contra el dominio extranjero, intentó una revolución que duró unos cinco años (entre 1811 y 1816) y llegó a formar un gobierno independiente.
Sin embargo, columnas del entonces imperio portugués invadieron lo que hoy es el territorio de Uruguay e impusieron un gobierno extranjero que se mantuvo hasta 1828, cuando se firmó una Convención Preliminar de Paz, y esa banda de territorio en disputa dio lugar al nacimiento de un país que desde 1830 se llamó República Oriental Uruguay (ROU).
Ese año, el prócer Artigas decidió irse al exilio y se afincó en Paraguay, donde vivió 20 años más y murió en 1850, olvidado y traicionado por muchos de quienes fueron sus compañeros de lucha en aquellas primeras décadas del Siglo XIX.
En el predio de Asunción, donde vivió algunos años, se levantó entonces una escuela, que se rige por las normas uruguayas, y que a fines de abril de este año 2024, celebrará los cien años de su fundación.
Los gauchos uruguayos, que hoy reeditan la cruzada de Artigas, esperan llegar allí a fines de abril, pero según informó a CONTRAPUNTO la Directora de esa escuela, María José Volpe, los festejos se prolongarán durante todo el año.
