Cuando el FMLN es legalizado como partido político no observó (y si lo hizo, su desempeño durante los últimos 25 años, dice lo contrario) que estaba aceptando participar en el escenario político bajo las mismas reglas que la derecha había creado para tal fin. A partir de ese momento, la base social que lo sustentaba y apoyaba quedo relegada a funcionar sólo en las coyunturas electorales y, por tanto, la formación de cuadros quedó olvidada. Grave error.
Ahora, ante acciones de la derecha salvadoreña, que se sabía no iba a dejar en paz a las gestiones gubernamentales de la “izquierda” (¿o es que acaso el Frente esperaba ingenuamente colaboración total de la derecha al llegar al Ejecutivo?), es poco probable que veamos amplias movilizaciones frente a disposiciones de la Corte Suprema de (In)Justicia ““ C.S.J. – de El Salvador, como la de habilitar el uso del carril segregado del SITRAMSS a todo tipo de vehículos, premiando al que tiene vehículo y castigando a los miles de peatones del país. Y esa inoperancia de una buena parte del movimiento social refleja la poca importancia que el Frente le dio a la organización de la sociedad civil, con excepciones, como la recién pasada marcha del día del trabajador y trabajadora que parecía más un mitín político ““ partidista del FMLN que una movilización de la fuerza laboral.
El FMLN no ha sabido acuerpar de manera sincera y honesta, las distintas demandas sociales de las grandes mayorías pese a que los discursos dicen lo contrario. Es así como este partido político se está quedando cada vez más solo y sin poder dar respuesta reales y concretas a las múltiples necesidades de la población salvadoreña, justificando, una gran parte de su mala gestión, en el poco margen de movilidad de la derecha salvadoreña (la cual tampoco ha sido ““ ni será ““ buena ante la izquierda y más si hablamos de la derecha salvadoreña) o resultado de los veinte años de ARENA. La falta de un verdadero proyecto de nación y adecuadas estrategias de cómo gobernar, han dejado a la actual gestión del Ejecutivo como un barco sin rumbo incapaz de poder llevar las riendas del gobierno y cumpliendo más un rol de bombero que de gobierno.
No queda más que darle las “gracias” al FMLN por no haberle dado la importancia a la base social y la formación de cuadros que hoy estarían denunciando las distintas acciones de la derecha de El Salvador y apoyando al actual gobierno. El descontento es creciente, y el escenario de un posible retorno de la derecha es cada vez más cercano y posible, lo cual sería nefasto para los pequeños logros sociales que se han logrado, pero el Frente sigue sin darse cuenta que las organizaciones civiles, la base social no sólo sirve para medir impacto de programas sociales o para convocarlas a mítines electores. “Gracias” FMLN.-