El proceso de exploración desarrollado por la compañía minera Pacific Rim, ahora OceanaGold, en el cerro de La Tabla de la comunidad Palo Bonito provocó una severa crisis de agua desde hace 10 años. Se trata de una de las consecuencias ambientales y sociales de la exploración minera en Cabañas, El Salvador.
En el marco del Día de la Tierra, comunidades de San Isidro Cabañas no tienen nada que celebrar a consecuencia de las secuelas dejadas por la empresa minera, asegura Lidia Urías Leiva, pobladora del caserío Palo Bonito, del municipio de Guacotectic, Cabañas.
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“Cerca del año 2005 las perforaciones se fueron haciendo en esos cantones, en el cantón Los Jobos en la parte baja del caserío de Palo Bonito, los nacimientos de nosotros están en la parte alta en La Laguna de la Tabla que nos mantenían de agua”, explica.
Ahora Lidia muestra con nostalgia lo que otrora fue su amado jardín y sus cultivos que ahora palidecen por la falta de agua.
La mujer asegura que el mismo jefe de la empresa Pacific Rim, durante una de sus visitas de campo, le dijo que “había pasado todo un desierto para llegar a esta finca donde estamos nosotros en Palo Bonito, pero aquí donde he llegado es un paraíso”.
Sin embargo, ahora Lidia asegura que fue justo aquel hombre quien estaba convirtiendo toda aquella zona en un desierto. “Triste para nosotros que hemos vivido acá desde niña, que nos hemos acostumbrado a cuidar nuestra tierra, nuestros árboles, nuestra siembra; ahora no podemos, les puedo mostrar que no tenemos nada de qué vivir porque no hay agua; el nacimiento se secó, que nos abastecía, que nos llenaba de vida nuestros hogares”, lamentó.
La versión de los habitantes es apoyada por el técnico de la Asociación de Desarrollo Económico Social Santa Marta (ADES), Alirio Hernández.
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“Solo en la parte de San Francisco hicieron más de 2 mil exploraciones que tienen un daño significativo en los acuíferos; pero como no hay explotación no hay gran contaminación, pero el río tiene arsénico en los sedimentos”, detalló.
El especialista asegura que en la parte baja del río los valores de arsénico se agrandan, justo donde hubo actividad minera.
“El arsénico es como el hermano del oro; donde hay oro, hay arsénico”, explicó Hernández. “Una conclusión del informe señala que la presencia del arsénico se debe a influencia antrópica, producto de la actividad minera”, concluyó.
Estos impactos sociales y ambientales en la comunidad de San Isidro producto de la actividad minera al parecer quedarán en la impunidad ante la falta de voluntad política de determinar responsabilidades al respecto. Este se suma a la larga lista de casos de ausencia de justicia ambiental en el país.