El presidente Nayib Bukele ha mostrado que domina el arte de la empatía y la comunicación horizontal en los primeros días de su Gobierno. Su popularidad ha permitido que el escepticismo esté concentrado en minorías, y más aún, en personajes gastados por la polarización.
La primera acción administrativa fue cambiar el logotipo oficial del Gobierno durante la madrugada del sábado y dejar un gris con estrellas. Horas después, en la mañana, Nayib Bukele asumió como presidente constitucional, junto a Félix Ulloa como vicepresidente, y se presentó con un discurso emotivo y por completo alejado de la institucionalidad: su fórmula ganadora.
La primera orden presidencial que dio fue para la Fuerza Armada y ha sido la que mejor le ha valido en los días al frente del Ejecutivo. En su función de Comandante General de las Fuerzas Armadas, ordenó quitar el nombre del Coronel Domingo Monterrosa de la Tercera Brigada de Infantería en San Miguel. Este militar ya fallecido es señalado como uno de los que planificó y avaló ejecutar la masacre de El Mozote y sitios aledaños (1981). El nombre de esta brigada fue motivo de fuertes críticas de las organizaciones que representan a las víctimas de la guerra civil y de Naciones Unidas. Aunque dos de los mandatarios del FMLN, Mauricio Funes y Salvador Sánchez abordaron el asunto, ninguno dio la orden de quitar ese homenaje a Monterrosa en un lugar donde los herederos de la tragedia podían verlo con frecuencia.
La rapidez con que Bukele lo hizo le agenció aún más muestras de simpatía, frente a un mínimo de reacciones escépticas. Ese breve lapso de seis horas, en comparación con 10 años de gobierno de una izquierda que se vende como víctima, fue su carta de presentación y que lo llevó, una vez más, a encabezar titulares en el exterior.
“Es una buena noticia para las víctimas”, comentó Benjamín Cuéllar, del Laboratorio de Investigación y Acción Social contra la Impunidad. “Esta gente hipotecó su confianza en un gobierno del FMLN”, indicó Cuéllar. Sin embargo, no hubo acciones efectivas en todo ese tiempo para desmantelar ese homenaje en particular. “Eso va a significar quitarse obstáculos del camino. Chantajes, presiones de una Fuerza Armada que salió más fortalecida con los gobiernos del FMLN que con los de ARENA”, añadió Cuéllar.
En este sentido, Cuéllar mencionó que también hará falta quitar el homenaje a Armando Azmitia en el Tercer Destacamento Militar de La Unión. Azmitia es otro de los que está señalado por crímenes de guerra y, junto a Monterrosa, suelen recibir otros honores de manera oficial por su papel frente a la guerrilla en el conflicto armado. Recomendó, además, identificar si hay otros espacios públicos que lleven también homenajes similares, de cualquiera de los dos bandos que se enfrentaron en el conflicto armado.
“Fue una buena entrada”, dijo Roberto Cañas, analista político. “Demuestra que cuando hay voluntad política, sí se puede hacer”, agregó.
Fuera cinco secretarías
Su consejo de ministros inició domingo y las juramentaciones continuaron hasta el lunes por la mañana. Entonces fue que se conoció su gabinete paritario, con la misma cantidad de hombres y mujeres al mando.
En ese equipo de trabajo también están los actores esenciales para el movimiento Nuevas Ideas, aliados que se unieron a él desde su trabajo como alcalde y hasta empleados de sus empresas. ¿El primer mensaje? Nadie vino a calentar la silla. Los ministros tuvieron que entregar sus cartas de renuncia, que Bukele guardará. “Todos deben hacer siempre lo mejor para el pueblo. De lo contrario, serán reemplazados”, sentenció.
En esa primera sesión con su equipo, Bukele anunció que eliminó tres entidades que tenían un carácter más afín al expartido en Gobierno que de servicio a la población: la secretaría de Transparencia, la de Gobernabilidad y la de Vulnerabilidad. También eliminó la de Inclusión Social, y la Técnica, que dirigía al gabinete económico. Al mismo tiempo creó la Secretaría de Innovación y la de Comercio e Inversiones. Las funciones de las entidades extintas se van a redistribuir.
Cañas explicó que en los modelos de democracia que se han desarrollado en el hemisferio occidental “están los llamados 100 días. Los primeros 100 días de una nueva gestión, que son como un período de gracia para que se organice”, señaló. “Dejemos que ellos trabajen y qué bueno que sea un gabinete paritario”, comentó Cañas.
El magnicidio del poeta
En la mañana, los ministros de Bukele se esmeraron en hacerse visibles. A través de las redes sociales, el canal de comunicación que catapultó a Bukele a la fama internacional, subían videos y fotos. Había entrevistas, recorridos por oficinas, tuits con mensajes inspiradores.
Pero en la tarde, Bukele envió un segundo mensaje contra la impunidad: con un tuit solicitó al ministro de Gobernación, Mario Durán, remover a Jorge Meléndez del cargo de director de Protección Civil y recordó que está acusado de un “magnicidio“.
Jorge Meléndez fue miembro de la exguerrilla. En una entrevista que concedió a Contrapunto, confesó su participación en el asesinato del reconocido poeta, ensayista y periodista salvadoreño Roque Dalton. En ese intercambio, señaló que fue por motivos políticos. Otro de los señalados es Joaquín Villalobos, quien ya no vive en El Salvador.
La familia de Roque Dalton ha pedido justicia por el asesinato del poeta durante 10 años y no se han detenido. Ni siquiera saben dónde están los restos del escritor. Su hijo, Juan José Dalton ““director de Contrapunto”“ consideró que el gesto de Bukele fue “tremendamente humanitario”.
Desde las perspectiva de Benjamín Cuéllar, es un “espaldarazo político” para la familia del poeta Dalton. El mensaje del presidente rompe con 10 años de “protección política” para Meléndez desde el gobierno del FMLN.
Es más: si avanza la causa para responsabilizar a los asesinos de Dalton, los funcionarios del FMLN habrían participado en “complicidad y encubrimiento”, según dijo Cuéllar. Determinar esta circunstancia en particular dependerá de los especialistas en la Fiscalía General de la República (FGR) encargados del caso.
Hacia el tercer día, Bukele mostró poca tolerancia para la impunidad que ARENA y el FMLN escondieron debajo de la alfombra desde los Acuerdos de Paz.
Con la presidencia pro témpore del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), que asumirá también esta semana, el presidente salvadoreño se enfrentará con dos homólogos suyos que han inspirado airadas y continuas protestas en sus países: Juan Orlando Hernández, de Honduras, y Daniel Ortega, de Nicaragua. Bukele no invitó a ninguno a su toma de posesión; sin embargo, tendrá que lograr acuerdos con ellos en el marco del SICA.