Por Adela Zayas.
¿Piensas que cuidar de tu salud mental solo se puede lograr con terapia?
La terapia es una gran manera para cuidar de nuestro mundo interno, sin embargo, hay una diversidad de prácticas para lograrlo. La clave siempre está en la intención con la que se realicen las actividades en las que nos embarquemos. Una de estas prácticas terapéuticas y de autocuido es el Acroyoga. Esta práctica se remonta a principios de la década de 2000, cuando se fusionaron prácticas de yoga tradicional con acrobacias y masajes tailandeses.
Fue creado por Jason Nemer y Jenny Sauer-Klein en California, Estados Unidos. La idea surgió cuando ambos se dieron cuenta de cómo las posturas de yoga y las acrobacias, al ser practicadas en pareja o en pequeños grupos, podían fortalecer tanto el cuerpo como la conexión entre las personas. El acroyoga fue diseñado para ser accesible, social y, al mismo tiempo, desafiante, combinando los beneficios espirituales del yoga con la diversión y la confianza de las acrobacias. Aunque sus raíces están en las antiguas tradiciones del yoga, el acroyoga es una práctica relativamente moderna que busca fomentar la comunidad, la confianza mutua y el trabajo en equipo.
Más importante que realizar a la perfección las posturas de acroyoga, es el proceso que toma llegar a lograrlas. El proceso conlleva poner en práctica ciertos fundamentos, que son esenciales de practicar en las posturas, como la comunicación, el respeto mutuo, la colaboración, el equilibrio, la seguridad, la diversión, la respiración consciente y el cuidado. Estos valores, al ser puestos en práctica dentro de la alfombra de yoga, también se cultivan para seguir actuando de esta forma afuera de la práctica, en la vida cotidiana.
Al contrario, de lo que se cree, el acroyoga no es únicamente para personas con cierto tipo de complexión, peso o flexibilidad. Es en realidad una práctica muy versátil que está pensada para la inclusión de una diversidad de poblaciones, por lo tanto, cualquier persona con genuino interés por practicar acroyoga, con una buena guía, puede hacerlo.
El acroyoga puede ser visto como una gran herramienta para el cuido de la salud mental, tiene múltiples beneficios, desde el aspecto social, el físico y por supuesto el emocional. Me gustaría enfocarme en este último. El acroyoga no solo fortalece el cuerpo, sino que también ofrece un espacio único para trabajar la mente y las emociones. Al practicarse en pareja o grupo, esta disciplina fomenta la confianza tanto en uno mismo como en los demás, creando un ambiente de colaboración donde aprender a soltar el control y confiar en el otro se convierte en parte de la experiencia.
Además, al enfocarse en cada movimiento y respiración, el acroyoga invita a la atención plena, ayudando a reducir el estrés y las tensiones acumuladas del día a día. Es una que nos conecta con el presente y nos enseña a afrontar el miedo al fracaso, al intentar nuevas posturas que desafían nuestros límites con valentía, compromiso y convicción.
Otro de sus grandes beneficios es la conexión emocional. El acroyoga nos recuerda la importancia del trabajo en equipo y de la comunicación efectiva, fortaleciendo la empatía y la capacidad de escucha entre compañeros. Esto no solo mejora las relaciones interpersonales, sino que también crea un sentido de comunidad, un espacio donde se comparte el esfuerzo, el apoyo y, sobre todo, la alegría de superar retos juntos.
En suma, el acroyoga se convierte en una herramienta poderosa para equilibrar nuestro mundo interior y el externo. No permite descubrir que al confiar y conectar profundamente con nosotros mismos y otros, aprendemos a volar alto.
El acroyoga es mucho más que una actividad física; es una experiencia transformadora que combina movimiento, confianza y conexión en un entorno de colaboración y diversión. A través de esta práctica, no solo fortalecemos nuestro cuerpo, sino que también cultivamos el equilibrio mental y emocional, aprendiendo a confiar en los demás y en nosotros mismos. En esta disciplina, cada vuelo es una oportunidad para superar nuestros límites, liberar tensiones y encontrar una comunidad que nos inspire a mejorar. ¡Anímate a probarlo y deja que el acroyoga transforme tu forma de moverte y de conectarte con el mundo!