miércoles, 16 octubre 2024

Síndrome de los padres quemados

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El Síndrome del Progenitor Quemado aborda a aquellos padres que ya no soportan a los hijos y dudan de haber hecho bien al traerlos al mundo.

Por Margarita Mendoza Burgos.

Si últimamente escucha hablar del Síndrome del Progenitor Quemado no es casualidad. Cada vez más forma parte del léxico diario en temas de conversación. Para aquellos que les resulte novedoso, aquí una breve descripción: son aquellos padres que ya no soportan a los hijos, que se sienten irritables alrededor de ellos, y hasta sienten rencor y dudan de haber hecho bien al traerlos al mundo.

Es un fenómeno psicológico cada vez más reconocido, asociado al estrés crónico que experimentan algunos padres y madres debido a las exigencias constantes de la crianza.

El término, que en inglés es burnout parental, es un derivado del Síndrome del burnout, que es hace referencia a la cronificación del estrés laboral. Este se manifiesta a través de un estado de agotamiento físico y mental que se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador. Es un proceso en el que progresivamente el trabajador sufre una pérdida del interés por sus tareas y va desarrollando una reacción psicológica negativa hacia su ocupación laboral.

En este caso es lo mismo, solo que en vez de afectar a trabajadores en sus entornos laborales, a fuente del agotamiento proviene de las demandas emocionales y físicas de cuidar a los hijos.

Las razones pueden ser muy variadas, desde problemas económicos hasta mal comportamiento, dificultades por enfermedades, vicios o simplemente porque sus hijos no cumplen las expectativas que tenían proyectadas en ellos. Normalmente, lo sufren más las mujeres que los hombres, lo cual es lógico: generalmente son ellas las que cargan con la mayor parte de cualquier situación y porque son las más capaces emocionalmente de darse cuenta y sentirse culpables

El Síndrome del Progenitor Quemado es fácil de identificar, al menos desde afuera. Sin duda hay una indiferencia afectiva, también puede haber maltrato físico, psicológico y emocional. Si el padre es consciente de esto, puede buscar ayuda, pero la mayoría de las veces es complejo encarar algo tan difícil de asimilar y reconocer. En la literatura, cuentos como el de Hansel y Gretel que hablan sobre esto

Por más que muchos quieran minimizarlo, este síndrome es una realidad para muchas familias en el mundo actual. Con el aumento de las presiones sociales y económicas, así como con las expectativas de perfección en la crianza, muchos padres encuentran difícil mantener un equilibrio entre las necesidades de sus hijos y las suyas propias. Reconocer este síndrome, abordarlo de manera preventiva y buscar soluciones prácticas puede ayudar a mejorar tanto el bienestar de los padres como el de los hijos

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Margarita Mendoza Burgos
Margarita Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicólogía Médica, Psiquiatrí­a infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España; colaboradora de ContraPunto
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