En 2018, el 69.9 % de los menores de edad que se aventuró a migrar -siete de cada 10 de ellos- lo hizo para poderse reunir con su familia, según la investigación que publicó la organización internacional World Vision, titulado "Niñez migrante, un viaje sin derechos".
Un 43.8 % -más de la mitad- de los niños y adolescentes que participaron en el estudio, migró para poder tener mejores posiblidades económicas y 19.2 % de los chicos lo hicieron por motivos relacionados con la violencia.
El trabajo que World Vision presentó ayer muestra los casos de menores de edad que han ido fuera de El Salvador y los que se han movido dentro del territorio. La mayoría de ellos, casi las tres cuartas partes de los que aportaron al estudio, se refirieron a la migración fuera del país (emigrar) y el resto a otro departamento salvadoreño. También es importante notar que se tomaron en consideración los departamentos donde la organización ya tiene programas en marcha.
En total, fueron 2,500 menores de edad los que se incluyeron en esta investigación de niñez migrante: niños que se separaron de su hogar, que tuvieron que alejarse de su círculo de confianza por diferentes motivos.
La mayoría de este grupo, cuando menos el 50 %, se va por la migración irregular: sin una vía segura, sin los documentos en regla, por las rutas más peligrosas y a duras penas con la garantía de llegar sanos y salvos.
Gonzalo Rodríguez, de World Vision El Salvador, expresó que otro de los hallazgos es que la determinación para migrar va bajando en la medida que se acercan a la mayoría de edad. “En la medida que hacemos que nuestra niñez se quede más tiempo en el país, más se diluyen las probabilidades de migrar”, comentó Rodríguez. “La inversión de la política pública debe por el lado de la educación”, agregó el representante de la organización.
World Vision busca ayudar a los niños afectados por la crisis migratoria, de manera que puedan solventar las necesidades. Como organización se dedicarán a la entrega de bonos educativos, insumos escolares, mejores condiciones de protección y seguridad alimentaria a familias salvadoreñas para prevenir que busquen otras maneras de supervivencia, como actividades ilegales o criminales.
Los riesgos de para estos menores de edad, en especial si van por una ruta de migración irregular, es que abusen de ellos, los secuestren para involucrarlos en redes de trata de personas, los asesinen, entre muchas otras cosas. Pero además, el Estado ha fallado en garantizarles sus derechos más elementales. “Derechos como educación, salud, alimentación y protección son vulnerados”, señaló Rodríguez-.