La Federación de Productores Cañeros de El Salvador (FEDECAí‘AS), denunció recientemente los problemas a los que se están enfrentando a causa de la delincuencia. Las extorsiones y las quemas son las que más están impactando el bolsillo de los productores.
De acuerdo con la Federación, en la zafra pasada se quemaron más de 17 mil manzanas y las perdidas, las pérdidas rondaron los $45 millones. De este dinero, unos $20 millones son por efecto de la delincuencia, y el resto por los problemas de El Niño y la sequía, y la baja en la productividad.
En lo que va del año, la entidad contabiliza entre $900 mil y $1 millones en pago de extorsiones y estiman la zafra se reducirá en un 52 %, y que entre 20 % y 30 % de esta disminución se debe a la delincuencia.
En medio de las cifras, el impacto de la delincuencia trasciende la esfera económica, Joel Bonilla, presidente de FEDECAí‘A, también denunció el asesinato de siete trabajadores de sector y explicó que la intervención de la Policía Rural había sido efectiva en zonas tradicionalmente problemáticas, sin embargo, el cambio de autoridades al frente del a PNC ha afectado la organización.
Según explicaron, las órdenes de extorsiones provienen desde un centro penal. “Nosotros estamos luchando por sobrevivir, y cómo puede uno hacerlo cuando viene alguien con un celular, le pasa a un pandillero que llama desde un penal y le dice: “˜Pagame tanto o te sigo quemando los cañales”™”, expresó Luis Bettaglio, miembro de FEDECAí‘A.
Autoridades han señalado que la producción de azúcar en El Salvador se ha convertido en una pieza clave en el engranaje de la economía salvadoreña, el cultivo está presente en al menos 13 de los 14 departamentos del país. Los departamentos que más problemas de criminalidad han reportado son La Paz, Usulután y San Vicente.
Son aproximadamente 80 hectáreas de tierra en las que se cultiva la caña y actualmente esta industria constituye el 4.2% de las exportaciones, el 4% de la generación de energía eléctrica a nivel nacional, y el sector provee de empleo directo a más de 50 mil personas. Su aporte a la economía, explica por qué los productores denuncian con preocupación y alarma que el sector ser blanco de la delincuencia.
Al tema de la quema y extorsiones se suma a la baja en los precios internacionales del azúcar y a la falta de financiamiento para los productores. Los precios se han reducido durante los últimos tres años, y esto ha complicado la situación económica del rubro, explicaron representantes de FEDECAí‘A.
“Solo un 10 % está trabajando con la banca comercial, al resto lo financian los ingenios… los bancos dan los créditos para un año y al atrasarse el productor ya no le vuelven a prestar”, explicó.
Hasta la fecha se contabilizan siete mil productores y seis ingenios en los que se termina el proceso de la caña de azúcar y el sector representa el 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB) – conjunto de los bienes y servicios producidos en un país durante un año- y paga el 2.6% de los impuestos que recibe el Gobierno salvadoreño.