sábado, 7 diciembre 2024
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Revelar la verdad, pone en riesgo tu vida

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(La espada de Damocles esta sobre la humanidad

Si bien es cierto se vive un cambio de era que traerá progreso y bienestar a los habitantes del planeta, esto no quiere decir que se deba bajar la guardia, por que el peligro, y acciones premeditadas de quienes se oponen a la perdida de poder, no han dejado de ser una amenaza.

Entre quienes llevan adelante la lucha de revelar la verdad, seas o no persona importante las amenazas, atentados y asesinatos camuflados de suicidios van en aumento.

Como ejemplo al más alto nivel del liderazgo mundial han sido evitados y descubierto atentados en contra de presidente Trump y su familia cercana. En niveles de cooperación menos prominentes, varios asesinatos refuerzan lo mencionado, entre ellos la muerte de Set Rich y el de otras personas que intentaron revelar acontecimientos que amenazaban con presentar evidencia en contra de la excandidata presidencial Hilary Clinton, quien era la ungida y financiada por viejo orden mundial.

Quiénes nos ocupamos de revelar la verdad, estamos conscientes del riesgo que corremos al revelar detalles de las batallas que pierden la élite en el poder, pues ellos y las personas a su servicio corren el peligro de perder su estilo de vida o enfrentar la justicia al revelarse la verdad.

Por dinero se sabe que toda clase de personas labora para ellos desde sicarios, empleados de cuello blanco, funcionarios de instituciones estatales, personal de cuerpos de seguridad, miembros del sistema judicial y de inteligencia.

Por lo tanto, debemos tener claro quienes nos involucramos a revelar la verdad, ¡que esto no se trata de un juego!

Se sabe que quienes ambicionaban establecer el gobierno mundial, se encuentran envueltos en crí­menes como: pornografí­a infantil, pedofilia, sociedades secretas, tráfico de drogas, trata de blancas, secuestro, racismo y asesinato de menores, venta de órganos, aborto, y ellos están perdiendo el poder y la oportunidad de establecer el Gobierno Mundial, y esto los hace más peligrosos.

Los involucrados verán disminuidos sus milmillonarios ingresos y claro está que su reacción es resistirse a perder lo que consideran es su derecho y lo que estaban a punto de conseguir. Por esta razón, la vida de quien les estorba en su camino si es necesario la acaban.

La estimación de la dirigencia del viejo orden mundial, para instalar el Gobierno Mundial estaba a solo dieciséis años plazo de conseguirse.

Se apoyarí­an para implementarlo en la promoción de banderas falsas como podrí­a ser una guerra nuclear a baja escala. Este podrí­a haber sido en momento adecuado, la distracción perfecta, el motivo ideal para implantar su gobierno o dictadura mundial.

No es fácil entender esta trama oculta y desconocida por la mayorí­a de los habitantes del planeta, y para despejar la niebla es importante conocer algunos de los principales medios que han utilizado para ocultar sus propósitos y evitar que hubiese oposición desmedida a sus objetivos.

Trascurridos más de sesenta años es cuando llegan a la conclusión de que nos han lavado el cerebro haciendo uso de los medios masivos de prensa, radio, TV y cine y se disponen a implementar la última etapa de dieciséis años de su plan.

Para entonces aplaudimos el tomar medidas en contra del cambio climático, un mundo sin fronteras, apoyamos la entrega de nuestros bienes y servicios a extranjeros, y seguimos sin discusión patrones económicos que nos dictan.

Todo esto empobrece gobiernos, hace crecer la delincuencia, la inseguridad, nuestra gente abandona sus familias, aumenta la desigualdad, la miseria crece y decae la educación, nuestras mentes están confundidas, ¡creemos que somos revolucionarios! ¡Qué unos son de izquierda y otros de derecha! Y divididos, nos manipulan.

Tampoco se nos olvide que la destrucción de las Torres Gemelas, el acto terrorista en contra del Pentágono, fueron actos provocados con miras a desestabilizar el Medio Oriente y ífrica, armar al movimiento radical islámico, con el objetivo de enfrentar las religiones en el mundo, desestabilizar Europa con masivas emigraciones cuyo propósito es el de poner fin a la democracia y a la cultura cristiana europea. ¡Este propósito nunca fue revelado!

¿Quizá piensas de todo esto?

Este señor escritor ya perdió la razón y empezó con el cuento de caperucita.

Parece cuento, pero en realidad no hemos sido otra cosa que tontos útiles, un rebaño que va de un lado a otro, y sin saberlo servimos a los propósitos del viejo orden mundial y caminamos a ser sus esclavos.

La verdad amigas y amigos lectores, esto parece una historia de ciencia ficción si no fuera por qué, en más de sesenta años de manipulación, aislados son los casos de paí­ses que han alcanzado el desarrollo, por supuesto ninguno de habla hispana, en donde la mayorí­a somos hoy más pobres que antes.

Si amigos, lo medio de prensa tradicional han sido el instrumento con el cual el viejo orden mundial, oculta sus verdaderos objetivos y promueven situaciones que inocentemente apoyamos y sin saberlo contribuimos a generar las condiciones que el viejo orden mundial necesita y este aprovecha para avanzar y cambiar nuestros valores.

De esta forma nos convencieron de que los “gobiernos que ellos nos impusieron (sesenta años de gobiernos militares) y dirigieron”, eran buenos y además creí­amos ejercer la democracia, también nos enseñaron que los gobiernos eran malos para administrar los bienes y servicios públicos. De pronto ellos deciden que no habrá más gobiernos militares, nos enfrentan en guerras internas (Argentina, Chile, Uruguay, Colombia, Nicaragua, El Salvador, etc.) y una vez destruido el paí­s, aparece la tabla de salvación, las corporaciones internacionales que ofrecen comprar los derechos de explotación de nuestros recursos naturales, servicios, banca, sistema de pensiones, etc. ¡Y vendemos!

¿El beneficio final, resulta ser para ellos o para nuestros pueblos?

¿En manos de quién queda el control de la riqueza nacional?

¿Ha perdido el gobierno su poder?

Claro está que hay beneficiados nacionales como resultado de este sucio accionar, pues sin su complicidad esto no hubiera sido posible y como agradecimiento ahora ellos son accionistas de telefónicas, bancos, sistema de pensiones, explotaciones mineras o petroleras, etc.

Sin su ayuda vender al paí­s no hubiese sido posible. Lo triste es que aún ahora muchos celebran que los extranjeros son dueños de lo que antes fue nuestro.

Son extranjeros hoy en dí­a los dueños de telefoní­a, de la generación de electricidad, minas, petróleo, pensiones, bancos, etc., estás empresas poseen capitales mayores que el PIB de cualquiera de nuestros paí­ses, y ahora ellos condicionan a los gobiernos, evaden impuestos y no permiten se les controle, pues han contribuido a corromper el aparato burocrático de nuestros paí­ses.

Espero ahora comprenderás mejor por qué ha aumentado la dependencia de nuestros gobiernos, hay casos en los que además los paí­ses han abandonado su sistema monetario, sometido su sistema judicial al extranjero, vendido la banca a las corporaciones a través de las que el viejo orden mundial opera.

Ellos deciden ahora si nos otorgaran o no créditos, si financiar o no proyectos de hospitales, escuelas, e incluso pueden negarnos ayuda militar.

¿Habremos perdido nuestra soberaní­a?

Claro está que dar a conocer la verdad de esta situación en la que nos encontramos no agrada al 1 % de población del paí­s en donde vivas, ya que este 1 % de la población son los cómplices y dueños de más del 90 % de la riqueza de tu paí­s. Ellos los cómplices viven acumulando billones siendo socios de las empresas internacionales dueñas ahora de nuestros bienes y servicios. Mientras el pueblo tiene más hambre que antes, como dice un amigo.

Al viejo orden mundial y sus a ejecutores, quienes manejan nuestra polí­tica, les afecta que la verdad se dé a conocer.

Los oligarcas nacionales, a nivel mundial siguen siendo gatos, pero en tu paí­s se creen todopoderosos y deciden lo que polí­ticamente le conviene al pueblo.

El viejo orden mundial internacional, está convencido de que no pueden detener el avance de la nueva estructura mundial. Que la globalización y su minorí­a adinerada deben dar paso a los estados nació independiente, en donde el pueblo es el que decide.

Tú posiblemente no estás enterado de estos acontecimientos, pero ellos el 1 %, en tú paí­s sí­ lo están, y por eso continúan manteniéndonos enfrentados como derecha e izquierda, capitalistas, socialistas o comunistas. Saben que, dividido el pueblo sus metas se pueden alcanzar más fácilmente.

Durante décadas nos han engañado escondiendo sus intenciones, sobornando y comprando voluntades con el fin de alcanzar sus objetivos y a punto de lograrlo han estado.

Pero los pueblos soberanos en varios paí­ses de Europa, EE. UU., México y Sur América, se han hecho escuchar y esos gobiernos buscan independencia, soberaní­a, que sus pueblos elijan a sus gobiernos y se oponen a que una élite enferma de poder se atribuya el derecho de dirigirlos.

Su fin está por llegar, cinco quizá diez años tomará finalizar la labor, pero su deseo egoí­sta de mantener el sistema de miseria en que vivimos y que únicamente tiene como objetivo conservar sus privilegios va a terminar.

Los pueblos soberanos están despertando. Ya, no se trata de derechas o izquierdas, se trata libertad o esclavitud. De ser sociedades enfrentadas o pueblos que unidos buscan el progreso.

Este mensaje, es contrario a los intereses del viejo orden mundial, y por supuesto no lo encontrarás reproducido en los medios de prensa tradicionales de tu paí­s, claro es posible encontrar alguna excepción.

Para que este mensaje alcance a más personas es necesario utilizar los medios alternativos de difusión como el internet, las redes sociales, además se espera contar con el apoyo de personas que retransmitan estas publicaciones para despertar a más compatriotas, para que más personas abandonen el rebaño.

La batalla que llevamos adelante los patriotas implica unidad, pues solo unidos somos fuertes. Somos la resistencia al viejo sistema. El pueblo tiene el derecho elegir.

Esta batalla que juntos debemos dar requiere mente abierta, de investigar sobre lo que lees y nutrir tu conocimiento.

Debemos luchar para que prevalezca la visión democrática, reafirmar que ¡el pueblo es quien debe decidir su destino! y no una reducida clase corrupta enriquecida a base usurpar el erario nacional. Debemos asegurarnos de limpiar la clase polí­tica y educar a los votantes para que no sean engañados.

La realidad que vivimos resulta confusa, a veces difí­cil de creer, pues la masiva propaganda nos hace creer que somos revolucionarios.

Nos revelamos en contra de nuestros padres, abandonamos principios cristianos, apoyamos ideas que atentan contra lo que conocemos cómo hombre y mujer.

Nos han hecho creer que ser revolucionario es dejar de creer en el matrimonio, en la familia, permitir que los menores vean homosexuales, lesbianas como algo normal y apoyamos el aborto.

Es entonces que nos creemos liberados, independientes, y es esta fase cuando somos presa fácil de sus propósitos pues estamos divididos y ellos se disponen a someternos a la esclavitud.

Es imprescindible que vuelva el respeto al hogar, que el joven comprenda y se convenza, de que el futuro de su paí­s depende de su preparación y no de extranjeros, que no será faltando a los valores que le dieron lo poco o mucho que ahora posee lo que le dará un futuro próspero.

¡Solo su preparación, trabajo y dedicación a la familia forjarán naciones con futuro!

Años han debido pasar bajo estas terribles campañas a través de medios de la prensa, radio, cine y TV.

Antes los héroes imponí­an la ley, el orden y velaban por la justicia. Ahora nos enseñan que los héroes violan la ley, matan a quien vela por la justicia, fabrican, trafican drogas y destruyen vidas, así­ trabajan y envenenan la mente de jóvenes.

Este manejo de la difusión premeditada de medios que induce a las mentes a ir en contra de principios cristianos debe terminar, debe ser regulada, esto será posible claro está, si tú te encuentras entre los que desea se recuperen los valores cristianos de nuestra sociedad.

Nos hemos acostumbrado a la violencia, a la corrupción, a la extorsión, a ser rebeldes, a no ser responsables, a no respetar al prójimo y menos a los mayores; por su puesto no respetamos a las autoridades corruptas que nos gobiernan.

Y entonces ¡El caos es el resultado!

Es importante entender que restablecer los valores morales y cristianos para que guí­en el comportamiento individual, de familia y sociedad, significa romper con el modelo corrupto de ayer.

Implica el conocer quienes lideran el buen rumbo, tomar la responsabilidad y el control de elegir a quienes nos gobiernan y el ¡Exigir se nos garantice el derecho democrático de removerlos del poder!, si no cumplen la sagrada premisa de mejorar la vida de cada uno los integrantes de nuestra nación.

El tiempo de vivir una nueva era se llega, es el momento para nuestras naciones. El pueblo tiene es sus manos elegir su destino.

En El Salvador el proceder de los actores polí­ticos recientemente ha sido muy similar lo descrito anteriormente. Finalmente fracasaron en su objetivo y quizá busquen implementar nuevas acciones. Ellos buscan, como sus patrones el viejo orden mundial únicamente proteger sus intereses.

El rumbo de la situación polí­tica en El Salvador está lejos de ser clara y es por esta razón yo confí­o en que cualquiera que sea el ¡gobierno que le pueblo elija!, este gobierno deberá seguir la lí­nea de gobierno que del norte venga y por ahora es enriquecer a sus nacionales y acabar con la corrupción.

En muchos paí­ses lamentablemente así­ será, hasta que la unidad sea suficiente, y se recupere la soberaní­a.

Para El Salvador tranquiliza que, para el mes de junio del 2019, mes en que tomará posesión el nuevo gobierno; los gobiernos de EE.UU. y México estarán consolidados y ambos combaten la corrupción, planean invertir en nuestros paí­ses, combaten los ilí­citos y este deberá ser el curso que el presidente electo de este paí­s y otros paí­ses dependientes deberán seguir.

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Ernesto Panamá
Ernesto Panamá
Columnista de ContraPunto, Escritor salvadoreño; Máster en Edición, con 13 obras publicadas

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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