El pueblo salvadoreño realizó la jornada democrática de elegir presidente de la república en las urnas. Muchos hablan del rotundo ganador, otros que se termina el bipartidismo, otros que en las reuniones internas que tendrán anteriores partidos mayoritarios, pero pocos están hablando del verdadero ganador; que ha sido la madurez de un pueblo.
Las elecciones las ha ganado la juventud, que en este país se le sigue invisibilizando, y éstas les están dando así mismos mensajes precisos para que a futuro cada uno tome a prioridad la preparación académica, la obligación de aprender otros idiomas, la voluntad de escuchar y opinar con criterio amplio, la urgencia de comprometerse a ser parte de las soluciones y participar en la política.
Estas elecciones también han contribuido a demostrar la eficacia de las encuestas realizadas, criticadas y satanizadas, porque es fácil aceptar cuando los resultados favorecen, pero no así cuando éstos no. Diferentes academias se acercaron al resultado que se ha obtenido; dejando satisfecha la necesidad del electorado.
Pese a la cantidad de dinero mal gastado en una campaña de muy poca calidad, que dejó exhausto al ciudadano; quien ya sabía que es lo que debía hacer; obviar las amplias críticas a los adversarios, y brindar oportunidad o beneficio de dudar.
Si bien ninguna campaña ofreció sus propuestas concretas para mejorar el país, se unieron las dos fuerzas, en atacar y contra atacarse, que fueron orillando nuevamente a elegir lo nuevo. La oferta de nuevas ideas; de las cuales se tienen referencias por los cambios sustanciales que se ven en la gestión que el ahora presidente, realizó mientras era alcalde.
El claro mensaje de un pueblo cansado de ser tomado con poca seriedad, en términos amigables; porque realmente le han venido considerando ignorante. Éste lejos de castigar y señalar sus faltas ha hecho valer su voto.
La revisión interna que realizarán los partidos, que por 30 años; la población les confió su futuro y el de las nuevas generaciones, en lugar de avanzar han sido las mismas malas acciones, las que son repetidas por diferentes personas, así mal aprovecharon ésta voluntad.
Se espera que lejos de buscar culpables por su derrota en las urnas, puedan asumir su responsabilidad, los ciudadanos conocen sus aportes y fallas, con los señalamientos comprobados e investigados en actos de corrupción. Ésta cometida a nivel ejecutivo, ha sido tan descarada y lo peor considerando que el pueblo no entenderá, el negocio de cargos públicos con poder, por ejemplo.
Las diferentes gestiones realizaron mínimos esfuerzos por evitar el despilfarro público, en ocasiones solo se ve cumplirse de mandos medios a bajos, nunca a los altos niveles, quienes siguen haciendo un extremo abuso con los bienes del país.
Los programas sociales se deben continuar e intensificar, así se hace con lo bueno, se continúa y se mejora.
¿Se harán cambios estructurales? Se espera que sí, que contribuyan a que el país avance con pasos firmes, hacia un mañana que desde hace décadas, se ha confiado al creer en el cambio.