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¿Que sucederia si Ortega Murillo, en sus negociaciones con EEUU incumple como lo ha hecho con la CE

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Ortega no se va pací­ficamente del poder. ¡Vana aunque cándida confianza en quienes abrigan su salida por medios cí­vicos desde la mesa del Diálogo!

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Cuál es el lí­mite de la paciencia del pueblo, de su divina rabia e indignación por los crí­menes del Tirano?

El número de muertos crece y la zozobra de los pobladores de todas las ciudades suben en rezos de clemencias y dudas de seguir con la resistencia cí­vica por otra más activa que detenga la crueldad de las fuerzas agresoras con ánimos de criminales fascistas.

Las estadí­sticas de la matanza de ciudadanos por los Tiranos que aún sustentan el poder son espeluznantes. Cada dí­a que cruza el calendario aumenta el número de ví­ctimas de todas las edades. Nos estamos acostumbrando a la tragedia y la búsqueda de una solución pací­fica se va alejando. El Tirano aprieta la tuerca en su laboratorio de torturas y también se acostumbra sádicamente a los gritos de dolor del pueblo. Un cí­rculo infernal nos comienza a rodear como a los condenados lo hace en el Infierno de Dante; pronto otros lejanos o vecinos oirán nuestros llantos dolorosos pero nuestros oí­dos se irán acostumbrando al desenfreno del suplicio.

El Diálogo ha venido tomando formas venturosas que a lo mejor son productos de nuestra esperanza cí­vica. El Diálogo surgió como iniciativa del Tirano encomendada a la Conferencia Episcopal como respuesta guardada desde 2014. La CEN de buena fe asumió el reto con confianza y esperanza cuasi divinas. Todo saldrá bien! Mi escepticismo ha acompañado a sus protagonistas jóvenes universitarios y campesinos de la ruta canalera así­ como a los demás integrantes de la sociedad civil y la empresa privada en NUESTRA MESA (la otra mesa es la del Tirano). El cinismo de la pareja Tirana es caracterí­stico de su conducta polí­tica: “firmar me harás pagar jamás”. Los pocos avances que ha lucido el Diálogo han sido por cálculos polí­ticos apurados del Tirano: el costo polí­tico de echarlo a perder a causa de engaños y triquiñuelas a los ojos de los gringos y otros aliados de éstos.

Las metas más codiciadas del Diálogo no se han alcanzado tales, como el cese de la represión, justicia para los criminales y la renuncia de Ortega al poder. De aquella fecha de inicio del Diálogo en la que se ve y escucha la voz valiente e insólita del joven Léster Alemán es lo que queda como marca patriótica. De allá a estos dí­as hay avances importantes pero a aún a prueba su efectividad: cese de la represión criminal contra el pueblo.

La aceptación del Gobierno del informe preliminar de las 15 recomendaciones de la CIDH, y la misma presencia de CIDH es el logro más importante hasta ahora. Sin embargo Ortega y su mujer no han respetado ninguna de las 15 recomendaciones porque su aplicación contendrí­a la represión de sus asesinos y el pueblo estarí­a más dispuesto a profundizar su lucha y consigna ¡FUERA ORTEGA! Ahora además es criminal por crí­menes de lesa humanidad.

La voluntad de Ortega es quedarse en el poder; se asustó en los primeros dí­as porque lo sorprendió la protesta popular en su siesta o juerga en el Carmen, “su” Casa del Pueblo. Daniel es mesiánico, cree haber sido signado para una misión (¿??) especial en la vida. Su idea reeleccionista tiene un sustento esotérico que ha sido alimentado por su mujer Rosario, de ahí­ la coherencia de pareja. Irse del poder como reclama la inmensa mayorí­a del pueblo es un mal sueño mas no su realidad. La superstición que se halla tras su afianzamiento al poder es la ideologí­a que lo obliga a actuar como lo ha hecho. Las consecuencias extremas de ese sustento ideológico, son muy semejantes al fascismo que ha sustentado a los grandes criminales polí­ticos de la historia.

Ortega no se va pací­ficamente del poder. ¡Vana aunque cándida confianza en quienes abrigan su salida por medios cí­vicos desde la mesa del Diálogo!

Sin embargo sí­ se puede ir obligado. Y esa es la tarea polí­tica para encontrar las formas que nos permitan su salida del poder con menores costos de sangre y dolor para un pronto retorno a una normalidad que será distinta y nueva.

El Ejército Nacional está en palco y ha sido correcta que esa conducta se mantuviese para los primeros dí­as de la revolución cí­vica. Ahora el EN debe salir de su cómoda posición. El brazo armado del DANIELISMO ha salido a luz; esta realidad forjada en los espacios de dos lustros de su gobierno, va contra los intereses institucionales que la Constitución polí­tica consigna como potestad al EN. (Nada fue oculto en este proceso de “armar al pueblo para defender la revolución”, pues se contó con la colaboración y complicidad de la PN y EN). Todo se puede especular sobre el origen del brazo armado del danielismo menos que el EN lo sea. Las fuerzas criminales actuantes en las ciudades de nuestro territorio cuentan con medios y recursos que en la medida que el pueblo resiste se visibilizan. Fusilerí­a Aks, Dragonov, Drones, vuelos de avionetas fumigando con sustancias tóxicas a las poblaciones señaladas como objetivos militares, etc. Ah y las maniobras cibernéticas en la red! Y dinero suficiente para resistir un buen rato.

En la forja del Régimen Ortega Murillo debió de convencer a los mandos de las instituciones armadas EN y PN. La corrupción fue el medio y la promoción institucional el método. Leyes que favorecieron el poder de la FFAA sobre el civil y mucha corrupción, que hizo llover dinero, tierras, cargos y trabajo para propios, colegas y familiares. Daniel Ortega, avanzó a pasos de gigantes en la compra de fidelidades que doblaron la columna de la institucionalidad ante su autoridad; rompió las polí­ticas de la institucionalidad vigente y colocó  encima la partidización y el culto al mandatario. Los altos mandos de ambas instituciones fueron inamovibles después de la limpieza polí­tica, salvo en contrario la decisión de Dictador. Acabó con la idea polí­tica de las instituciones armadas como instituciones de la nación. Tras esas acciones el Tirano labró su brazo armado conocidos como JS, parapolicí­as, paramilitares, y creciendo con otras las fuentes.

El EN debe jugar un papel singular en la crisis. Nada de carta blanca. La corrupción lo penetró y tal daño institucional no se cura con un “arrepentimiento o una confesión con un alto sacerdote o pastor, según el credo. El EN debe ser quien desarme al brazo armado de Ortega Murillo y si tiene que ser cruento que lo sea a menor costo. Esa operación de desarme, sin indulgencias que saboteen la justicia necesaria, es arriesgada y no siempre incruenta. Pero debe realizarse y el EN es el indicado.

La otra ventaja polí­tica que el Diálogo ha logrado es la presencia en nuestro paí­s de los organismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, Comunidad Económica Europea y OEA con todas sus organizaciones especializadas. Y crece el apoyo internacional a la lucha cí­vica de nuestro pueblo. Estas representaciones están bien informadas de nuestro drama.

En la mesa de Diálogo debe de hallarse el MANDATO POLíTICO para que el EN desarme al brazo armado de Ortega Murillo. Este acuerdo debe ser taxativo y controlado por las agencias arriba indicadas, y respaldado por las fuerzas que en el diálogo apoyen el cese a la represión, la justicia y la salida de Ortega del poder. Creer o confiar que la representación del gobierno estará de acuerdo con un mandato como el sugerido, es ingenuidad e imprudencia pueril.

Es una sugerencia a que el EN sea una especie de cuerpo armado de paz ante los riesgos que se agoten los medios polí­ticos actuales y surjan con más fuerza las ideas de guerra civil y/o intervención armada extranjera. Ortega loco e insensato está dispuesto a todo a cambio de “morirse en sus tres”.

El Pueblo debe mantenerse en movimiento expresándose en todas las formas cí­vicas que ha ido desarrollando para extender la rebelión cí­vica a todo el territorio nacional. La gran empresa capitalista que lo haga con decisión patriótica sea mediante paros empresariales o lockout, pero siempre como expresiones de repudios al régimen Ortega Murillo, por la justicia y la paz.

Y confesión conclusiva: EN tiene una oportunidad de lavarse la cara separándose de Ortega Murillo y librando al paí­s de un brazo armado que hará muy difí­cil la labor de arreglar la vieja institucionalidad para levantar la nueva que hará luz sobre los corazones henchidos de los ciudadanos que se la jugaron por la libertad persiguiendo la justicia.

Mis respetos a CEN por su tenaz papel al lado del pueblo, el valor desplegados de sus sacerdotes, la disposición de los templos como albergues para el descanso y refugio de los luchadores del pueblo. Yo admirador silencioso de Francisco Papa, testimonio que una nueva grey surge de esta cruenta pero heroica jornada de lucha justa.

Tomado del blog: Patria y Libertad

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Henry Ruiz
Henry Ruiz
Comandante de la Revolución Sandinista de Nicaragua

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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