El canciller de la República, Hugo Martínez, aseguró que ante la medida de deportar pandilleros anunciada recientemente por el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la Policía salvadoreña los detendrá en el aeropuerto luego de que la nación norteamericana otorgue todo el historial criminal para darles seguimiento.
“Sobre los miembros de organizaciones criminales, estamos de acuerdo con la administración Trump de que no importa dónde estén los mareros, el brazo de la justicia los alcanzará en cualquier lugar. (“¦) Estados Unidos nos va a facilitar más detalles de estas personas para que sean detenidas o monitoreadas si son regresadas a El Salvador”, explicó Martínez.
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Recientemente, el fiscal general del Consejo sobre Crimen Organizado del Departamento de Justicia de EUA, Jeff Sessions, confirmó que más pandilleros serán deportados a sus países de origen y que el gobierno estadounidense tomará medidas de “cero tolerancia” contra los mismos.
“La MS-13 representan una de las más serias amenazas a la seguridad de Estados Unidos. Estas organizaciones se enriquecen pedaleando veneno en nuestras comunidades, traficando niños para explotación sexual e infligiendo violencia horrenda", añadió Sessions entonces.
Ante esto, Martínez fue contundente al declarar que no todas las personas repatriadas con algún tipo de antecedente delictivo son criminales. “Una pequeña parte son gente vinculada a pandillas y otra parte son personas que tiene acumulados dos delitos como faltas al reglamento de tránsito o violencia intrafamiliar”, explicó.
El funcionario sostuvo que El Salvador ya tiene trazada su estrategia para enfrentar dichas deportaciones y descartó que estas sean masivas.
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“Sí debemos estar preparados, pero tampoco debemos disparar las alarmas como para pretender que aquí vamos a tener una deportación masiva de pandilleros porque no es el caso al que estamos asistiendo en este momento”, sostuvo el canciller.
De acuerdo a datos de la Dirección General de Migración y Extranjería de El Salvador, entre enero de 2009 y febrero de 2013, Estados Unidos deportó a 76 mil 828 salvadoreños; de estos, 31 mil 459 tenían antecedentes penales en ese país por tenencia de drogas, vínculos con pandillas, homicidios y secuestros.