sábado, 13 abril 2024

Publicarán cuatro relatos inéditos de Gabriel Garcí­a Márquez

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Se trata de dos relatos y dos cuentos que el escritor colombiano habrí­a escrito en 1948

Corrí­a abril de 1948 cuando un joven Gabriel Garcí­a Márquez escapó del "Bogotazo" y regresó a su Caribe natal donde comenzó a forjar su leyenda con relatos que en ocasiones pasaron inadvertidos y que hoy son tan codiciados como los cuatro inéditos que han visto a la luz gracias en Bogotá al Banco de la República.

En total, son 66 folios escritos por el Nobel colombiano poco después de huir de Bogotá y que contienen cuatro textos originales publicados y cuatro inéditos: dos relatos y dos cuentos.

El primero de los escritos forma parte de una colección que Garcí­a Márquez publicó en el diario El Heraldo, denominado "Los relatos de un viajero imaginario" y que no vio la luz en su momento pero que supone "su primer esfuerzo por construir una serie, una narración más extensa", según explica a Efe el investigador del Banco de la República Sergio Sarmiento.

Los otros son dos cuentos y un último relato que "parece que es parte de una serie más larga o de un cuento" pero del que solo ha sobrevivido "el fragmento final", todos ellos escritos poco después de la llegada de Gabo al Caribe, impresionado por el horror del "Bogotazo", la asonada que siguió al asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948.

"Mi hermano y yo salimos a la calle después de tres dí­as de encierro. Fue una visión terrorí­fica. La ciudad estaba en escombros, nublada y turbia por la lluvia constante que habí­a moderado los incendios pero habí­a retrasado la recuperación", escribió Gabo en su libro de memorias, "Vivir para contarla".

Los incendios eran apenas los rescoldos de la violencia desatada en la capital colombiana tras el asesinato de Gaitán, un crimen que marcó la historia de Colombia en el siglo XX y la vida de un Garcí­a Márquez que ya habí­a tenido en Bogotá sus primeros escarceos con la literatura.

Ya más calmado, comenzó a trabajar como periodista y lanzó su carrera  literaria en el Caribe pero todaví­a con el recuerdo fresco del fuego que se extendí­a por Colombia.

"Este periodo es interesante porque para esta época Gabo ya habí­a publicado tres cuentos en El Espectador que fueron escritos en la capital, pero de ahí­ en adelante las primeras publicaciones de sus cuentos se van a dar en la costa (atlántica) y es cuando se vincula como periodista por primera vez", agrega Sarmiento.

Estos  textos que ahora han adquirido "son de la época de periodista, también son posiblemente de lo más antiguos que se conservan y dan una muestra de ese primer periodo de Gabo tanto en la cuentí­stica como en el periodismo", añade.

Todos ellos fueron adquiridos por un investigador de la obra de Garcí­a Márquez que trataba de conocer más ese  primer impulso creador del escritor y que, a su muerte, pasaron a manos  de su familia que finalmente se los ofreció al Banco de la República (emisor), que tiene una red de bibliotecas y museos en el paí­s.

Esta entidad los ha restaurado y los pondrá a disposición de los colombianos en la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá.

Cómo  llegaron desde la máquina de escribir de Garcí­a Márquez hasta las manos  del investigador constituyen un auténtica hoja en blanco difí­cil de rellenar.

Entre los relatos inéditos está uno de los cuentos que ha recibido el nombre de "El ahogado que nos traí­a caracoles", no está completo y aparece un personaje de nombre "Úrsula" que recuerda a la Úrsula Iguarán de "Cien años de soledad", lo que prueba que ya entonces comenzaba a tener esa novela en la cabeza.

El otro cuento, al que los investigadores del Banco de la República han llamado "Olor antiguo",  constituye para Sarmiento un experimento "con la influencia de (Ernest)  Hemingway" que comenzó a filtrarse en su obra y subir a su altar personal.

El que forma parte de la saga mayor ha recibido el nombre de "Las barritas de menta" y permite al lector acercarse a su natal Aracataca con "una visión muy juvenil" construido a partir de la visita de un viajero.

El cuarto, que hasta el momento no tiene nombre y es el que hasta ahora más desapercibido ha pasado, narra lo que  sucede en un pueblo durante un eclipse.

Todos estos documentos suponen "una mirada excepcional a los comienzos de Gabo", además de permitir a los lectores conocer "el periodo de aprendizaje de sus primeros años" del escritor colombiano, según explica Sarmiento.

Y  todo, después de haber llegado a Cartagena para abandonar su carrera de  abogado y ver las murallas de la ciudad desde un vehí­culo cuyo "conductor saltó del pescante y anunció con un grito mordaz: ¡La Heroica!".

"La llovizna y la niebla que persistí­an en Bogotá (…)  tení­an un tufo de pólvora y cuerpos podridos", recuerda el nobel acerca  de su marcha en "Vivir para contarla".

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