En El Salvador existe una crisis de gobernabilidad, es decir una incapacidad de las instituciones gubernamentales para solucionar democráticamente los conflictos. “La falta de credibilidad en los gobernantes y la desconfianza de la ciudadanía en las instituciones, inhabilitan al régimen político y debilitan su gobernabilidad” (*). La crisis de gobernabilidad se expresa en nuestro país en la forma de desprestigio de los principales partidos políticos tradicionales, la incapacidad de las instituciones públicas para paliar las necesidades sociales de la población (empleo, salud, educación, vivienda, transporte público, energía eléctrica, seguridad, etc.), la corrupción de la mayoría de los altos funcionarios públicos, la participación de grandes empresarios en el crimen organizado. Esta crisis de gobernabilidad se expresa en un mayor control territorial de las organizaciones ilegales (pandillas), la creación y desarrollo de movimientos y partidos políticos que luchan contra los principales partidos tradicionales, campañas políticas cada vez más basada en ofertas que el estado no tiene la capacidad financiera para cumplirlas.
Una crisis de esta naturaleza afecta negativamente los valores, la posibilidad de mejorar las capacidades de las instituciones, la rentabilidad de las empresas que cumplen con la ley, la productividad de la economía, la posibilidad de atraer inversiones del exterior, hace crecer la necesidad de irse de este país (migrar). Pero también crea las posibilidades de superar la crisis.
Durante los dos años de campaña presidencial adelantada, los principales partidos tradicionales no han mostrado que pretendan cambiar de comportamiento para ser instrumentos políticos fieles a los intereses de la ciudadanía; hay varias muestras que se están utilizando prácticas políticas que en vez de superar la crisis tienda a perpetuarse o profundizarse. Si los partidos políticos tradicionales no aceptan internamente los errores que se han venido cometiendo en contra de los intereses de los ciudadanos y no se adoptan medidas para superarlos, todo continuará más o menos igual, con modificaciones del lenguaje, pero profundizando la crisis. Por ejemplo, las propuestas para combatir legalmente la corrupción, presentadas por el candidato del Partido ARENA, muestran una actitud positiva de este partido ante la crisis, pero queda opacada ante la negativa de la dirigencia de su partido para aceptar internamente su responsabilidad en los actos de corrupción cometidos durante aproximadamente treinta años; algo parecido esta sucediendo en el FMLN, hizo un llamado a sus bases a participar y mostrar al resto de la población que ese partido tiene apoyo ciudadano, lograron hacer una concentración masiva de más de cuarenta mil personas, pero están haciendo muy poco para superar las actitudes y decisiones de la dirigencia que hizo que una parte significativa de su militancia se alejara de ese partido.
El principal impacto de la creación, desarrollo y legalización del partido Nuevas Ideas, ha sido que una parte importante de la población conozca la naturaleza de la crisis política que existe en el país en la actualidad y que los partidos políticos tradicionales se den cuenta que no deben continuar con las mismas prácticas políticas para satisfacer sus intereses personales o de un grupo pequeño de personas con poder económico. En la actualidad la principal debilidad de este partido es la falta de soluciones concretas a los principales problemas del país.
(*) ílvarez, Aldo F. Crisis de gobernabilidad y crisis de la democracia. El Mundo. 16 de Febrero 2018