“No ando tranquilo, vivo preso en mi propia casa, tengo años de no salir a un parque o a una playa”, expresó con tristeza el agente policial, Marvin Reyes, quien aseguró que los constantes ataques a policías por parte de estructuras pandilleriles es causa de que agentes vivan con psicosis y estrés.
Reyes es policía desde 1996, desde hace 20 años brinda seguridad a la ciudadanía y siempre ha realizado sus funciones “con el mayor de los gustos”, sin embargo, asegura que ante la vorágine delincuencial que se vive en el país y que en 2015 cobró la vida de 64 agentes se ha vuelto una persona intranquila y temerosa de que cualquier día pueda arrebatársele la vida.
“Al único lugar donde salgo es al supermercado a comprar las cosas de la casa, nosotros no salimos, no podemos tener una vida social porque los criminales aprovechan esos espacios en los que estamos más vulnerables y andamos con la familia”, explicó el agente en una entrevista exclusiva para Diario ContraPunto.
En lo que va de 2016, 26 policías han perdido la vida a manos de pandilleros, quienes aprovechan que los agentes se encuentren de licencia para quitarles la vida, en emboscadas y también en enfrentamientos armados. Desde 2014 a lo que va del presente año han muerto violentamente 129 policías, según fuentes oficiales.
“La mayoría de compañeros han muerto en el momento que van para su casa, de camino al trabajo, cuando van en los buses. El policía ya no puede vivir la vida normal que cualquier persona vive, porque somos blanco de esta guerra social”, acotó Marvin.
Reyes afirma que la situación de violencia en contra de policías ha generado que varios de sus compañeros abandonen el país a fin de resguardar sus vidas y la de sus familiares que muchas veces se han vuelto víctimas de criminales. Asegura que en 2015, más de mil policías partieron a diferentes regiones del extranjero.
“Al ser policías uno queda marcado, si usted se sale de la institución y busca otro trabajo le cuesta que se lo den, por eso es que los compañeros deciden que es mejor irse, los compañeros se fueron buscando mejores oportunidades, unos ilegales, otros con visa pero la idea es proteger sus vidas y sacar a sus familias de los lugares donde vivían”, detalló el agente.
“Aprendiendo a vivir con tensión”
Reyes atestiguó que la mayoría de agentes presentan problemas de salud mental al vivir con preocupaciones y miedo de ser asesinados, los cuales no son tomados en cuenta con seriedad por el Gobierno y máximas autoridades policiales.
“No existe ningún tipo de atención psicológica que vaya encaminado a proteger y garantizar la salud mental de los policías, lo digo con propiedad que en los 20 años que tengo ahí, nunca he visto un plan de esos. El que no promuevan este tipo de programas es una de las grandes deficiencias que tiene la institución”, dijo el efectivo policial.
Ante esto, el psicólogo forense, Oscar Castillo asegura que tanto policías como sus familiares viven un estrés emocional permanente y de ansiedad.
“Es un estado marcado de estrés y ansiedad, las familias a los que les han asesinado parientes que eran policías o a policías que ven morir a sus compañeros pierden el sentimiento de seguridad personal porque suelen pensar que a ellos también les puede suceder. La seguridad que nos permite levantarnos cada día se va perdiendo”, explicó el psicólogo.
El médico asegura que una persona que se encuentra en un estado de ansiedad e inseguridad, como los policías, sufren de mala salud mental y puede llegar a afectar no solo sus vidas privadas, sino también la laboral.
“Desprevenidos los atacan”
Ante las numerosas muertes violentas de agentes, el criminólogo, Ricardo Sosa asegura que el Gobierno y las autoridades policiales deben idear políticas de protección para los policías que cumplen a diario su deber en zonas asediadas por la delincuencia.
“La mayoría de agentes son atacados desprevenidos en sus días libres en los que no están uniformados, que no porta su arma de fuego y que no está esperando un ataque, sino esta en sus labores familiares y actividades personales, es decir, como una persona que está en un día normal y son abatidos a balazos”, manifestó el experto.
Ante los constantes ataques, Sosa asevera que las autoridades de Seguridad deben poner énfasis en la capacitación de policías, por ejemplo, en tiro táctico avanzado, “los policías ya no están para recibir capacitaciones básicas ni para ir a probar sus armas de equipo, sino un adiestramiento altamente especializado para que tengan el nivel de responder a los ataques de los cuales son víctimas”.
El criminólogo afirma que un programa de salud mental en el cuerpo policial es fundamental y tiene que ser ejecutado por especialistas en psicología, psiquiatría y trabajadores sociales, lo que les permitirá que los agentes se desarrollen en sus días libres.
“También los policías deben poseer una lista de zonas de alto riesgo o lugares que los policías no deben visitar en sus día libres, por ejemplo, prostíbulos, cervecerías, loterías, casinos, discotecas entre otros, porque estos son asediados por el crimen organizado también”, explicó Sosa.
Además aseveró que el Gobierno debe establecer programas de políticas de viviendas exclusivas para los miembros del cuerpo policial y sus familias en zonas de menor riesgo y con financiamientos especiales.
Mientras tanto el agente Reyes, quien asegura ha aprendido a vivir bajo tensión y pensando si algún "sospechoso" lo andará buscando para matarlo o hacerle daño a su familia, clama al Gobierno para que piense en los policías como seres humanos y se les atienda.
“Solo piensan en más vehículos, en más botas, son importantes pero lo primordial es pensar en el policía como ser humano, sino el policía se irá de la institución porque pide a gritos que se nos escuche, que nos atiendan como se debe”, apuntó el policía.