Por Hans Alejandro Herrera.
Poetas cristianos, musulmanes sodomitas, borrachos, religiosos y una batalla de poetas que duró cuarenta años. El período de mayor esplendor de la civilización islámica se dio entre los califatos Omeya y Abasí, de los siglos VII al X d.C. Una época dominada por el aroma de la poesía.
A diferencia de la poesía pre islámica de corte más guerrero y en el marco de las caravanas y el desierto, la poesía árabe que se desarrolló posteriormente fue ante todo una poesía de corte, urbana y en ocasiones transgresora y báquica. Aquí un breve vistazo.
Los maestros poetas Omeya, Al-Akhtal al-Taghlibi

«Y si me apuntaste cuando me lanzaste
Tu flecha, pues el tiro acierta sin saber.
¿Es el curso de sus lágrimas fluido? Su collar
Fluye, pero su tobillera no se mueve.
Muere y revive junto al amante, retorciéndose
En lecho fugaz, de cintura esbelta.
Y cuando os alejabais de nosotros, vuestras sombras
Se cruzaban, o pasaba la noche con vuestro recuerdo»
Al-Akhtal al-Taghlibi era un poeta árabe que vivió entre los s. VII, VIII, lo sorprendente del caso es que no era musulmán sino cristiano. Algunos autores lo apodan el “mayor poeta árabe” junto con Al Mutanabbi. No obstante de ser cristiano elogió a los califas omeyas de Damasco en el Levante , y los elogió mucho. Era un poeta con palabras pulidas, buena escritura y mucha creatividad en su poesía. Es uno de los tres grandes maestros de poesía árabe, considerados los personajes más poéticos de su tiempo: Jarir , Al-Farazdaq y Al-Akhtal.
No obstante el dominio absoluto del islam en la región, nuestro poeta siguió siendo cristiano durante toda su vida, eso a pesar de las exigencias del Califa de que se convirtiera al Islam . Literariamente, es famoso por sus enfrentamientos poéticos con los poetas Jarir y al- Farazdaq . Akhtal era un seguidor de la tradición literaria beduina, el Qasideh , con prólogo erótico – elegíaco . También le gustaba la sátira ; su primera sátira la compuso contra su suegra. También utilizó la sátira contra algunos pretendientes al trono, esto en el marco de lo que podríamos considerar literatura de propaganda.
Su fama ha sido tal que siglos después un cráter en Mercurio fue bautizado con su nombre ( “Al-Akhtal” . Diccionario geográfico de nomenclatura planetaria . NASA).

Un día, el califa Abd al-Malik lo invitó a su palacio para escuchar uno de sus poemas, después de pedirle al califa cuatro copas de vino, se lanzó a recitar su poema. Esto es un dato cultural muy importante en el contexto islámico que luego detallaremos a profundidad.
Al-Akhtal al-Taghlibî es reconocido como uno de los grandes panegiristas del periodo omeya. Se hizo famoso por sus sátiras y panegíricos de alto nivel en un período en que la poesía era un importante instrumento político. Al-Akhtal fue presentado a Yazid I por Ka’b ibn Ju’ayl y se convirtió en un amigo cercano del heredero aparente del califa Mu’awiya I ( r. 661–680 ). Yazid, cuando accedió al trono, fue generoso con al-Akhtal. A pesar de su cristianismo , fue favorecido por los principales califas omeyas. A lo largo de su vida, al-Akhtal fue un partidario de la dinastía gobernante Omeya . Fue también amigo de Juan Damasceno hasta que éste decidió abandonar su puesto en la corte omeya para hacerse monje.
Elogió en sus panegíricos a Yazid, Abd al-Malik ibn Marwan y al-Walid I y en sus sátiras atacó a todos los oponentes de los califas. Al-Akhtal se convirtió en el poeta oficial de la corte de Abd al-Malik, a quien dedicó numerosos panegíricos. Pero cayó en desgracia bajo el reinado de Al-Walid. La tradición beduina preislámica siempre está presente en los poemas de al-Akhtal y sus panegíricos muestran la continua vitalidad de esta tradición. Los panegíricos de al-Akhtal adquirieron un estatus clásico. Su poesía fue aceptada por los críticos como una fuente de árabe puro.
Se conocen pocos detalles sobre la vida personal de al-Akhtal, salvo que se casó y se divorció, y que pasó parte de su tiempo en Damasco y parte con su tribu en Jazira (Alta Mesopotamia). En la guerra de Taghlib-Qays participó en el campo de batalla, así como con sus sátiras . En la lucha literaria entre sus contemporáneos Jarir ibn Atiyah y al-Farazdaq , Akhtal se vio inducido a apoyar a este último poeta. Al-Akhtal, Jarir y al-Farazdaq forman un trío célebre entre los árabes, pero en cuanto a la superioridad existe disputa. Abu Ubayda lo colocó en el primer lugar de los tres porque entre sus poemas había diez qasidas (odas poéticas árabes) impecables y otras diez casi tan perfectos, y que esto no podía decirse de los otros dos.
«Al amanecer, como murciélago, frota sus ojos:
¡Qué rostro vil y qué vientre despreciable!
Vosotros, Banu ‘Ajlan, sois los más viles
y más bajos para presenciar altos asuntos.
Hijos de vestidos sucios, como si
Banu ‘Ajlan los hubieran teñido con hollín.
Sus talones gastados de tanto pastorear,
nalgas expuestas al viento y al resuello.
Si los pueblos ocupan lugar de honor,
vosotros, Banu ‘Ajlan, ocupáis el de la ruina»
En otro poema se refiere de una tribu de enemigos del califa,
«Amir vende a sus hijos
por dátiles y espigas de trigo
(…)
y nunca vi que emplumaran ni afilaran flechas.
(…)
Golpeamos a los hijos de Dujan hasta dejarlos
como restos de virginidad tras la lujuria»
Sobre Akhtal, el fundador de la dinastía abasí, Al-Mansur , dice : “¿Qué poeta podría, al elogiarme, igualar los versos del hijo de la mujer cristiana alabando a los Omeyas? »
En la actualidad sólo quedan unos 2.000 versos de las obras de Akhtal.
“El otro matrimonio”, de Ghiyath ibn Ghawth al-Taghlibi al-Akhtal:
«Cada uno de los dos pasa la noche
con su propia inquietud,
como si a cada lado hubiera heridas
al contacto del lecho.
A su anterior esposo llora ella,
y yo, por mi otra esposa,
me lamento.»
Y Aquí un fragmento del poema, que al-Akhtal pronunció ante el califa, mientras estaba borracho.
«Me duele la cabeza por mis palabras.
Porque las palabras a menudo pueden herir
donde fallan las puntas de las espadas»
Permítanme terminar este apartado con un artículo de la Academia escrito por Suzanne Stetkevych que tal vez pueda iluminar el contexto en el que Akhtal pudo haber hecho su observación. La anécdota es de alguien llamado al-Iṣbahānī, Kitāb al-Aghānī :
«Al-Akhtal se presentó ante Abd al-Malik ibn Marwān, quien le pidió que recitara para él. “Tengo la garganta seca”, respondió el poeta, “ordena que alguien me traiga algo de beber”. “Traedle un poco de agua”, ordenó el Califa. “Eso es para los burros”, dijo Al-Akhtal, “y tenemos mucha”. “Entonces dale leche”. “¡Hace mucho que me destetaron!” “Entonces dale miel”. “¡Eso es para los enfermos!” “Bueno, ¿qué quieres?” “¡Vino, oh Comendador de los Creyentes!” “¡¿Alguna vez me has visto servir vino, bastardo?! Si no fuera por el vínculo inviolable entre nosotros, ¡oh, lo que te haría!” Entonces Al-Akhtal se fue y se encontró con uno de los asistentes de Abd al-Malik. «Maldito seas», le dijo, «el Príncipe de los Creyentes me ordenó recitar, pero mi voz estaba ronca. ¡Dame un poco de vino!» Y así lo hizo. Entonces al-Akhtal dijo: «¡Combínalo con otro!» Y así lo hizo. «Has dejado a los dos peleándose en mi estómago, ¡mejor dame un tercero!» Y así lo hizo. «Ahora que me has dejado inclinado hacia un lado, dame un cuarto para equilibrar». El sirviente se lo dio, y al-Akhtal fue ante Abd al-Malik y recitó:
Los que vivían contigo se fueron apresuradamente,
partiendo al anochecer o al alba,
alarmados y expulsados por el capricho del destino
se dirigieron hacia tierras lejanas….
Cuando terminó el poema, Abd al-Malik le dijo a un joven sirviente: “Tómalo de la mano, muchacho, y ayúdalo, colócale ropas de honor y recompénsalo generosamente”. Luego proclamó: “Cada pueblo tiene su poeta, y el poeta de los Banū Umayya es al-Akhtal”.»
El poema es, de hecho, mucho más largo que el único verso que se cita y respalda a los omeyas en profundidad. La “transgresión” mencionada anteriormente es haber pedido vino al gobernante musulmán. De hecho, Akhtal estaba tan visiblemente borracho al final que tuvieron que ayudarlo a salir de la habitación. Pero la importancia para un gobernante árabe de recibir el respaldo de un poeta consagrado era mayor que cualquier nueva regla inventada sobre el vino.
En la página 116 del artículo del Journal Asiatique están los versículos que buscamos. El califa Abd-al Malik no estaba muy comprometido con el Islam, pero aun así hizo el esfuerzo.
Un día, cuando Akhtal vino a recitar un brillante panegírico, el príncipe le preguntó: “¿Por qué no te haces musulmán?”
—Lo haré —dijo el poeta riendo—, siempre y cuando me concedas el uso del vino y una exención del Ramadán.
Abd-al Malik, cuya propuesta era seria, se tomó a mal esta obscenidad. “Sabe”, dijo, “que una vez que te conviertas en musulmán, si descuidas incluso una de las obligaciones del Islam, te haré decapitar”.
Sin inmutarse, Akhtal respondió con estos versos:
“¡No! Nunca observaré el ayuno del Ramadán ni comeré la carne de los sacrificios.
Nunca conduciré un camello joven y robusto hacia el valle de La Meca en el tiempo de la peregrinación.
Nunca gritaré como un burro: “¡Venid a la oración!”.
Sino que continuaré bebiendo el licor bendito y prosternandome al amanecer”.
—Pero —dijo el Califa— ¿qué atractivo tiene para vosotros esta miserable bebida?
—Señor —respondió Akhtal—, cuando bebo no me preocupo por vos más que por la correa de mi sandalia.
«Improvisa unos versos sobre este pensamiento», dijo el Califa, decididamente de mal humor, «o te levantaré la cabeza de los hombros». El poeta tuvo que obedecer, pero afortunadamente en este asunto no lo tomaron por sorpresa:
Si mi deseo me hace dar dos vueltas para vaciar tres copas de un generoso vino, me levanto arrastrando los pliegues de mi túnica como si fuera vuestro amo, ¡oh Maestro de los fieles!
La primera referencia que se da es “Divan 156 y 154”. Parece ser una publicación “Divan of Akhtal”, publicada por la prensa católica de Beirut.
«Trajo el vino, y fue como si en una vasija / refulgiera y espumajease el mismo planeta Marte»
Jarir ibn Atiyah

Ya famoso por sus versos, se hizo más conocido por su disputa con los poetas rivales Farazdaq y Akhtal . Junto a ellos formaban la triada omeya. Sus versos, como los de sus contemporáneos, son en gran parte sátira y elogio .
Una larga serie de versos de Farazdaq satirizan su disputa con Jarir y su tribu, los Bani Kulaib. Estos poemas se publican como Nakaid de Jarir y al-Farazdaq . Se dice que la disputa entre ellos duró 40 años, y que Jarir supuestamente la disfrutó tanto que cuando recibió la noticia de la muerte de Farazdaq, perdió la voluntad de vivir y murió espontáneamente a partir de entonces.
Poema por la Muerte de Al-Farazdaq, de Jarir ibn Atiyah al-Khatfi Al-Tamimi (Arabia Saudí, 650-728):
«¡Por mi vida! Ha afligido a Tamim, la ha derrumbado,
A mano de los rigores de la suerte, de al-Farazdaq la muerte.
La tarde que acudieron para abandonarlo
—con sus parihuelas— en una tumba abierta
En el abismo de la tierra, bien hondo,
Dejaron en la sepultura a quien un tiempo perteneciera
A toda estrella, sobre el cielo cernida.
Murió quien llevara el peso de las deudas ajenas….»
Al-Farazdaq

«Sus manos son lluvia copiosa que a todos llega,
Son hechas llover y nunca se agostan.
Hombre de fácil carácter, de arrebatos no temidos,
Lo adornan dos cualidades, buen carácter y genio.
Portador de cargas ajenas cuando abruman,
Dulce de disposición, dulces en él son los síes.
Nunca dijo «rotundamente no»,
A no ser en la profesión de fe.
Si no fuera por ella, sus noes serían síes.»
Junto con sus colegas al-Akhtal y Jarir, al-Farazdaq creó el género de poemas polémicos (Naqā’id), en los que se vilipendiaba a otros poetas. Formalmente eran poemas con métrica y rima fijas. Se utilizaron juegos de palabras, sarcasmo y autoelogios como recursos estilísticos
Otro género en el que al-Farazdaq trabajó fue el de los Kasids , aunque los Kasids de al-Farazdaq, a diferencia de los de sus dos compañeros poetas, no contenían un Nasib (introducción erótica).
Es más famoso por el poema que pronunció en La Meca cuando Zayn al-Abidin entró en el Haram de la Kaaba , lo que enfureció al Emir. El poema se considera extremadamente poderoso y significativo para la vida de Al-Farazdaq, ya que fue encarcelado por ello
Aroma a pergaminos y manzanas
Otros poetas pero de corte más erudita y con vocación de gramáticos y lexicógrafos fueron:
Jalil ibn Áhmad al-Farahidi (718-791) (أبو عبد الرحمن ، الخليل بن أحمد الفراهيدي) escritor y filólogo del sur de Arabia (actual Omán). Publicó el primer diccionario de la lengua árabe, Kitab al-‘ayn (El libro fuente), que probablemente finalizó uno de sus alumnos. El libro fuente pretendía esclarecer las palabras originales del vocabulario árabe y no estaba ordenado alfabéticamente, sino siguiendo un patrón de pronunciación desde la letra más profunda en la garganta ﻉ (ayn) a la más labial, م (mìm). Maktabah Al Hilal imprimió su diccionario categorizado y revisado por los doctores Mahdi al-Makhzūmi y Ibrāhim al-Samirā’ì en ocho volúmenes.
Jalil ibn Áhmad escribió además varios libros de poesía, configuró la métrica árabe y estableció el sistema de diacríticos del árabe (harakat). Debió de morir en Basora entre 777 y 791. Sibawayh fue alumno suyo. Fue conocido como la “estrella brillante” de la escuela de gramática árabe de Basrán , un erudito y polímata.
Vivía en una pequeña casa de caña en Basora y una vez comentó que cuando su puerta estaba cerrada, su mente no iba más allá de ella. Enseñó lingüística, y algunos de sus estudiantes se convirtieron en profesores ricos. Los principales ingresos de Al-Farahidi eran la cetrería y un jardín heredado de su padre. Se citan dos fechas de muerte, 786 y 791 d. C. La historia cuenta que fue la contemplación teórica lo que provocó su muerte. Ese día, mientras estaba profundamente absorto en la contemplación de un sistema de contabilidad para salvar a su sirvienta de ser engañada por el verdulero , entró en una mezquita y allí, distraídamente, chocó contra una columna y resultó fatalmente herido.
Sibawayh ( árabe : سِيبَوَيْه IPA: [siːbawajh] (también pronunciado IPA: [siːbaweː(h)] en muchos dialectos modernos) Sībawayh ; persa : سِیبُویه Sībūye [siːbuːˈje] ; c. 760–796 ), cuyo completo Su nombre es Abu Bishr Amr ibn Uthman ibn Qanbar al-Basri ( أَبُو بِشْر عَمْرو بْن عُثْمَان بْن قَنْبَر). ٱلْبَصْرِيّ , ‘Abū Bishr ‘Amr ibn ‘Uthmān ibn Qanbar al-Baṣrī ), fue un destacado gramático persa de Basora y autor del primer libro sobre gramática árabe . Su famosa obra sin nombre, conocida como Al- Kitāb , o “El Libro”, es un análisis seminal de la lengua árabe en cinco volúmenes.
Su apodo persa Sibuyeh , arabizado como Sībawayh(i) , significa “aroma de manzanas” que proviene de la raíz persa sib que significa manzana y, según se informa, se refiere a su “dulce aliento”.
Califato Abasida, médico de amores con olor a azafrán
ABBAS IBN AL-AHNAF,

«Abbas, yo quisiera que fueras mi camisa
Pegada a mi cuerpo; o yo ser tu blusa.
O que ambos estuviéramos en una copa
Tú como vino, yo como agua de lluvia.
O que fuéramos dos pájaros amantes
Que viven, solos, en el desierto.
No personas»
Su obra consiste únicamente en poemas de amor ( ghazal ). Se ocupa principalmente de la desesperanza del amor, y los personajes en sus composiciones parecen resignados a una relación de privaciones. El vocabulario que eligió fue simple y su estilo es fluido y fácil.
Se cuenta que el visir de Harún al-Rachid mandó a llamar al poeta para intentar reconciliar al califa y a su concubina favorita que habían llegado al término en que no se podían ni ver. Abbas ibn al-Ahnaf escribió un grupo de poemas que les entregó a ambos para que leyeran juntos. Después de la lectura, la concubina accedió a continuar la relación con el califa a condición de que se le pagara a al-Ahnaf. Éste fue pródigamente reconocido por el califa, por la concubina y por el visir (…) Su poesía está dedicada fundamentalmente al amor a secas, al amor sensual.
«Te burlas de mí cuando te hablo
Pero los amantes que recitan mis versos
Tienen éxito. Así me he convertido
En el pabilo de una vela
Destinado a iluminar la habitación
Para otro hombre
Mientras me abraso afuera en el aire enrarecido»
Al-Mutanabbi, de pomposo cobarde a mártir de la sombra de su propia estatua

«La gente que se sienta conmigo sabe
Que soy el mejor que jamás haya caminado sobre pies.
Soy yo, cuya educación hasta el ciego mira,
Y mis palabras penetran hasta el oído de los sordos»
Empezó a escribir a la edad de nueve años, toda su vida se caracterizó por una actitud estoica y pesimista. Creía que los árabes eran muy superiores a los “extranjeros bárbaros” y que los árabes del sur incluso superaban a los árabes del norte . Se dice que su familia tiene sus orígenes en los Ju’fi yemeníes, una tribu del sur de Arabia. Además, percibía el mundo como un lugar de tentación y de maldad, en el que sólo reinaba la irracionalidad y sólo la muerte podía ofrecer una salida a este tormento. Esto le llevó a ser más que consciente de su talento y a parecer muy engreído. Al-Mutanabbī también parece haber sido una personalidad bastante ambivalente: por un lado, luchaba por la riqueza y el poder, y por otro, rechazaba ambos desde el fondo de su corazón. Además, se dice que Abū t-Tayyib se distinguió por su excepcional rigor moral y franqueza en sus acciones. Escribió varias sátiras sobre Kafur. Viajó a Bagdad , pero murió al resistirse a los ladrones antes de llegar a la ciudad. Como cuenta la leyenda, fue en Dair al-‘Aqūl , al sureste de Bagdad sobre el Tigris , cuando Abū t-Tayyib y su familia fueron atacados por beduinos y murieron en batalla junto con su hijo a finales del verano de 965 (finales del Ramadán del 354 H. ). Su asesino fue probablemente Fātik ibn Abū Jahal al-Asadī, quien lo mató en venganza por un poema difamatorio sobre su líder tribal cármata.
إذا رأيت نيوب الليث بارزة
فلا تظنن أن الليث يبتسم
«Si ves los caninos del león No pienses que el león está sonriendo»
Según von See, en su Nuevo manual de estudios literarios, pág. 389, en total, se dice que al-Mutanabbī escribió alrededor de 326 kasidas, y su Dīwān (colección de poemas) contiene elogios, autoelogios, lamentos, sátiras, anuncios y sabiduría, y tres cuartas partes de sus obras son panegíricos (poemas de alabanza).
A propósito de su muerte, una anécdota menciona que si en efecto en el camino a Bagdad, al-Mutanabbī y sus hombres fueron atacados por beduinos, también se dice que cuando la vio se dio la vuelta y huyó. Entonces uno de sus sirvientes le preguntó qué significaba el verso: “Soy conocido por el caballo, la noche y el desierto, por la espada y la lanza, por el pergamino y la pluma”. Se dice que se dio vuelta y luchó hasta su muerte.
Abu Nuwas, amante del vino y los efebos

«¿Me Amas?
Cuando vi a aquel hermoso joven,
él reía con godeos.
Estábamos los dos solos, en fin,
solos con Dios. Y sin embargo,
él puso su mano en la mía
y me habló vasto tiempo;
después me dijo “¿me amas?”.
“Sí, más allá del amor”.
“Y por tanto -dijo-,¿me deseas?”.
“Todo en ti es deseable”.
“Teme entonces y olvídame así…”
“Si mi corazón quisiera obedecerme…”»
Traducción de Alfonso Bolado del original de Abu Nuwas.
Su pseudónimo, Abu Nuwas (Padre del cerrojo de cabello). Nacido en la ciudad de Ahvaz (Persia), en el actual Irán, de padre árabe y madre persa, se convirtió en un maestro de todos los géneros contemporáneos de la poesía árabe, pero su reputación se basó en poesía báquica (خمريات jamriyyat), también se sabe que practicaba la homosexualidad (مذكرات mudhakkarat). Abu Nuwas entró así en la tradición folclórica, como poeta celebrado y disoluto, presente como personaje varias veces en el libro Las mil y una noches.
La pieza central de la poesía del vino es la vívida descripción del mismo, descripciones exaltadas de su sabor, apariencia, fragancia y efectos en el cuerpo y la mente. Abu Nuwas se basa en muchas ideas filosóficas e imágenes en su poesía que glorifican a los persas y se burlan del clasicismo árabe. Utilizó la poesía del vino como un medio para hacer eco de los temas de relevancia abasí en el mundo islámico. Un ejemplo de esto se muestra a través de una pieza que escribió en su Khamriyyat :
“Entre nosotros, el vino circula en una jarra de plata adornada por un artesano persa con una variedad de diseños, con Cosroes en su base y órixes a su alrededor que los jinetes cazan con arcos. El lugar del vino es donde se abrochan las túnicas; el lugar del agua es donde se usa el gorro persa ( qalansuwah ).”
Su relación un tanto blasfema y jocosa con la religión queda manifiesto en sus poemas como el de líneas arriba; esta línea compara la prohibición religiosa del vino con el perdón de Dios. Abu Nuwas escribió su literatura como si sus pecados fueran reivindicados dentro de un marco religioso. Gran parte de su poesía recurre al tópico báquico y erótico, en consonancia con su vida disipada. Las descripciones de sus juergas que, generalmente, transcurren en una taberna judía o cristiana por la noche, son de gran realismo.
Dependiendo de la bibliografía que se consulte, Abu Nuwas murió en prisión, o fue envenenado por Ismail bin Abu Sehl, o ambas, hacia el año 815.
Se conservan aproximadamente 13 000 versos. A pesar de ser uno de los poetas árabes más apreciados, algunas de las ediciones actuales de sus obras obvian, por razones de recato, incluir los muchos poemas que dedicó a sus múltiples amantes varones.
Un tema recurrente en la poesía abasí sobre el vino era su afiliación con la pederastia debido al hecho de que las tiendas de vino generalmente empleaban a niños como meseros. Estos poemas eran a menudo salaces y rebeldes. En la sección erótica de su Diwan , sus poemas describen a jóvenes sirvientas vestidas como niños bebiendo vino. Su afecto por los niños se mostró a través de su poesía y vida social. Abu Nuwas explora un prejuicio intrigante: que la homosexualidad fue importada al Iraq abasí desde la provincia en la que se originó la revolución. Afirma en sus escritos que durante el califato omeya, los poetas solo se entregaban a amantes femeninas.
Los poemas seductores de Nuwas usan el vino como tema central para la culpa y el chivo expiatorio. Esto se muestra a través de un extracto de su al-Muharramah:
“Ostentando una miríada de colores cuando se extiende en el cristal, silenciando todas las lenguas,
Mostrando su cuerpo, dorado, como una perla en el fuerte sastre, en la mano de un joven ágil que habla hermosamente en respuesta a la petición de un amante,
Con un rizo en cada sien y una mirada que presagia desastre.
Es cristiano, viste ropas del Jorasán y su túnica le deja al descubierto la parte superior del pecho y el cuello.
Si hablaras con esta elegante belleza, arrojarías el Islam desde lo alto de una alta montaña.
Si no temiera la depredación de Aquel que induce a todos los pecadores a la transgresión,
Me convertiría a su religión, entrando en ella conscientemente y con amor,
Porque sé que el Señor no habría distinguido tanto a este joven si no fuera por su religión verdadera”.
Este poema da cuenta de varios pecados de Abu Nuwas: ser servido por un cristiano, glorificar la belleza de un niño y encontrar testimonio en el cristianismo. Los escritos de Abu Nuwas ridiculizan la propiedad heterosexual, la condena de la homosexualidad, la prohibición del alcohol y el Islam mismo. Utiliza su literatura para testificar contra las normas religiosas y culturales durante el califato abasí. Aunque muchos de sus poemas describen su afecto por los niños, relacionar el sabor y el placer del vino con las mujeres es una técnica característica de Abu Nuwas. Por otra parte la preferencia de Abu Nuwas no era poco común entre los hombres de su tiempo, ya que las letras y la poesía homoeróticas eran populares entre los místicos musulmanes.
Mientras que sus obras fueron ampliamente conocidas hasta los primeros años del siglo XX, en 1932 la primera edición moderna y censurada fue publicada en El Cairo, dejando de lado enteramente toda la poesía homoerótica. 6000 libros de su poesía fueron quemados por el Ministerio Egipcio de Cultura en enero de 2001. En la entrada de la Enciclopedia Arábiga Global saudí sobre Abu Nuwas, se omite toda mención a la pederastia.
«El vaso es tan delgado y el vino tan límpido!
Como distinguirlo? Difícil asunto!
Es como si sólo hubiera vino y no vaso;
como si sólo hubiera vaso y no vino. »
El género báquico o khamriyya fue un arte poético árabe de los más cultivados, que recorrió desde lo más profundo de la península arábiga hasta el Andalus, y Abú Nuwa fue uno de los poetas arabopersas que más expuso este tema en su obra. Los poemas de este género, el autor los describe a modo de metáforas y mezcla con gran personalidad y armonía exquisitos juegos de palabras tales como copas, cuencos y cálices, tabernas o conventos, cristianos o judíos, hermosas mujeres escondidas en ánforas, los padres de las cuales sólo las entregan a cambio de una buena dote, vida cortesana con lujos o campamentos en ruinas, perfumes y religión.
«Allí donde están las flores,
el buen vino y los laúdes,
detente y no te muevas.
Que vierta la copera
que inspira los poemas.
Que baile el vino en la mezcla
dentro de las copas y dorcas.
Que brillen las burbujas
como estallan los rayos,
el día de tormenta. »
– Traducción catalana: Anna Gil y Jaume Ferrer Carmona.
El vino en la poesía de Nuwas tiene el poder de iluminar de noche el rostro de la persona amada, el calor de las noches de invierno, o como el sol ciega los ojos de quien lo mira. El perfume que exhala es como el aroma de una manzana y su perfume lo compara al aliento del amado o las flores del jardín donde beben los amigos. El tacto que tiene el vino es suave como la seda ya través de la copa de vidrio, cuando la transporta el copero en sus dedos se refleja el color rojo, con el que parece teñir de sangre sus manos. Según Abu Nuwas el vino habla y cuenta secretos al bebedor. El sabor del vino, lo define como «picante como la pimienta» o «amargo hasta encoger la nariz» -en aquella época el vino era una bebida espesa y debía ser mezclado con agua-. Entre los numerosos efectos que describe del vino.
A los comensales, siempre los define como personajes inteligentes y de gran sensibilidad. La censura o el censor son criticados abiertamente, muchos de sus poemas, los comienza con una frase dirigida a este censor para rogarle que deje su crítica, es un personaje mostrado siempre de manera odiosa y haciendo la contra siempre a sus acciones , cuando más le argumenta el censor para dejar de beber más le incita a él a hacer lo contrario y animar a sus amigos a continuar bebiendo.
Las tabernas se encontraban, como los conventos, extramuros de Bagdad, entre viñedos que solían producir su propio vino y regentadas por judíos o cristianos; acudir a estos lugares solía ser siempre de noche; los taberneros, siempre antes de abrir su puerta, interrogaban el grupo de amigos para estar seguros de su solvencia; allí, muchas de estas noches, y debido a la embriaguez, debían quedarse a pasar una o varias noches.
Según el poeta sirio Ali Ahmad Said Esber, conocido por su seudónimo Adonis, Abu Nuwas es el «poeta de la falta por ser el poeta de la libertad», pues convirtió la vida del placer, y secretamente el vino, en elemento de culto y consiguió un lenguaje propio como una simbología de una religión; el mismo Abu Nuwas refería: «yo tengo mi religión»; su poesía le sirvió para mostrar en su época un elemento de modernidad la de su acción y opinión libre: «la moral de la falta».
El poeta fue provocador contra una de las grandes aportaciones de la península arábiga y su gente: el islam. Los preceptos de la religión islámica hicieron que cometiera las peores faltas. El mes de Ramadán y sus leyes fueron objeto por parte del escritor de sátiras y blasfemias, durante el cual continuó bebiendo a escondidas junto con sus amistades, según dice, encerrados en tabernas o también haciéndose pasar por cristianos. Cambió el peregrinaje a La Meca por otro simbólico a Bagdad y sus viñedos y tabernas. En su poesía, simula una conversación entre un alfaquí y su discípulo, el que pregunta los deberes para ser un buen musulmán; el maestro responde con tacos contra los preceptos más sagrados de su religión. En otro poema, seduce el mismo poeta al demonio, al que propone un pacto: el invocará siempre que necesite su ayuda a cambio de que el diablo no pierda su adoración; así, por ejemplo, siempre que un enamorado de Abu Nuwas no cae en sus brazos, recurre al diablo.
Su poesía desborda sexo, erotismo, poder y ostentación. Al leer su poesía, se tiene la sensación de asistir a una orgía en una taberna en el desierto, con jarrones desbordantes de néctares, comida abundante y copas llenas de vino. Leyéndolo, se puede imaginar la sombra de debilitadas esclavas y amores sumisos, mezclado con comensales e invitados cínicos y frívolos. Ataca de manera directa y altera los hábitos adquiridos. Se expresaba directamente, sin pseudónimos hipócritas ni calificativos o sustitutivos equívocos.
Entre sus poesías más conocidas, destacan aquellas que ridiculizan los Mu’allaqat, es decir, los poemas de la poesía preislámica, el tema es la nostalgia por el beduino, y alaban la vida moderna en Bagdad como contraste.
Ismail bin Nubakht, contemporáneo de Nuwas, expresó:
“Nunca conocí a un hombre de mayor conocimiento que Abu Nuwas, ni a uno que, con una memoria tan ricamente amueblada, poseyera tan pocos libros. Después de su muerte, registramos su casa y solo pudimos encontrar una cubierta de libro que contenía una carpeta de papel, en la que había una colección de expresiones raras y observaciones gramaticales..”
Debido a que frecuentemente se entregaba a hazañas de borracho, Nuwas fue encarcelado durante el reinado de Al-Amin , poco antes de su muerte.
La causa de su muerte es objeto de controversia: sobreviven cuatro versiones diferentes de la muerte de Abu Nuwas: 1. Fue envenenado por la familia Nawbakht, tras haber sido enmarcado con un poema que los satirizaba; 2. Murió en una taberna bebiendo hasta su muerte; 3. Fue golpeado por el Nawbakht por la sátira que se le atribuyó falsamente; el vino parece haber tenido un papel en las agitadas emociones de sus últimas horas -esta parece ser una combinación de las versiones uno y dos-; 4. Murió en prisión, una versión que contradice las numerosas anécdotas que afirman que al llegar a su muerte sufrió una enfermedad y fue visitado por amigos (aunque no en prisión). Lo más probable es que muriera de mala salud, e igualmente probable en la casa de la familia Nawbakht, de donde surgió el mito de que lo envenenaron. Nuwas fue enterrado en el cementerio de Shunizi en Bagdad.
Pero volviendo a su estilo habría que contrastarlo respecto de los poetas preislámicos, en particular elogiando la dura pero sencilla vida del desierto, tradicionalmente recitada alrededor de una fogata. Aunque estos temas continuaron y fueron retomados por muchos poetas urbanos modernos, esta vida poética estaba dando paso a los poetas de la corte. La vida más estable, cómoda y lujosa en las cortes omeyas condujo a un mayor énfasis en el ghazal o poema de amor. El principal de esta nueva generación de poetas fue sin lugar a dudas Abu Nuwas. Abu Nuwas no sólo se burló de la forma poética tradicional de la qasida y escribió muchos poemas en alabanza del vino, su principal ocupación fue la escritura de ghazal cada vez más obscenos, muchos de ellos abiertamente homosexuales .
Nuwas produjo poemas atrevidos pero hermosos, muchos de los cuales llevaron al límite lo que era aceptable bajo el Islam, otros produjeron poesía de temática más religiosa. Se dice que Nuwas hizo un trato con su contemporáneo Abu al-Alahijah: Abu Nuwas se concentraría en el vino y los poemas de amor mientras que al-Alahijah escribiría homilías . Estas homilías expresaban puntos de vista sobre la religión, el pecado y el más allá, pero ocasionalmente se desviaban hacia territorio poco ortodoxo. Si bien el trabajo de al-Alahijah era aceptable, otros, como el poeta Salih ibn ‘Abd al-Quddus, fueron ejecutados por herejía . Waddah al-Yaman , ahora el poeta nacional de Yemen , también fue ejecutado por sus versos, pero esto probablemente se debió a su excesiva familiaridad con la esposa del califa Al-Walid I. A propósito, el propio califa podía asumir el papel de poeta de la corte, siendo al-Walid II un ejemplo notable, pero era ampliamente odiado por su inmoralidad y fue depuesto después de sólo un año.
Sulayman al-Ghazzi, un poeta palestino cristiano de Gaza.

(940 – 1027) fue un poeta cristiano árabe y obispo de Gaza en la Palestina fatimí. Su obra proporciona información sobre la vida de los cristianos melquitas en Tierra Santa durante las persecuciones del califa al-Hakim y su diwan es la colección más antigua conocida de poesía árabe que trata específicamente de temas religiosos cristianos.
Aunque no existen fuentes externas sobre la vida de Sulayman, su vida ha sido reconstruida a partir de sus versos muy personales por Néophytos Edelby . Parece que Sulayman entró en un monasterio cuando era joven después de que su padre (llamado Hasan, Basila o posiblemente ambos) abandonara a su madre. Sin embargo, poco después de tomar sus votos abandonó el monasterio para llevar una vida secular (posiblemente trabajando como Katib ), se hizo rico y se casó. En su vejez perdió no solo a su esposa, sino también a su hijo y luego único nieto (llamado Ibrahim), así como su riqueza. Sulayman finalmente regresó a la vida monástica y finalmente fue ordenado obispo alrededor de los ochenta años, sobre todo debido a su gran erudición, que se hace evidente en sus escritos. Murió algún tiempo después de 1027.
Por cierto que el oficio de Katib consistió en el arte de escribir, aunque presente en toda Arabia, era aparentemente el logro de unos pocos.
Sulayman al-Ghazzi es el primero en componer poesía sobre temas cristianos específicos y hablar sobre su fe cristiana.
Sin embargo, el logro literario más importante de Sulayman es su Diwan. Consta de 97 qasidas que suman más de 3.000 líneas que abarcan diversos temas religiosos, datando del último tercio del siglo X al primer tercio del siglo XI. Los poemas tratan de diversos temas: los pecados de su juventud y tragedias personales, la defensa de la ortodoxia, la persecución y humillación sufridas por los cristianos durante su tiempo. Los temas dominantes son la interconexión de su tragedia personal, su entorno palestino y su teología altamente desarrollada de la Encarnación. Son centrales dos ideas cristológicas : primero, que Cristo es Dios, presente tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento y segundo, que Cristo está completamente unido a la humanidad. Esta unidad se logra en que cuando Cristo murió, murió la humanidad, y cuando ascendió al Cielo, trajo a la humanidad con él.
El manuscrito más antiguo que registra su obra data del año 1116. Los poemas de Sulayman eran frecuentemente cantados o musicalizados.
Y colorín colorado esta segunda entrega de poetas árabes ha terminado.