Por Alejandro Herrera Núñez.
Entrevistamos a Pether Peri, diseñador de modas e ingeniero que nos comparte su proceso para revolucionar la moda en el Perú y llevarla a la altura internacional de su gastronomía.
Si uno piensa en moda e ingeniería no encontraría fácilmente una relación, hasta que conoce a Pether Peri, el ingeniero de minas que cambió las minas por la seda, y que ahora busca profesionalizar la industria de la moda peruana desde una perspectiva de ingeniería, accesibilidad a la formación de talento humano y divulgación del campo, en una apasionada carrera por alcanzar la belleza de las formas.
Full ciencias
Las biografías de diseñadores de moda incluyen por lo regular sastrerías, boutiques, revistas de moda y farándula, pero en el caso de Pether su historia comienza como la de un niño prodigio en ciencias y matemáticas. A los once años su familia se percató de su capacidad innata en el aprendizaje rápido y es entonces que lo meten de lleno a estudiar en una academia. Allí descubriría el espíritu deportivo de la competencia, ya que formaban a los chicos para las olimpiadas de ciencias. Toda su adolescencia, desde los once años hasta los dieciséis, Pether se formó en ciencias duras, estudiando desde las 8am hasta las 10pm. «Porque era algo que me gustaba», menciona Pether «es ahí que escojo una carrera que va ligada con la ciencia que es la ingeniería».
Antes de ingresar a la universidad Pether llegaría a participar en las olimpiadas de química, llegando a alcanzar uno de los primeros puestos. Luego entraría a la UNI, dónde estudiaría ingeniería minera. Y precisamente descubría allí que la minería era lo que más lo podía acercar a su vocación, esto por su entrañable amor por los minerales y sus formas: «más que nada fue por algo visual, por la estética de los minerales y las gemas. Porque si uno se pone a ver los minerales podrá encontrar en sus estructuras muchas figuras: pentágono, triángulo, icosaedro, que si alguien es muy observador puede encontrar belleza allí».
En ese momento estaba claro que su camino estaba muy lejos de la moda.
Sin embargo, al terminar su carrera de cinco años en la UNI, Pether se da cuenta que su real proyección no era la que él se imaginaba. Estando trabajando en campo en las grandes mineras de cobre, zinc, estaño y otros metales, notaba que estaba lejos de la belleza que buscaba, solo veía vetas, voladuras de rocas y el tener que vivir de una forma casi militarizada en los campamentos mineros, levantándose a la cinco de la mañana en las altas cumbres de los andes, a una pulgada del cielo, pero sin encontrar esa pepita de oro de belleza que llenase realmente su vida. Entonces surge la disyuntiva.
La pepita de oro de la moda
«Estaba en mina, en una buena empresa , me iba bien y me gustaba lo que hacía pero faltaba algo. No sentía esa emoción que si sentía cuando participaba en las olimpiadas de ciencias o en los concursos de matemáticas, porque entonces yo sentía que aquello no solo me gustaba, me apasionaba lo cual hacía que me esforzara a estudiar más. En cambio en la carrera sentí una pausa y cuando trabajé realmente que sí estaba en una pausa. O sea, no sentía esa emoción de vivir, de disfrutar de alguna manera lo que estaba haciendo, cosa que si había sentido desde los doce a dieciséis años. Fue entonces que me dije que tenía que replantearme lo que estaba haciendo. Tenía dos opciones: o me dedico a esta carrera los próximos veinte años, o si no busco cuál es realmente mi camino».
A partir de aquí Pether hizo una retrospectiva desde cuándo era un niño: «¿qué me gustaba hacer a mí de niño? Claro entonces como también ahora me siguen gustando lo involucrado al arte, como el baile, la canción o pintar, esto porque tenía esta otra parte que siempre me había llamado la atención. Y fue que me dije que por qué no intentarlo. Eso sí, tenía que pensarlo bien, porque no podía estar otros cinco años más y cambiar de idea. Entonces me decidí por algo de arte, pero que estuviese relacionado a un tipo de industria donde haya muchas especializaciones y dónde incluso haya ingeniería».
Y así fue como dio con la industria textil donde hay muchas especializaciones, están presentes los ingenieros y los artistas, los diseñadores de moda. «Porque aquel rubro podía complementar muy bien con la formación sólida que ya tengo, como es la ingeniería, la cual se trata de buscar soluciones, plantear problemas, factores y analizar cada cosa. Finalmente como es una industria grande la textil se pueden hacer grandes cosas». Y así es como se lanza a la textil, a la carrera de diseño de modas.
Estado del Arte: Reinventar la moda
«Nunca antes había agarrado una revista de modas, porque lo mío eran los teoremas, demostración de fórmulas, mi vida era eso: tomos de libros de ciencias». Y Pether se plantea intentar en moda. Metódicamente, piensa primero probar por un mes el estudiarlo, pero casi al empezar a estudiar diseño de modas, a los diez días de estar estudiando, tuvo la convicción de saber que aquello era lo suyo. «Me sentí en el lugar indicado ».
Al comienzo percibía desde fuera el mundo de la moda y sus pasarelas como algo superficial, pero le cautivaba su parte de las industrias y algo más que acababa de descubrir. En esa crucial primera semana de estudio de modas, conoce la historia de la moda, lleva el curso de creatividad, los cuales cambian su percepción respecto a la aparente superficialidad de la ropa. «Comprendí que existen muchos factores que influyen en como nos estamos vistiendo ahora o hace cien años o desde la prehistoria. Descubrí que hay un porqué de todo esto. Muy aparte del interés que tengo hay otra parte de la moda que se puede profundizar como es la conceptualización . Porque al pintar no solo pintas, es la parte de conceptualizar, contar una historia y de alguna manera plasmar lo que tú eres. Y eso es lo que yo buscaba y busco: hallarme a mi, plasmarlo y compartirlo. Y descubrir esto en los primeros días de mis estudios en diseño de modas me hizo comprender qué es realmente la moda. Que no era la expectativa que yo tenía sino que era mucho más».
Si bien quería hacer arte, su dirección lo llevó hacer marca de ropa para encontrar la sostenibilidad al concluir sus estudios en moda. De inmediato se lanza a sacar su marca, formar su equipo y empezar a crecer y a producir de menores a mayores cantidades. En casi diez años de construcción de marca, como buen ingeniero descubrió el problema de su sector: que existe mucha deficiencia textil, es decir en que no hay personas capacitadas para ciertos procesos, no hay un orden ni estructuras, lo cual viene desde las escuelas mismas «donde nos deberían enseñar como si se hace en ingeniería, porque en ingeniería te forman para saber cómo vas hacer, que va primero, que etapa le sigue, todo lo referente al proceso, al sistema, de manera que si hay una falla, se sabe exactamente que se debe hacer al respecto. Y en la industria textil peruana que incluye a la moda existe una disociación entre sus agentes, por ejemplo los diseñadores de moda muchas veces están disociados con la industria de la producción, y viceversa. Y esto ocurre porque uno no valora el trabajo del otro, y esto en una industria no puede pasar, todos tenemos que entender el trabajo del otro para complementarnos».
A raíz de esta disociación que encontró en todo este tiempo trabajando en la industria, Pether plantea un proyecto que viene realizando y que tiene tres fases: «el primero, el del conocimiento, que es lo que he venido haciendo en estos diez años, cómo está la industria peruana desde el punto de vista del artista como del técnico y del ingeniero. La segunda fase es lo que vengo haciendo desde hace cuatro años que es hacer accesible la educación en modas y la tercera es la divulgación para alcanzar nuestra meta que es la transformación de la industria de la moda peruana».
La accesibilidad a una educación de modas
Como él menciona: «Actualmente tenemos una fundación, Peri Institute, que da formación a costos accesibles. Y es que formarme en la UNI, en que no me costó ni un sol a pasar estudiar en una escuela de modas, donde la mensualidad puede oscilar de un salario mínimo y la cual tiene un precio que sube cada año, pues de alguna manera ese acceso a la educación se reduce a solo un pequeño grupo que puede pagárselo. Es así como mucho talento humano no puede aportar al rubro porque simplemente no se puede educar. Por ello nuestro proyecto es la transformación del rubro textil peruano. Para empezar está transformación es importante previamente la educación, para ello venimos brindando cursos cortos que duran dos meses y que van directamente a lo práctico».
La metodología PerInstitut.
«Enseñamos lo que tú de frente vas aplicar en el mundo del trabajo. Y es que el problema de la formación es, en términos generales más allá del rubro textil, que muchas veces uno termina sus estudios y sale a trabajar y se encuentra en la calle, preguntándose por qué no me enseñaron esto o lo otro. Por eso que en Peri Institute ofrecemos enfoques diferentes y cuyo valor es accesible con el fin de comenzar a divulgar una profesión todavía muy exclusiva, la cual permita a su vez generar ese cambio, esa transformación de nuestra industria, porque nuestro proyecto es la transformación del rubro textil. Porque una sola persona no puede producir ese cambio».
A través de una educación en línea, la propuesta de Pether llega a un alcance nacional, con alumnos en Iquitos, Tarapoto, Puno, Cuzco, o incluso el VRAEM.
Todo comenzó haciendo clases gratuitas en qué se conectaban hasta mil doscientas personas a través de redes, y de ahí fue que comprendió que había una demanda, que había mucha gente que sueña con el rubro de la moda, pero que no puede entrar a ésta.
Actualmente tienen más de diez cursos en línea, todos los cuales están enfocados a lo práctico. «Porque los alumnos al entrar al curso van de frente a aprender a hacer una prenda. Por ahí hemos empezado y se han unido cuatro profesores más».
Este enfoque a la praxis de debe también una necesidad que halló Pether en este mercado, y es la necesidad de mano de obra calificada. A través de esta experiencia que lleva cuatro años, Pether y su equipo han descubierto que su trabajo les trasciende y en efecto tienen una seria incidencia en los demás, como es el caso de testimonios de una estudiante de la tercera edad que siempre soñó con estudiar diseño de moda y ahora lo hace con ellos, o el de una adolescente con discapacidad en el VRAEM que ahora tiene las herramientas para poder valerse por sí misma. Todas estas experiencias confirman que el nicho que descubrieron es más amplio de lo que cualquiera sospecharía, que hay respuesta y es posible compartir el sueño de Pether, lograr convertir la moda peruana en un fenómeno semejante al de la gastronomía, pero solo una vez que la base de diseñadores profesionalizados se amplíe.
Entretanto su tercera fase de su proyecto es dar visibilidad a lo que vienen logrando.
«Para que más personas vean este proyecto se requiere la parte del arte, y es la presentación de las colecciones en pasarela. Porque es la pasarela el momento en que la gente voltea a vernos y conoce el proyecto. Porque el arte comunica, educa, culturiza».
El relato de este proyecto es contar lo que quieren hacer, generar una transformación del rubro textil.
El camino de la pasarela
Ya desde su primera pasarela, Pether tiene claro el camino de su proyecto. En lo personal su narrativa es un auto descubrimiento de sus gustos y ampliación de su otra carrera en la moda. Siendo así, su primera colección, Minerales, fue inspirada en su experiencia minera y amor por los metales. «En ese caso hice un guiño a la primera carrera que había estudiado, que es ingeniería de minas. Me inspiro en ello y muestro looks para hombres y mujeres con cortes rectos, geométricos, inspirado también en la cristalización de los minerales, en el que se pueden ver ángulos y los colores de las gemas. Y todo esto lo reinterpreté en esta colección. También desarrollé accesorios que eran más literales con las formas de los cristales. El estilo que planteo a través de esta primera colección presentada en 2023, es el de un estilo futurista, dramático, geométrico, estructural y existencial, porque como ingeniero me gusta la parte de las ciencias y ver cómo puedo experimentar con los textiles. Y en cuanto a ciencia me refiero a que busco que este presente la geometría, por lo que genero estos cortes que encajen perfectamente, para que así se puedan ver como una arquitectura. Y también en cuanto a lo que se refiere a los materiales, porque para el desarrollo de los textiles están presentes los ingenieros físicos y los ingenieros químicos. Y es así como anexo la parte de la ciencia.»
Algo que llama la atención en la colección Minerales, es que Pether para ésta reutilizó muchos sobrantes de telas de otros trabajos previos, que fue reuniendo en lugar de simplemente arrojarlos a la basura. Esta reutilización en su relato minero de la ropa, también se puede interpretar como otro guiño, pero al de la sostenibilidad a partir de algo tan común como es la ropa.
«De alguna manera a mi me llama la atención los elementos que están presentes en la naturaleza, entre ellos los minerales, y ahora en este año en mi nueva colección que es de Fuego. Para esta última colección como tengo un interés por la historia lo que he hecho es hacerle un guiño a la cultura Caral, desde el punto de vista de los altares de fuego de esta cultura en que se hacían las ceremonias de fuego. También tomando en cuenta que toda esa estructura que desarrolla Caral es todo un adelanto para su época. A raíz de ello incluyo elementos estructurales evocando la arquitectura de estos altares y también a la par con las estructuras propiamente de fuego, como son las formas de sus ondas».
Con este proceso, la experiencia y una ambiciosa meta, la perspectiva de Pether Peri puede ser la puntada necesaria para el cambio de época de la industria de la moda en Perú. Tal vez no sea casualidad que Peri y Perú estén más cerca de parecerse.