sábado, 13 abril 2024
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Periodismo del tejido social bajo la lluvia

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En nuestras  salas de redacción cotidiana hemos empleado términos cuyos orígenes desconocemos, uno de ellos, es el de Tejido Social.  Suele suceder que utilizamos términos de otras disciplinas en este caso de la medicina, que hace referencia  al tejido de un conjunto de células que tienen una unidad funcional en nuestro cuerpo y que en términos de las ciencias sociales hace referencia a las relaciones humanas, en una sociedad donde se crean relaciones de de solidaridad para obtener beneficios comunes.

Se conoce como “periodismo social” a una disciplina del periodismo que es consciente y sensible además de los procesos sociales y  sugiere una vinculación con la situación económica y política. El periodista social es un ciudadano comprometido con la realidad de su país y de manera definitiva no debe esperar ningún beneficio a cambio de su aporte.

Sí, esa es la verdad, actuar esperando un beneficio personal no es más que engañarse, por eso quien se dedica al periodismo transparente, con profundo nivel de calado, comprometido con la sociedad y sus transformaciones, sabe que este oficio no le proveerá de riquezas económicas, salvo que se involucre en actos al margen de ley,  el dicho es claro “siempre detrás de una fortuna hay un hecho ilícito y el peor de los casos un asesinato”. Por ello se aplica lo que algunos “prácticos comunicadores” dicen sin tanta reflexión “si quieres hacer dinero dedícate a otra cosa”. El periodismo es un apostolado, pero eso no quita que existan impostores que de de manera descarada hayan hecho de él, una especie de “mercado Persa” vendiendo al mejor postor su información y lo peor su dignidad. 

A propósito de las lluvias, a veces a los periodistas “nos llueve sobre mojado”, con horarios rotativos, sin marcaciones de salida, porque las empresas se ahorran pagar horas extras y en algunos casos sin condiciones de seguridad y equipo técnico para hacer su trabajo.

Ya hay caso en la que periodistas  cubriendo las inundaciones en temporales, con fue el paso del huracán Mitch, Stan, Adrián, la depresión tropical 12E, en fin toda esa escala de nombres, cuyo origen tiene en el monitoreo de los centros meteorológicos mundiales; han padecido enfermedades relacionadas al sistema cardiovascular y respiratorias, broco pulmonares, sinusitis y diabetes, sin faltar, hongos en la piel como tiña onicomicosis, porque se han sumergido en las inundaciones para registrar el drama de los afectados.

No se queda atrás la labor de los socorristas, que al igual que los periodistas hacen su trabajo en primera línea de los acontecimientos como los ocurridos. En esta semana con las lluvias hay ejemplos, por ellos siempre será importante tomar las medidas mínimas de riesgo, cargar un pequeño botiquín de primeros auxilios, agua potable, un impermeable, tus documentos protegidos y siempre asegurar la comunicación de tus movimientos.

No se trata de volvernos protagonistas de la noticia, se trata de cumplir esa labor social a veces incomprendida, se trata de dimensionar correctamente en su verdadera magnitud lo ocurrido, alarmar y subestimar los acontecimientos siempre es una tentación. Pero los seguro es que los que laboramos verdaderamente las 24 horas y los 365 días de año de verdad somos seres humanos que esta noche, sin duda también nos esperan en casa de regreso.

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Rigoberto Chinchilla
Rigoberto Chinchilla
Periodista salvadoreño. Graduado en la Universidad de El Salvador (UES); colaborador y columnista de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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