Entre el 20 de diciembre de 2017 y el 1 de enero de 2018 se investigan dos suicidios confirmados, uno más que se volvió homicidio, una desaparición y un agente prófugo de la justicia, teniendo el común denominador que todos las víctimas son mujeres que pertenecían a la Policía Nacional Civil (PNC).
Los hechos, a opinión del sacerdote pasionista Antonio Rodríguez, conocido como “Padre Toño” y quien es especialista en conflictología y temas de paz, son síntomas de la descomposición interna que atraviesa la PNC, misma que según dice, ya no es la que nació hace 26 años en los Acuerdos de Paz.
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La PNC nació como consecuencia de la firma de los Acuerdos de Paz de 1992 para sustituir a la militarizada Policía Nacional que en tiempos de guerra era la encargada del orden público, y desde entonces ha tenido la filosofía de una policía civil.
Según la historia de la PNC publicada en su sitio web, esta nueva Policía comenzó a dar pasos agigantados en la Seguridad Publica, con una nueva filosofía basada en el profundo respeto a la dignidad y derechos humanos, por lo que fue creada a su lado la Inspectoría General, entidad que se encargaría de vigilar el actuar de la nueva policía.
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Usted opinó en sus redes que la PNC va hacia la autodestrucción ¿qué lo hace pensar eso?
Los últimos acontecimientos de la PNC al cierre del 2017 son síntomas de la descomposición interna, ética y profesional de la PNC. Creo que estos son acontecimientos escandalosos que hemos podido ver, pero qué otras cosas al interior de la Policía no se dan a conocer y que quedarán en el silencio.
Además, las muertes extrajudiciales de las que se le acusan que son más de dos mil, y más de mil jóvenes desaparecidos. La “vox populi” de las comunidades estigmatizadas y empobrecidas dice que ya tienen una pandilla más. El pueblo salvadoreño encuentra en la Policía actitudes pandilleriles y en las que ellos mismos generan mucha violencia.
Esta no es la PNC de los Acuerdos de Paz, no es la Policía que respeta los tratados internacionales contra la tortura y que respete los derechos humanos.
¿De dónde surge esa cifra de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones?
De la estadística que ha dado el director de la PNC de los enfrentamientos entre policías y criminales, que han sido más de 500 este año, más de mil entre 2016 y 2017 con cerca de 2000 mil personas muertas.
No hay inspectoría de la PNC, ni levantamiento de la escena del crimen, no hay verificación.
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¿A qué atribuye la falta de rumbo y la violencia de la PNC en los últimos años?
El ADN de la Policía está conformado por persona que salieron del conflicto armado y no tuvieron un proceso hacia la modernización de una Policía que respete los derecho humanos.
La base de la seguridad es una Policía que tenga un estricto respeto a los derechos humanos, y que respete los debidos procesos policiales. Para el pueblo es fundamental.
¿Es el estrés de la PNC una amenaza social?
Policías con ese nivel de violencia en la PNC, la salud mental del policía es un peligro hacia ellos con la violencia que se puede desencadenar al interior de la Policías, y hacia afuera en la sociedad.
Me parece que el apoyo a la Policía no es solo darles dinero y bono, que es muy necesario, pero necesita una profunda inversión en la recuperación del psiquismo humano afectado por los altos niveles de venganza, ira, adrenalina y de frustración.
¿Qué rumbo debiera tomar el Gobierno para controlar más a su Policía?
Es necesario que haya un comité nacional para hacer un verdadero replanteamiento de la situación que vive la PNC. Es urgente una mesa nacional conformada por sociedad civil, organismos de derechos humanos, el Estado, la empresa privada, las comunidades, para que plantee una nueva PNC.
Es momento de una revisión profunda de la PNC
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