miércoles, 11 diciembre 2024
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Organizando el caos

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De cómo el manipulado no se entera de que es manipulado

El individuo común ─educado para creer, obedecer y actuar como lo hacen los demás y nunca para analizar─ ve la sociedad, la economí­a y la polí­tica como un caos que no puede comprender. Por ello, la manipulación mediática pone un “orden” en ese caos: el orden ideológico que conviene a la dominación. Esta versión de la realidad social, construida adrede, se le “regala” al individuo y a la masa (en la que su inconsciencia se diluye), y ambos la aceptan, ignorantes de que no conviene a sus intereses materiales ni espirituales. Por medio de este mecanismo ─manipulando la historia, inculcando religiosidades fanatizadas, promoviendo el consumismo como sentido de la vida─, el poder económico y polí­tico dominante crea su hegemoní­a, es decir, su consenso ideológico como “sentido común” de “todos”. Y el individuo masificado se vuelve consentidor y activista de la red de relaciones sociales que conforma y perpetúa el poder que lo aplasta y explota. En otras palabras, los valores del enemigo de clase se nos ofrecen para que los hagamos nuestros. Y al hacerlo, nos autonegamos y elegimos a nuestros verdugos en el simulacro de democracia de las elecciones.

No en vano Edward Bernays ─el autor de la guerra psicológica que derrocó a Arbenz en 1954─ decí­a, en 1928, que “Los Estados, ya sean monárquicos, constitucionales, democráticos o comunistas, tienen que contar con el consentimiento de la opinión pública si quieren lograr sus proyectos y, de hecho, un gobierno no gobierna si no es en virtud de la aprobación pública”. Y también que “La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro paí­s”.

Cuando habla de “nuestro paí­s”, Bernays se refiere a Estados Unidos. ¿Por qué esto habrí­a de ser distinto en su traspatio? Ya entonces él sabí­a que “la sociedad acepta que sus posibilidades de elección se reduzcan a ideas y objetos que se presentan al público a través de múltiples formas de propaganda. En consecuencia, se intenta sin descanso y con todo el ahí­nco capturar nuestras mentes en beneficio de alguna polí­tica, artí­culo o idea”.

Por tanto, quienes juran que sólo es “teorí­a conspirativa” afirmar que aquí­ la gente es manipulada desde el 2015 para aceptar que la ausencia de ideologí­a (“ni de izquierda ni de derecha”) es posible y que además es la única opción de futuro, son los más manipulados. O quizá, los manipuladores. Pero, qué va. Esta camisa les queda muy grande. Los manipuladores están en otra parte. Aquí­ sólo hay serviles operadores de ultraderecha y derecha moderada. Es decir, fascistas y rosalilas.

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www.mariorobertomorales.info

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Mario Roberto Morales
Mario Roberto Morales
Escritor, periodista y catedrático guatemalteco; ha sido Premio Nacional de Literatura de Guatemala. Ha escrito novelas, cuentos y ensayos

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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