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Oportunidad de partidos polí­ticos tradicionales

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El Partido Nuevas Ideas ha logrado poner en jaque a los partidos polí­ticos tradicionales, los cuales han llegado a un perí­odo de alta deslegitimación porque han venido representando principalmente los intereses de sus dirigentes. Este es un hecho histórico que mejorará el comportamiento de algunos de los partidos tradicionales, especialmente su democracia interna y su estructura generacional.

La polí­tica de crear una alianza Nuevas Ideas- FMLN es una necesidad ineludible. Si Nayib Bukele gana en la primera vuelta, tendrá que superar el bloqueo legislativo que realizará el Partido ARENA y poder garantizar una cierta gobernabilidad; si no gana en la primera vuelta, tendrá que recurrir al FMLN para obtener la victoria en la segunda vuelta. Esta polí­tica de alianza puede tener consecuencias negativas para ambos partidos: Nuevas Ideas puede terminar contaminada del problema de falta de representación de los intereses de la mayorí­a de la población y el FMLN puede perder la oportunidad de superar su crisis como partido polí­tico.

Para conseguir que Nuevas Ideas tenga éxito en su gestión gubernamental se requiere una alianza con el Partido ARENA para aumentar la seguridad ciudadana, hacer el sistema económico más productivo y menos equitativo; reformar el sistema educativo y fortalecer la administración pública. La seguridad ciudadana debe poner su enfoque estratégico en el combate al crimen organizado y la prevención. La polí­tica económica debe incluir: búsqueda de mejores alternativas al capitalismo neoliberal dependiente; estrategia de desarrollo económico y social consensada entre los principales partidos polí­ticos; desarrollo cientí­fico y tecnológico; elevar la capacidad de competir globalmente; mejorar la imagen del paí­s como destino de inversión privada; mayor apoyo gubernamental para la actividad privada, principalmente a la micro y pequeña empresa; polí­tica productiva que genere empleo formal decente, eleve la productividad y le permita a los trabajadores progresar y darles acceso a la seguridad social; reconversión de la economí­a informal; saneamiento de las finanzas públicas; certidumbre fiscal y reforma integral de pensiones.

La reforma del sistema educativo y cultural tiene que ver con el mejoramiento de las actitudes y capacidades para el trabajo, la administración, el consumo, la solidaridad y la democracia. El fortalecimiento de la administración pública se refiere a elevar la capacidad de los servicios públicos para resolver las necesidades de la sociedad; mejorar la organización, dirección, control y evaluación de las diversas instituciones públicas para mejorar el uso de los recursos materiales, tecnológicos y financieros; coordinación interinstitucional; desburocratizar las instituciones públicas; mayor efectividad de los programas sociales; fortalecer los mecanismos para trasparentar la administración pública.

La solución definitiva de la crisis interna de los partidos polí­ticos tradicionales y evitar que Nuevas Ideas copie el comportamiento negativo de los mismos, depende en cierta manera del fortalecimiento y desarrollo de la sociedad civil como contrapeso del sistema polí­tico. Este comportamiento de la sociedad civil significa: que los salvadoreños se identifiquen cultural, social, histórica y polí­ticamente como parte de una nación y una sociedad; desarrollen y luchen por una visión concertada y compartida del futuro que se quiere para la nación (los que viven en el paí­s y en el extranjero); que los salvadoreños formen parte de organizaciones de vecinos, de profesiones, de ayuda mutua, religiosas, culturales, sindicales, cooperativas, ONG´s, deportivas, de protección del medio ambiente, polí­ticas, etc.) para hacer valer sus derechos, cumplir de mejor manera sus obligaciones, evitar ser utilizados; sensibilizarse y movilizarse en defensa de la República como organización polí­tica de la sociedad. Además de superar la crisis interna de los partidos polí­ticos, se necesita corregir las deficiencias de los otros dos elementos del sistema polí­tico: la función legal electoral debe ser parte del sistema judicial y lo relativo a la realización de las elecciones puede quedar en manos de los partidos polí­ticos; la Asamblea Legislativa debe contar con un reglamento interno que asegure un comportamiento de los partidos polí­ticos en función de los intereses de la población.

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Santiago Ruiz
Santiago Ruiz
Columnista Contrapunto.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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