El anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de que no se reunirá con su homólogo chino Xi Jinping antes del 1 de marzo, teórica fecha límite de las negociaciones entre EE.UU. y China sobre comercio, ha caído como un jarro de agua fría sobre los inversores de Wall Street.
El Dow Jones de Industriales, que arrancó la jornada levemente lastrado por las dudas sobre la marcha de estas conversaciones entre Washington y Pekín, acabó dejándose 220 puntos (un 0.87 %) en la jornada de hoy tras conocerse que no habrá cumbre antes de dicha fecha.
Aunque Trump dejó la puerta abierta a encontrarse con Xi en las semanas posteriores a ese día, el parqué reaccionaba de manera negativa.
Así, el selectivo S&P 500 retrocedió un 0.94 % o 25.56 unidades, hasta 2,706.05 y el índice compuesto del mercado Nasdaq se dejó un 1.18 % o 86.93 enteros, hasta los 7,288.35.
Además, el asesor económico de Trump, Larry Kudlow, confirmó hoy que existe una distancia "bastante considerable" entre ambos países para lograr un pacto comercial.
"El presidente ha indicado que es optimista con respecto a un posible acuerdo comercial, pero tenemos una distancia bastante considerable para llegar ahí", comentó Kudlow a la cadena de televisión Fox Business.
Sin embargo, de acuerdo a la televisión CNBC, que citó a funcionarios de la Administración de Trump, el Gobierno estadounidense no tiene intención de subir los gravámenes a Pekín a partir del 1 de marzo, si no se ha alcanzado un acuerdo para sellar la paz comercial.
El temor a un eventual fracaso de estas negociaciones, sumado a los cada vez mayores indicios de una desaceleración del comercio internacional, abrieron el pasado mes de diciembre la caja de la volatilidad, que hizo sonar las sirenas de alarma por el miedo a la llegada de un largo invierno de recesión.
En total, Washington ha impuesto aranceles a productos chinos por valor de 250,000 millones de dólares desde julio de 2018, y Trump amenazó con sancionar bienes por otros 267,000 millones de dólares, lo que superaría con creces el volumen de importaciones de China a EE.UU., que en 2017 se situó en 506,000 millones.
China ha aplicado como represalia medidas recíprocas a más de 60,000 millones de dólares en importaciones estadounidenses, casi la mitad de los 130,000 millones que compró en 2017.