El presidente Nayib Bukele confirmó a traves de una publicación matutina en la red social X la demolición del Monumento a la Reconciliación, ubicado en el bulevar Monseñor Óscar Arnulfo Romero. A través de sus redes sociales, el mandatario expresó que esta estructura, inaugurada por el gobierno del FMLN en 2017, no solo era estéticamente cuestionable, sino que además glorificaba un pacto que no representaba los intereses del pueblo salvadoreño. En su lugar, se construirá un espacio público orientado al disfrute de la población.
“Cuando se inauguró el monumento a los asesinos del pueblo, nuestro país vivía en perfecta democracia, no había dictadura, había independencia de poderes e institucionalidad democrática; la izquierda y la derecha trabajaban de la mano. Todas las fuerzas vivas del país, junto a la sociedad civil y las ONGs, nos tenían viviendo en un paraíso terrenal.
Mientras tanto, toda la comunidad internacional, al unísono, apoyaba esta realidad; tanto así, que cuando quisimos cambiarla nos condenaron, sancionaron y demandaron que “regresaremos todo, a su estado anterior”.
Gracias a Dios no lo hicimos y, bueno, ahora El Salvador es otro país”, expresó el mandatario.
Por su parte, el ministro de Obras Públicas, Romeo Herrera, detalló que el nuevo espacio contará con un anfiteatro con cine integrado, vías para peatones y ciclistas, áreas comerciales y una iluminación subterránea. Además, se establecerá una conexión directa con el parque Bicentenario, que ofrece extensas zonas verdes para actividades al aire libre como senderismo y caminatas.
Se estima que la construcción de este proyecto tomará alrededor de 60 días para brindar a los salvadoreños un área renovada y multifuncional que fomente la recreación y el esparcimiento.
Posteriormente en horas de la tarde, el presidente Bukele en sus declaraciones en X recordie el contexto de la inauguración del antiguo monumento. Hizo énfasis en la situación democrática del país en aquel entonces. El mandatario cerró su discurso despidiéndose simbólicamente del monumento y todo lo que este representaba.
“Cuando se inauguró el monumento a los asesinos del pueblo, nuestro país vivía en perfecta democracia, no había dictadura, había independencia de poderes e institucionalidad democrática; la izquierda y la derecha trabajaban de la mano. Todas las fuerzas vivas del país, junto a la sociedad civil y las ONGs, nos tenían viviendo en un paraíso terrenal.
Mientras tanto, toda la comunidad internacional, al unísono, apoyaba esta realidad; tanto así, que cuando quisimos cambiarla nos condenaron, sancionaron y demandaron que “regresaremos todo, a su estado anterior”.
Gracias a Dios no lo hicimos y, bueno, ahora El Salvador es otro país.
Adiós, muñeca azul, y todo lo que representabas.” escribió el mandatario.