El Salvador amaneció este miércoles 7 de marzo con la noticia alegre de que el papa Francisco, en el Vaticano confirmó que el beato Oscar Arnulfo Romero será canonizado en el próximo octubre.
Los feligreses se han volcado a sus parroquias , como a la parroquia San Francisco, donde ha ofrecido una misa el cardenal Gregorio Rosa Chávez, un cercanos colaborador de Romero.
El gobierno ha emitido un mensaje en el que se congratula por anuncio de canonización de monseñor Romero, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, expresa su congratulación por el anuncio del Vaticano sobre la aprobación del decreto que hará posible la canonización de monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez.
"En El Salvador monseñor Romero es recordado por su invaluable legado, su compromiso y labor pastoral a favor de los más necesitados. Esta contribución fue exaltada por la Iglesia Católica, al ser beatificado en mayo de 2015, en una ceremonia multitudinaria en la cuidad de San Salvador", dice el texto de Cancillería.
Y finaliza: "El pueblo y Gobierno salvadoreño agradecen al papa Francisco por la aprobación de este decreto, el cual reconoce la histórica entrega y sacrificio del beato Romero".
Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un escuadrón de la muerte de ultraderecha. Su muerte detonó la guerra civil que duró 12 años. Su homicidio está en la impunidad.
Esta es la noticia emitida por una agencia de prensa, desde el Vaticano:
El papa Francisco firmó hoy el decreto del milagro por intercesión del arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 por los escuadrones de la muerte mientras decía misa, y por el que será proclamado santo, informó la oficina de prensa del Vaticano.
La beatificación de Romero se había proclamado ya con un decreto en el que se reconocía el "martirio" de Romero "in odium fidei", es decir, que fue asesinado por "odio a la fe" y por tanto sin necesidad de un milagro.
El papa se reunió ayer con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, para aprobar algunos decretos entre los que también se encontraba el del milagro para la canonización del papa Pablo VI.
El mártir salvadoreño monseñor Romero fue beatificado el 23 de mayo de 2016 en la capital de El Salvador ante cientos de miles de devotos y presidentes de varios países reunidos en la plaza Salvador del Mundo.
La beatificación fue oficiada por el cardenal Angelo Amato, el enviado especial del papa Francisco, quien sí que celebrará la canonización de este santo.
Romero podría ser canonizado en el Vaticano junto con el papa Pablo VI a finales del próximo mes de octubre en Roma, al final del Sínodo de Obispos sobre los Jóvenes, convocado del 3 al 28 de octubre.
Otra opción sería una posible canonización en El Salvador o en Panamá en enero de 2019, donde Francisco tiene previsto viajar para la Jornada Mundial de la Juventud.
En marzo de 1994 se abrió el proceso de beatificación del prelado y tras concluirse su fase diocesana, que redacta el informe sobre la vida, en 1997 pasó a la Congregación de la Doctrina de la Fe para que diese su autorización.
El proceso vivió una fase de estancamiento hasta que en 2005 la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que continuase, y con la llegada del papa Francisco en marzo de 2013 ha habido una aceleración de la beatificación de Romero.
La condición de "mártir" fue la que encontró más objeciones durante este proceso pues para un sector más conservador de la Iglesia beatificar a Romero habría sido como llevar a los altares a la Teología de la Liberación, corriente teológica que nació en la Iglesia católica en Latinoamérica, de supuestas ideas marxistas, y que se caracteriza por poner a los pobres en el centro de la Iglesia.
Según esta condición de mártir "in odium fidei", los teólogos no juzgan la posible intención política del asesinato del arzobispo, sino el intento de llegar al amor por la justicia y la predilección por los pobres que Romero manifestaba en su idea de Iglesia, de acuerdo con algunos testimonios recogidos en los fascículos del proceso.
Para la canonización, sin embargo, era decisivo reconocer un milagro por su intercesión. Según palabras del cardenal Gregorio Rosa Chávez, el milagro atribuido al beato Romero fue la curación de un cáncer incurable de una mujer.