El aún secretario general del FMLN, Medardo González, mostró su explícito desacuerdo con Óscar Ortiz como máximo dirigente del partido. González, quien dejará el cargo la próxima semana, también defendió al exministro de Seguridad Pública, Mauricio Ramírez, de los señalamientos que hizo el presidente Nayib Bukele sobre su gestión, referido a posibles actos de corrupción.
“Óscar Ortiz, para mí, personalmente, no era el mejor para asumir el cargo”, confesó González, durante la entrevista con Telecorporación Salvadoreña. “Todo el mundo lo sabía”, dijo, además, González. En ese momento no aclaró a quién consideraba como mejor candidato; sin embargo, el mismo Ortiz denunció que la cúpula de la dirigencia del FMLN tenía una inclinación hacia el candidato Arístides Valencia.
“La vida continúa”, señaló González, al confirmar que no ocupará ningún cargo en las instancias de dirección del FMLN.
Ortiz asumirá, con el resto de la nueva dirigencia, el próximo 7 de julio en una reunión de la convención nacional. En ese mismo evento darán a conocer a los miembros de la nueva Comisióni Política. González asegura que no se ha postulado para ningún cargo y que se quedará como militante del partido.
Críticas al gobierno de Bukele
González hizo una serie de críticas al gobierno del presidente Nayib Bukele y hasta lo comparó con maneras autoritarias de gobernar. Incluso matizó el hecho que el expresidente Salvador Sánchez Cerén tenía a sus hijos y sus nietos trabajando en entidades del Gobierno central y de autónomas.
“Vemos un retroceso en el manejo de las relaciones internacionales del país”, señaló González durante la entrevista y hasta advirtió que El Salvador está quedándose “aislado”.
Desde los primeros días de su gestión, Bukele ha mantenido la distancia con los presidentes de Guatemala y Honduras, los dos países vecinos. Pero, además, también se ha mantenido alejado de Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, una gestión a la que los dos gobiernos del FMLN mantuvieron lealtad y condescendencia. La semana pasada, el gobierno salvadoreño anunció que desconocía el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, otro de los aliados clave y gran financista del FMLN durante años, a través del proyecto de ALBA Petróleos.
El dirigente del partido de izquierda prosiguió en sus críticas. Se refirió, también, a los señalamientos que ha hecho Bukele contra Mauricio Ramírez, exministro de Seguridad Pública durante la gestión de Sánchez Cerén.
Bukele denunció que Ramírez creó y presidió la organización Asocambio en 2018. El fin de esta organización era administrar las tiendas de los centros penales, un negocio de US$14 millones. Para el presidente, hay suficientes indicios de un acto de corrupción; sin embargo, Ramírez ha publicado un comunicado en el que asegura que ya no tiene ninguna participación en Asocambio y que decidieron crear esa asociación para una mejor administración de las referidas tiendas.
González recomendó al exministro salir a defenderse ante los medios de comunicación, pero aseguró que Ramírez se abstuvo, porque le "dijo que de hacerlo iba a cometer más errores“.
Junto al exministro también fueron señalados otros miembros de la Policía y de Centros Penales. Han sido removidos de su posición como agentes, sin goce de sueldo.
En esa misma línea defendió a los hijos y nietos que había contratado Sánchez Cerén en diferentes instituciones. “Eso no es nepotismo. No estaban bajo las órdenes directas del (ex)presidente”, aseguró. Luego agregó que, como otras personas, los hijos y nietos de Sánchez Cerén tenían derecho a trabajar.
El dirigente del FMLN también lamentó que Bukele tiene la intención de dañar al partido y que está mostrando señales de ejercer una “dictadura gubernamental”.
Acusó al presidente de querer “manejar el Estado desde los tuits, con picardía de ratón” y dar órdenes “de manera unipersonal, llevándose de encuentro a sus mismos ministros”.
El presidente y sus ministros comparten interacciones en sus cuentas de redes sociales con frecuencia. También desde esa red social hacen anuncios importantes y reciben peticiones de los usuarios para obras públcas u otro tipo de apoyo.
“A esto se le llama show, imposición, dictadura gubernamental”, expresó González.