Magdalena Meléndez tiene 34 años de edad, los mismos años que han pasado desde aquel operativo militar llamado la “Guinda de Mayo”, ejecutado en Chalatenango, que hizo que decenas de familias huyeran para resguardar sus vidas. Ella nació en plena huida, una noche de mayo de 1982, pero su madre, Miriam Sánchez, fue capturada cinco días después de su nacimiento.
Un familiar que iba con su madre en la huida le contó que ellas habían sido separadas por los soldados. “A mí me llevaron en un helicóptero y a mi madre a otro”. Nadie volvió a saber de Miriam, una joven que para ese entonces tenía 18 años.
Miriam, la madre de Magdalena, fue detenida por los soldados porque llevaba medicina para su hija y para ella que eran de procedencia cubana. “Quizás la torturaron, quizás la mataron de una vez, no se sabe, no sé más de ella”, dijo.
En el operativo la “Guinda de Mayo”, según Pro Búsqueda, el ejército ejecutó varias masacres en diferentes zonas de Chalatenango, además destruyó decenas de propiedades, cultivos y viviendas, “pero lo más grave es que en este operativo además de los asesinatos de población campesina, el ejército se llevó a 53 niños y niñas”, cita la entidad en su página web.
Magdalena fue una de esas niñas, pero la recién nacida fue entregada por elementos militares a las damas de la Cruz Roja y ellas la llevaron a un orfanato cuando apenas tenía 15 días de vida y eso hizo que ella se convirtiera en una de las primeras niñas reencontradas por Pro Búsqueda.
Ella creció dentro del orfanato y fue hasta 1993, cuando Pro Búsqueda inició con los reencuentros de niños y niñas desaparecidas, que mientras realizaban un evento en el que reunieron a una familia con sus hijos, un familiar la reconoció por el parecido que tiene con su padre.
Fue entonces cuando iniciaron los trámites para que ella regresara a su familia. Magdalena asegura que si bien ella no recuerda nada de esa época, lo que vivió después en su vida la ha marcado para siempre porque “le robaron los abrazos, las caricias, los consejos” de su madre.
Ella llegó el 27 de mayo junto a sus hijos al lugar donde decenas de familias iniciaron la huida, en Los Amates, Chalatenango, para conmemorar y pedir justicia por las personas que fueron asesinadas y desaparecidas como su madre.
Junto a Magdalena llegaron decenas de personas que fueron víctimas o que son familiares de víctimas de ese operativo, el acto conmemorativo fue planificado por Pro Búsqueda. “Por primera vez buscamos recordar a las víctimas de este hecho viniendo a este lugar, buscamos devolver la dignidad de ellas y de sus familias”, dijo José Lazo, miembro de Pro Búsqueda. Como parte del acto muchos escribieron los nombres de las víctimas en una pancarta que decía “nombres para no olvidar”.
En esa pancarta no solo figuraba el nombre de Miriam, sino el delas hermanitas Serrano Cruz, caso por el que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) dictó la primera condena internacional contra El Salvador por violación a los derechos humanos.
En su dictamen la CorteIDH dijo que el Estado violó el derecho a la integridad personal, asimismo le impuso que debía pagar por concepto de indemnización del daño inmaterial ocasionado a las víctimas y sus familiares, entre otras.
En ese entonces los gobiernos de turno no mostraron ningún interés en cumplir los señalamientos hechos por el organismo internacional. En la sentencia del caso Serrano Cruz, la Corte obligaba al Estado salvadoreño a cumplir 10 medidas de reparación entre estas: realizar un acto público de desagravio a las víctimas, en presencia de "altas autoridades" y miembros de la familia Serrano Cruz.
José Lazo, de Pro Búsqueda aseguró que es necesario que las autoridades salvadoreñas cumplan con esa sentencia, que investiguen la verdad sobre este hecho y que haga de conocimiento público a los responsables “es hora de hacer justicia y dignificar a las víctimas de este hecho”, mencionó.