Cansados, sin ataque ni media cancha. La defensa operaba como podía. Con incontables pases equivocados, un portero sin ritmo de competición y con jugadores sin idea, El Salvador ya ve lejos sus posibilidades de asistir a su tercer mundial tras caer 2-0 ante Honduras en tierras catrachas.
Ni el discurso esperanzador de Ramón "primitivo” Maradiaga, ni haber visto Kung Fu Panda como película de motivación rescataron a un El Salvador incapaz de sostener la pelota ni dar más de dos pases sin perderla.
Un primer tiempo en donde los catrachos se fueron a buscar el gol desde los primeros minutos de partido obligados por su afición en el Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula. El Salvador se limitó a defenderse con uñas y dientes frente a una delantera hondureña que volvió a perdonar en varias ocasiones. Los postes jugaron a nuestro favor en tres ocasiones.
La alineación de Derby Carrillo presagiaba un mal resultado para los cuscatlecos. Nadie se podía creer que Ramón “el Primitivo” Maradiaga volviera a alinear como portero titular a Carrillo quien no ha tenido actividad en competencia formal por varios meses, y sobre quien pesan los dos goles que Honduras vino a hacer a San Salvador en el juego de ida.
Ambos equipos se esmeraron por mostrar la peor versión de sí mismos. Sobre los primeros 15 minutos los conatos de faltas deportivas entre ambas escuadras fueron la regla. Minuto 13 y el técnico de Honduras, José Luis Pinto, invadió el área técnica de Maradiaga para reclamar una falta, gesto que le costó la expulsión.
Durante el primer tiempo El Salvador no tuvo ninguna clara. Eran escasos los pasajes de buen fútbol de los cuscatlecos.
El segundo tiempo fue igual o peor para El Salvador. Darwin Cerén pasó todo el juego regalando malos pases que Honduras aprovechaba en contragolpes que eran débilmente retenidos por la zaga salvadoreña. Derby Carrillo pocas veces supo despejar una pelota con idea.
El público hondureño jugaba su partido en las gradas iluminando con láser el rostro de jugadores salvadoreños y apoyando a la H.
El gol llegó hasta el minuto 52 tras un disparo de Oscar García luego de un mal rechazo de la zona baja salvadoreña. García acomoda de pecho y sin dejar caer la pelota saca disparo desde fuera de área que se escondió entre el mar de piernas azules que poco o nada supieron hacer para detener la pelota que terminó al fondo de la red.
El Salvador buscó el empate y en el minuto 54, un centro desde la derecha y Nelson Bonilla cabeceó con mala fortuna hacia donde estaba ubicado el portero Escobedo de Honduras. La única clara de El Salvador en 90 minutos.
El gol fortaleció el ataque catracho. Eran uno, y otro, y otro contragolpe que a duras penas rechazaba la defensa salvadoreña.
El Salvador comenzó a lucir cansado, sin aire. Tropezaba con cada pelota y en los pases áereos nunca pudo ganar una. La diferencia física era evidente y el “olé olé” comenzaba a bajar de las gradas desde una afición hondureña que criticó duramente el empate de los suyos en el juego de ida en el Cuscatlán
Minuto 90+4 y un contragolpe de Romell Quioto que corrió a placer por la banda izquierda sin que nadie le marcara, para disparar un paleota que se coló por debajo de las manos de Derby Carrillo, y fue la cereza del pastel para una Honduras que urgía el triunfo si quería aspirar a la hexagonal.
Con este resultado Honduras suma cuatro puntos y alcanza el tercer lugar del Grupo “A” y sueña con la clasificación a la hexagonal. Por su parte los nuestros suman dos puntos y son últimos en la tabla, cuando aún resta recibir a México en el Cuscatlán y visitar a Canadá. Ambos partidos en septiembre próximo.
El técnico de la azul y blanco defendió la actuación de sus dirigidos, y aún guarda las esperanzas de superar a México en el Cuscatlán y que Canadá y Honduras empaten. Además reconoció el triunfo de la H. “No hicimos nada en todo el partido, hubiera sido injusto empatar en la jugada de Bonilla. Honduras ganó bien", dijo el “Primi”.
Añadió que no le compete a él hablar de renuncia sino a los dirigentes de la Federación Salvadoreña de Fútbol
No obstante para El Salvador Rusia 2018 ya es una utopía.