Durante el último año, a 207 activistas les arrebataron la vida mientras luchaban por defender el medio ambiente. Sus asesinos: la industria petrolera, maderera, minera, del aceite de palma y del caucho.
“Por primera vez, ha sido el agronegocio la industria más mortífera, con al menos 46 muertos asociados al sector”, afirma Ben Leather, de la ONG Global Witness. “Las estanterías de nuestros supermercados están llenos de productos fruto de esas matanzas”.
En su último informe, Global Witness recoge todas las muertes documentadas de 2017 y arroja luz sobre los motivos que permiten estos asesinatos en cada país.
Por ejemplo, señalan que desde que el gobierno de Rodrigo Duterte alcanzó la presidencia de Filipinas, la violencia ha escalado dramáticamente en el país. En el caso de México, apunta a la negligencia de las autoridades responsables como culpable de que el 98% de los crímenes queden sin resolver. Los doce años de guerra civil en Liberia han devastado las estructuras del estado y han dado lugar a la corrupción y la permisividad dentro del sector agroalimentario, cediendo tierras a la industria maderera, minera, del aceite de palma y del caucho. Por otro lado, indican que la situación en Colombia ha empeorado después de la firma de la paz en 2016 con la guerrilla de las FARC: desde entonces, las industrias agroalimentarias han querido adueñarse de pedazos de la naturaleza, llegando a expropiar forzosamente las tierras a las comunidades que las habitaban.
“En los asuntos que implican a industrias extractivas, encontramos con frecuencia una red compleja de organizaciones multinacionales, filiales locales, bancos y representantes del gobierno que se relacionan con las empresas y también con el Estado y la policía local que otorgan seguridad privada a los empresarios y los protegen más que a los propios ciudadanos”, declaraba Erin Kilbride, de Front Line Defenders, que ha colaborado con Global Witness.
Los países donde más activistas han sido asesinados son: Brasil (55), Filipinas (46), Colombia (26), México (15), República Democrática del Congo (13), India (11), Perú (8) y Honduras (5). La violencia ha cobrado muchas formas: desde balazos a amputaciones con machetes, pasando por ataques del ejército.
Y a pesar de que la mayoría de fallecidos sean hombres, Global Witness señala que las mujeres reciben una violencia exclusiva por su género: “violencia sexual, amenazas contra sus hijos, campañas de descrédito e intentos para reducir su credibilidad, a veces desde sus propias comunidades”.