sábado, 7 diciembre 2024

Marí­a Teresa, lejos del dedo acusador

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Por primera vez un Estado brinda asilo a una mujer ví­ctima de persecución tras haber sido acusada de homicidio agravado por aborto

La vida de Marí­a Teresa Rivera dará un nuevo giro. Este martes organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos confirmaron que la Dirección de Migración de Suecia le concedió estatus de refugiada por sufrir persecución polí­tica y jurí­dica en El Salvador después de haber sufrido una complicación obstétrica en su segundo embarazo. La mujer y su hijo podrán vivir lejos del dedo acusador.

 “Marí­a Teresa Rivera es una de las 17 y ha enfrentado la condena más alta por un delito que no existió. El Estado de Suecia le ha otorgado el asilo polí­tico y reconoce que esta mujer fue ví­ctima de persecución por el hecho de ser mujer, reconoce que ha sido perseguida por el delito de aborto”, dijo Morena Herrara, dirigente de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización.

Herrera explicó que este es un hecho importante porque,  además de asegurar que Marí­a Teresa y su hijo puedan rehacer su vida y contar con la protección que el Estado salvadoreño no le ofreció, también marca un “precedente histórico” no solo para El Salvador sino para la comunidad internacional. “Es la primera vez que un paí­s otorga asilo polí­tico por estas razones”, remarcó.

El Tribunal Tercero de Sentencia otorgó libertad a Marí­a Teresa Rivera el 20 de mayo de 2016, esta mujer- al igual que muchas en El Salvador- habí­a sido condenada 40 años de prisión en 2012 cuando se le acusó de homicidio agravado en contra de su hijo recién nacido; sin embargo, ella sostuvo en todo momento que sufrió una emergencia obstétrica.

Lea más: Otorgan libertad a Marí­a Teresa

Según las entidades que han acompañado el caso, el sistema judicial hizo una interpretación equivocada de un parto precipitado extrahospitalario.

La sentencia de 2012 fue calificada por el abogado defensor, Ví­ctor Hugo Mata, como "exagerada y llena de prejuicios", por lo que aseguró que la revisión de la sentencia se convirtió en una oportunidad de hacer justicia. La revisión se dio luego de varias gestiones de organizaciones que velan por los derechos de las mujeres.

Ella es parte de las 17 mujeres por quienes se lanzó una campaña en 2014 en la que pedí­an su libertad y se convirtió en la décimo segunda mujer, vinculada a emergencias obstétricas, a la que le otorgan libertad después de que un juez determinara errores judiciales en las sentencias condenatorias.

 

Foto: Cortesí­a

En la audiencia extraordinaria se concluyó que no habí­a suficientes elementos que probarán la comisión del delito. No obstante, la Fiscalí­a General de la República (FGR) no aceptó esta sentencia absolutoria y presentó un apelo en su contra en junio 2016.

Ante esta permanente persecución, la Dirección de Migración sueca le concedió asilo polí­tico el pasado 20 de marzo a ella y a su hijo por considerar que sufrió persecución polí­tica y jurí­dica por el hecho de ser mujer y por el maltrato que sufrió al pasar más de cuatro años en prisión por un delito inexistente.

Herrera reiteró que este es un momento clave para que “la sociedad salvadoreña y el Estado” escuchen a la comunidad internacional y se trabaje para evitar que estos hechos no se repitan. Exhortó al Estado para que revise la sentencia de 17 mujeres que continúan encarceladas y que pare los procesos judiciales para que las acusadas puedan recobrar su libertad.

“Es un llamado a las instituciones sobre todo al sistema judicial para que agilice los mecanismo de libertad para las que aún están condenadas y pagan por crí­menes que no cometieron”, acotó.

Así­ mismo, la Agrupación y otras entidades hicieron un llamado para que la Asamblea Legislativa reforme la legislación sobre aborto para que no se induzca más en situaciones y errores judiciales como el sufrido por Marí­a Teresa, Las 17 y más.

La Procuradurí­a para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) estudió el caso y manifestó que se le violaron sus derechos a la igualdad y no discriminación por su condición de mujer; así­ como, “al debido proceso judicial por inobservancia de las garantí­as judiciales, como la presunción de inocencia, y el derecho a ser juzgada por un juez independiente e imparcial”.

Luego de cuatro años tras las rejas y varios meses afrontando el estigma y la persecución judicial, Marí­a Teresa y su hijo tendrán la oportunidad de empezar una nueva vida; el precio: lejos de casa.

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