lunes, 15 abril 2024

Lula impulsará BRICS ahora que EEUU “está atrapado”, dice excanciller ecuatoriano

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Patiño consideró que Brasil dará una activación al BRICS, incluyendo a países como Argentina, en momentos en que EEUU está "tratando de definir una estrategia anti China y anti Rusia en el mundo"

Por Lucía Barrios, de Agencia de Noticia Sputnik

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, va a impulsar al grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), en momentos en que el liderazgo de EEUU está “atrapado”, dijo a la Agencia Sputnik el excanciller ecuatoriano Ricardo Patiño.

“En estos momentos en que EEUU está atrapado, sintiendo que su liderazgo, especialmente económico, porque en lo militar sigue teniendo una fuerza extraordinariamente importante, está descendiendo (…) en estas circunstancias, la llegada de Lula es importante porque permite entre otras cosas retomar los BRICS, que es una unión de países emergentes más grandes del mundo”, dijo quien fuera ministro de Exteriores de Ecuador desde 2013 a 2016, durante el Gobierno de Rafael Correa (2007-2017).

Patiño, quien también se desempeñó como ministro de Defensa entre 2016 y 2017, consideró que Brasil dará una activación al BRICS, incluyendo a países como Argentina, en momentos en que EEUU está “tratando de definir una estrategia anti China y anti Rusia en el mundo”.

PREGUNTA: ¿Qué implicancias tiene para la región la victoria de Lula?

RESPUESTA: Yo creo que muchas. Brasil es un país extraordinariamente grande, con mucha influencia en América Latina y en el mundo. Casi que completa un mapa de países progresistas y de izquierda en América Latina. A excepción de Ecuador, Uruguay y Paraguay, esto implicaría la posibilidad de retomar la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas).

El triunfo de Lula nos alegra muchísimo, nos preocupa que (el presidente Jair) Bolsonaro tenga tanta votación. Esto significa que tenemos que reflexionar sobre lo que estamos haciendo o lo que dejamos de hacer. Hay que pensar qué están haciendo las posiciones fascistas y retrógradas en la región y nosotros qué no estamos siendo capaces de comprender o de captar dónde está esa estrategia porque es imposible que un país como Brasil, que con el Gobierno de Lula (2003-2011) y Dilma (Rousseff, 2011-2016) que millones de personas salieron de la pobreza, haya tanta gente que todavía vote por Bolsonaro. Eso implica que tenemos que revisar esa situación. Pero con la diferencia del dos por ciento de los votos, Brasil entra nuevamente a una posición progresista en América Latina, lo cual es muy importante si sumamos a México, Argentina, Colombia y otros países que están en esa línea de acción.

P: ¿Con el liderazgo de Lula, como quedaría la región con respecto a EEUU, China y Rusia?

R: En estos momentos EEUU está atrapado, sintiendo que su liderazgo, especialmente económico, porque en lo militar sigue teniendo una fuerza extraordinariamente importante, está descendiendo. Hay un documento que acaba de ser emitido por la Casa Blanca en donde (el presidente de EEUU), Joe Biden, declara que China y Rusia son los enemigos del mundo, dice que quieren tener influencia en el mundo y no se lo vamos a permitir. Biden dice que van a hacer alianzas con quienes no están muy de acuerdo para evitar que China y Rusia tengan influencia mundial, pero claro, lo están haciendo muy tarde, porque China hace rato es el país que mayor comercio tiene en el mundo, mayor producto interno bruto, y por tanto ha dejado de ser EEUU el país predominante desde el punto de vista económico. Tecnológicamente China lo está superando. No podemos decir que EEUU ha terminado su liderazgo mundial, pero evidentemente hay una tendencia hacia la franca limitación y reducción de su influencia en el mundo.

En estas circunstancias, la llegada de Lula es importante porque permite entre otras cosas retomar los BRICS, que es la unión de países emergentes más grandes del mundo. Ellos tuvieron un funcionamiento muy regular a partir del 2009, luego decayó un poco su interrelación, pero creo que Brasil le va a dar una nueva activación al BRICS, incluyendo algunos otros (países), como es el caso de Argentina. El BRICS aparece como una alternativa en lo económico y político. Eso es mucho que decir, porque evidentemente el mundo comienza a funcionar mucho más en términos de bloques. Eso lo decidió el G7, cuando unió a varios países para conformarse. El G7 dijo: en ONU no tenemos mayoría suficiente para conducir el mundo, entonces armamos el G7. Los países occidentales desarrollados, que tienen posiciones imperialistas y colonialistas, empezaron a decidir por fuera de las Naciones Unidas. Eso mismo hizo el BRICS: aquí estamos un grupo de países que no tenemos el mismo nivel de desarrollo del G7 pero que sí tenemos decisión de tener nuestra autonomía, de no dejarnos imponer todo por el G7. Los BRICS dejaron de funcionar por la llegada de Bolsonaro al poder y se reactivarían con Lula.

P: ¿Qué otros cambios podría haber en la política exterior de Lula?

R: Bolsonaro fue un títere de (Donald) Trump (presidente de EEUU en el periodo 2017-2021), pero más allá de si es Trump o Biden, cualquier presidente que esté en EEUU es un inquilino de la Casa Blanca, ya el poder lo deciden otros, no el propio presidente, lo decide la estructura industrial militar de EEUU, pero la presidencia de Brasil consolida lo que podría ser una posición latinoamericanista y caribeña de otra naturaleza.

P: ¿Cómo observa la situación de la izquierda latinoamericana?

R: A pesar de que los liderazgos no son los mismos, en América del Sur solo quedan tres países que no son de izquierda: Paraguay, Uruguay y Ecuador. En Centroamérica ha habido un avance importante. Yo veo un fundamental avance de la izquierda en América Latina. Hay una clara presencia de un nuevo ciclo en América Latina, que comenzó en 1998 con (Hugo) Chávez (presidente de Venezuela entre 1999 y 2013, cuando falleció) y que se profundizó en la primera década de este siglo, con grandes liderazgos y en este caso con liderazgos más moderados y que han incluido a tres países que no habían logrado salir de gobiernos de derecha, como es México, Perú y Colombia. No se soñaba durante mucho tiempo que gobiernos progresistas podían llegar a esos países.

Esto genera una configuración muy distinta en América Latina. Pero no debemos dormirnos en los laureles, tenemos que pensar qué podemos hacer por nuestros pueblos para que puedan sostenerse. Solamente construyendo poder popular y claras alianzas explícitas con sectores productivos progresistas y también trabajando en comunicación, para que lo medios no conquisten el cerebro y el corazón de los pueblos, podemos lograr que este ciclo no termine pronto.

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