De la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer – CEPAL realzada en octubre del 2016 surge la Estrategia de Montevideo, en donde se consideraron puntos de interés para asegurar que el adelanto de las mujeres dentro de nuestras sociedades latinoamericanas tenga efectos positivos de manera real y efectiva. Uno de estos tópicos fue respecto a superar los nudos estructurales para alcanzar la Igualdad de género.
Estos nudos estructurales se sostienen en las actuales relaciones desiguales de poder en América Latina y el Caribe, como también por las tendencias y factores contextuales donde se materializan los nuevos desafíos, entre estos se encuentra el resurgimiento del conservadurismo con fuertes resistencias al adelanto de los derechos de las mujeres, lo cual con un estilo de desarrollo decadente lleva al aumento de las desigualdades.
La estrategia de Montevideo marca que “los patrones culturales patriarcales discriminatorios y violentos y el predominio de la cultura del privilegio; así como también de la concentración del poder y las relaciones jerárquicas constituyen complejos sistemas socioeconómicos, culturales y de creencias que se refuerzan entre ellos con lo cual obstaculizan y reducen el alcance de la Igualdad Sustantiva”.
Se puede constatar que a través de los últimos años, paulatinamente se ha dado el resurgimiento de prácticas, discursos y patrones culturales patriarcales, discriminatorios y violentos basados en la cultura del privilegio, que limitan el pleno ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, así como también un irrespeto a la diversidad que pasa por el no reconocimiento de las distintas formas de familia, la diversidad sexual y la identidad de género, entre otras.
Por el caso, ¿Que pasa en El Salvador con la prohibición total del aborto? Ante la fuerte resistencia a aceptar la propuesta presentada a la Asamblea Legislativa para despenalizar el aborto en sus cuatro causales: cuando la vida y la salud de la mujer corran peligro; que el embarazo sea fruto de violación sexual o trata de personas; cuando exista una malformación del feto que haga inviable la vida fuera del útero y en casos de violación contra un menor de edad o estupro se puede percibir que una vez más los problemas de salud tanto física como mental que enfrentamos las mujeres continúan estando cargados de creencias, mitos y estereotipos que no permiten ejercer su derecho a la salud y la vida en las mismas condiciones que los hombres y con esto estamos legislando no desde los derechos sino mas bien desde nuestras creencias rígidas. .
Hoy más que nunca se hace necesario pasar de la cultura del privilegio a la cultura de los derechos y de la igualdad, desmontando el modelo androcéntrico de valoración del ser humano, erradicando toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar el goce efectivo de los derechos humanos en todos los ámbitos de la vida, para pasar a la igualdad sustantiva en donde todas las personas sean reconocidas y consideradas como sujetas de derechos.