En los últimos 20 años el hostigamiento y la persecución contra los cristianos en el Medio Oriente, la cuna del cristianismo, ha sido sistemática. La comunidad internacional ha permanecido indiferente y con su actitud se hace cómplice de lo que ahí ocurre.
Durante el Tercer Foro Internacional Cristiano, celebrado al inicio del mes en Moscú, Rusia, se presentó un documento que analiza la situación de los cristianos en esa región y señala que de seguir las cosas así a la mitad de la próxima década dejarán de existir en esa región del mundo.
La situación de violencia en esa zona de la geografía mundial y la radicalización del Islam, sostiene el documento, son las principales causas de la desaparición de los cristianos. De las comunidades que ahí viven ellos son los más afectados. No se ve que la situación pueda cambiar.
En los últimos diez años, el número de los cristianos en Medio Oriente ha caído en un 80%. En 1910, al inicio del siglo pasado, el número de éstos representaba el 13.6% de la población de esa región y para el 2025 se espera sea sólo el 3.0%.
Las mayores comunidades cristianas todavía presentes son: En Egipto, los coptos; en Irak, los caldeos; en Siria, greco-ortodoxos, melquitas, siro-ortodoxos y armenios; en Líbano, maronitas, melquitas y armenios; en Cisjordania, latinos; en Israel, greco-ortodoxos, melquitas y latinos; en Jordania, greco-ortodoxos, melquitas y latinos.
Un caso especialmente dramático es el de Irak, al inicio del 2000 había 1.5 millones de cristianos, sobre todo caldeos, pero ahora solo quedan 100 mil. Es también el caso Siria, durante la guerra salieron cientos de miles de cristianos que fueron violentados en el avance de los militantes del Estado Islámico (EI).
Los participantes de la reunión de Moscú, que sesionó en la Catedral del Salvador, plantean que la prédica y la acción de los grupos islámicos radicales favorece la agresión e incluso los atentados en contra de los cristianos.
Y añaden, que la única posibilidad de que los cristianos permanezcan en el Medio Oriente, aunque sea disminuidos, es que los gobiernos de los países generen mecanismos que garanticen la libertad de culto y la seguridad a todas las comunidades religiosas.
La comunidad internacional debe trabajar, para evitar el desastre humanitario, social, religioso y cultural que ahora viven las comunidades cristianas en esa región, que es donde nace y se expande el cristianismo.
Ahora miles de cristianos son obligados a dejar el lugar en el que han vivido por siglos, se les quitan sus propiedades y pertenencias y se les empuja con amenazas y acciones violentas a que dejen su país de origen. Una cultura y expresión religiosa dos veces milenaria está a solo años de desaparecer de Medio Oriente.