sábado, 13 abril 2024

¿Legalizar la marihuana? Ideas para un debate

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En dí­as pasados, tanto en redes sociales como en medios de prensa escrita, se ha iniciado un supuesto debate sobre las ventajas que, como paí­s, tendrí­amos si se legalizara el consumo de la marihuana. En sendos artí­culos de opinión se explicaban las bondades económicas, médicas (hasta agronómicas) de legalizar el cannabis.

Hasta aquí­, todo normal, pues en los artí­culos se pueden encontrar opiniones variopintas, con las que uno puede estar o no de acuerdo. Mi sorpresa vino dí­as después, cuando diputados de la honorable Asamblea Legislativa tuitearon a favor de legalizar el consumo de hierba. Y digo sorpresa porque, si nos atenemos a lo que dice nuestra Constitución sobre que el Estado tiene la obligación de asegurarnos a los salvadoreños la salud, no me explico cómo, quienes deben acatar lo que dice nuestra Carta Magna, están abogando por algo que sabemos sobremanera es perjudicial para la salud.

Como ha sucedido en otros paí­ses, aquí­ en El Salvador se está abogando por la despenalización del consumo de la marihuana y su legalización “para usos medicinales”. El problema es que luego se podrí­a abrir una rendija que permitirá su consumo para uso recreativo. Según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de las Naciones Unidas (JIFE), en su informe 2018, algunos programas de cannabis para uso medicinal han tenido un efecto adverso en la salud pública, ya que no han sido regulados de manera efectiva. A raí­z de esto, se ha visto un desví­o de cannabis para uso no médico. La JIFE dice: “En varios paí­ses, la regulación deficiente de los programas de cannabis medicinal y la baja percepción del riesgo conexa pueden haber contribuido a la legalización del consumo de cannabis con fines no médicos”.

Por otra parte, hay que mencionar que la marihuana está en las listas I y IV de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes; en dichos listados se establece que el cannabis genera dependencia y tiene consecuencias adversas para la salud como lesiones causadas por accidentes de tránsito, trastornos psicóticos, deficiencias en el rendimiento educativo, perturbaciones en el desarrollo durante la adolescencia (el consumo de marihuana en adolescentes puede afectar severamente el desarrollo cerebral) y efectos adversos en el crecimiento del feto.

Ante estas evidencias cientí­ficas de los efectos nocivos del consumo de marihuana y de los problemas que atraviesan paí­ses con mayores recursos, infraestructura y educación, a la hora de legalizar su consumo para fines medicinales y/o recreativos, paso a exponer las razones sobre por qué no se deberí­a tomar tal medida en un paí­s como el nuestro y con nuestras particularidades.

Primero, no se debe legalizar el consumo de cannabis porque generarí­a un efecto de bola de nieve en los ámbitos de salud, legal y de seguridad, incrementando los problemas sociales que ya tiene el paí­s, ya que, si bien es cierto, en un primer momento muchos de los conflictos relacionados con drogas desaparecerí­an, no lo harí­an de hecho sino solo de derecho, puesto que la despenalización únicamente elimina la tipificación y no la conducta de los consumidores.

Segundo, el consumo de drogas y sus consecuencias para el bienestar fí­sico y mental constituye un tema de interés en la ejecución de polí­ticas sanitarias. La legalización de la marihuana sólo servirí­a para agravar los ya complicados problemas del Sistema Nacional de Salud, por los efectos adversos en la salud de la población que esto acarrearí­a. El caso de las drogas legales como el alcohol o el tabaco es paradigmático, puesto que matan cada año entre 10 y 15 veces más que las drogas ilí­citas; algo similar podrí­a suceder con la marihuana, si se legalizara su uso recreativo.

Según el Informe Nacional 2018 sobre la Situación de las Drogas, publicado por la gubernamental Comisión Nacional Antidrogas, para el año 2017 la principal causa de demanda de atención en el Sistema de Salud fue por consumo de Alcohol, seguido por el tabaco, en tercer lugar, el uso de múltiples drogas y en cuarto lugar por consumo creciente de cannabis. De igual modo, dicho informe apunta: “Durante el año 2017, informes forenses del Instituto de Medicina Legal, registraron casos que dieron positivo a sustancias psicoactivas en muertes violentas en los cuales su causa de muerte no fue atribuible al uso de sustancias, de éstos 700 casos salieron positivo a etanol; 550 salieron positivo a marihuana y 256 casos salieron positivo a cocaí­na”.

En este sentido, la legalización de la marihuana puede afectar la salud de grandes sectores población salvadoreña, ya que, al haber mayor oferta de ésta, el consumo se incrementarí­a. Se debe considerar, también, que el Sistema Nacional de Salud no tiene la capacidad para dar cobertura a una demanda espontánea generada por un eventual incremento de atenciones a personas afectas a drogas, así­ como a las secuelas médicas asociadas a su consumo, incluyendo accidentes automovilí­sticos y laborales, o el aumento de la violencia intrafamiliar. La legalización del cannabis aumentarí­a el número de consumidores y, por tanto, el costo de atención en salud para el tratamiento de personas afectas a drogas. Un lujo que, al dí­a de hoy, nuestro sistema de salud no se puede dar.

El debate está abierto, sí­, pero un debate en que al final del dí­a imperen los intereses de la población, la salud de nuestros conciudadanos, no otros tipos de intereses, ya sean éstos comerciales, económicos o de cualquier otra í­ndole.

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Manuel Vicente Henríquez
Manuel Vicente Henríquez
Columnista de ContraPunto https://twitter.com/Pregonero_SV
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