Por Nelson López Rojas
El presidente Bukele anunció 11 medidas para paliar la crisis causada por factores externos y así beneficiar a la población. ¡Enhorabuena! El alza de todo es innegable a nivel mundial, pero como es de esperarse con los salvadoreños si anuncia las medidas la gente no está satisfecha, si no las anuncia, tampoco. La gente se queja si le cobran más en el transporte público, pero también se enojan si no hay buses. En fin.
El ahorro de $0.26 centavos por galón de gasolina pareciera una buena noticia para muchos, sin embargo, si vos tenés carro probablemente tenés para pagar esos $0.26 centavos. Hay buses para las personas que no tienen para cubrir el gasto de la gasolina. Y para los que usan buses, la población se beneficiaría con un bus transfer— o pasaje transferible. Cuando era estudiante universitario tenía que tomar dos buses para llegar a mi destino y, si debía ir a la casa de algún compañero a hacer tareas, a veces más. Ese gasto podría evitarse si, dentro de un tiempo prudente, el usuario se baja de una unidad para tomar otra.
Me gustaría ver menos retenes y más agentes capacitados para detectar las faltas al reglamento de tránsito y así imponer multas al por mayor a los infractores. Esto sería un gran ingreso para financiar otros programas sociales. ¿Se imaginan el dinero que ingresaría por cada multa cada vez que alguien se pasa un semáforo en rojo? ¿Y los que no andan con luces por la noche? ¿Y qué decir de los que van a 90 en una zona peatonal? Sería sin duda muy lucrativo. No se necesitan nuevas leyes, se necesita hacer cumplir las que ya existen.
No estoy en condición moral para juzgar, pero me decepcioné al no oír que se incrementarían los impuestos a los cigarros, al alcohol y a los moteles. Seguramente quien tiene para estos gustos también tiene para pagar los $0.26 centavos de gasolina.
¿Qué tal si se subieran las tasas a las bebidas con altos contenidos de azúcar que tanto daño le causan a los habitantes? Eso recaudaría millones y ahorraría millones en gasto de salud por hipertensión, diabetes, niños con déficit de atención e hiperactividad entre otras dolencias.
Esa promesa de campaña y los shows en la asamblea para que devuelvan lo robado debe hacerse realidad. No basta con seguir lamentándose que se robaron el dinero del pueblo, ¡hay que hacer que lo devuelvan! En lo personal preferiría que devuelvan el dinero a que hagan tiempo en la cárcel.
Los precios de los productos básicos serían más accesibles si hubiera una producción local importante. Si cada salvadoreño decidiera comprar lo que se produce en el país, obligaría a los productores a ser más competitivos y a mejorar la calidad. Sin embargo, hay que incentivar a los agricultores y ganaderos para que inviertan en el país.
En Los Ángeles y en otras urbes hay carreteras en buen estado que cobran peaje. ¿Y si se licitan carreteras para el tráfico rápido interdepartamental? Es una idea ambiciosa, pero ahorraría gasolina, tiempo y mejoraría la salud mental de los automovilistas. Me gusta imaginarme a alguien que viaje, por ejemplo, de Santa Tecla a Soyapango, de Apopa al aeropuerto o de las playas a la ciudad evitando pasar por las ciudades congestionadas que constituyen los embotellamientos locales.
Lo importante es, señor presidente, no seguir endeudándose a largo plazo al tomar medidas que ayudan nada más a corto plazo. No se trata de ser el tío bueno todo el tiempo para que te quieran los sobrinos. Recordá que cuando vos das sos el tiyito bueno aunque se les olvide más tarde; cuando la ayuda cesa sos el malo de la película. Hagás lo que hagás la gente va a estar insatisfecha cuando ya beneficios dejan de existir y los platos rotos lo pagarán los hijos de mis hijos.
