Los USA han mentido siempre para disimular sus objetivos guerreros. Como muestra, va esta historia. Para hacerse de Cuba (ocupan desde entonces Guantánamo), Puerto Rico y Filipinas, en abril de 1998, después de enviar a todos los blancos a tierra, hicieron explotar la santabárbara de su barco de guerra Maine, estacionado frente a La Habana. La explosión fue inmediatamente atribuida por su gobierno y los canallescos periódicos de Hearst y Pulitzer a un torpedo español. De la “moral” de estos medios, entre paréntesis, va la siguiente anécdota: Hearst, había enviado a Cuba al fotógrafo Remington, para que tomara fotos de la “guerra existente”, pero éste dijo que no la encontraba, y Hearst le ordenó: “Envíame las fotos que yo produciré la guerra””¦
La muestra de la mendacidad de USA, viene a propósito de su ofensiva mediática actual para desfigurar la historia de la Segunda Guerra mundial, convenciendo al mundo de que ellos fueron los que la ganaron y la Gloriosa Unión Soviética, ayudó solamente”¦ Esto, como parte de la “alucinación geoestratégica” de continuar “siendo indispensables” y, claro, los dueños y policías del mundo; cuando la época de potencia unipolar ha pasado para siempre, a pesar de las 900 bases militares que tienen alrededor del mundo y gastan en armas lo mismo que el total de los demás países.
Sobre la Segunda guerra, hay datos para desvirtuar esta mentira. En ella, el 76% de las bajas del ejército alemán fueron en el frente oriental; en Stalingrado, la URSS ganó la batalla más sangrienta de todos los tiempos, y esta fue la segunda derrota del “invencible” ejército alemán que había arrasado con toda Europa. Después, en su imparable avance hasta tomar Berlín, los soviéticos, en Kurst, ganaron también la batalla más grande de toda la guerra, donde se enfrentaron 8,000 tanques, 3700 alemanes y 4300 soviéticos, que se realizó en julio y agosto de 1943.
La Unión Soviética fue tomada por sorpresa, porque después de haber intentado en vano algo similar con occidente, en agosto de 1939, firmó con Alemania un pacto de no agresión, ya que necesitaba ganar tiempo para tener el armamento necesario para enfrentarse con éxito al nazismo, que ““-contra lo firmado al fin de la Primera Guerra en 1918– había sido ayudado por occidente, tanto para llegar al poder como para sus logros en armamento. Stalin cometió el error de creer que Hitler respetaría ese pacto y que la agresión sería después, pero el 22/06/1941, la maquinaria nazi invadió sorpresivamente la URSS con 4.1 millones de soldados, 225 divisiones, 600,000 vehículos, 750,000 caballos, 4300 tanques, 7200 cañones y 4000 aviones, y avanzaron hasta las puertas de Moscú, donde tuvieron que retroceder por primera vez en toda la guerra.
Es justo reconocer que los aliados occidentales ayudaron al principio con material y armamento, sobre todo material de transporte y aviones, pero ya en 1942 la producción de la URSS fue superior a la de Alemania.