En un ambiente colorido y que suspira aromas y cultura cuscatleca, vendedores del mercado de Artesanías de San Salvador encontraron la oportunidad de fortalecer su trabajo por medio del aprendizaje del idioma inglés gracias a la iniciativa de “Shine”, una asociación que con un bajísimo precio, convierte el inglés en una herramienta para que vendedores hablen con extranjeros que visitan el mercado para llevarse un recuerdo de este bello país.
Shine es una ONG fundada por Emma Duckworth, una joven inglesa que vino a El Salvador hace tres años como voluntaria, pero sintió la necesidad de quedarse y compartir lo que sabe con niños jóvenes y adultos salvadoreños que requieren un impulso para brillar.
“Algo me capturó de El Salvador y vi la necesidad del inglés de niños, jóvenes y adultos. No se puede negar que se necesita del inglés”, expresa Emma.
Dice que la idea es que la gente brille y que cada quien debe mostrar la luz que tiene, y que parte de sus objetivos como organización, es impulsar el desarrollo y la paz en los salvadoreños.
Shine tiene un programa que permite la enseñanza del idioma inglés a sectores de escasos recursos. Sus talleres solo cuestan $5 dólares y están seguros que aprendiendo ese idioma, las posibilidades de mejoras en la calidad de vida de la población van en aumento.
Una de esas beneficiadas es Araceli Orellana, originaria de Chalatenango y vendedora y artesana del mercado de Artesanías.
“Yo trabajo con turismo y eso implica habar otro idioma. El inglés es el más común y el más necesario acá”, expresa Orellana. Por trabajo tuvo que dejar la universidad pero ve en esta iniciativa la oportunidad de aprender algo nuevo. Ella trabaja artesanías en tasas, madera y hojalatería.
Otro de los beneficiados es Oscar Gutiérrez de 59 años de edad, un vendedor de artesanías que por casi 20 años ha trabajado en el lugar
“Esta oportunidad siempre la he esperado porque el inglés para mi es una herramienta de trabajo pues se aprende a convivir con extranjeros. Uno gracias a Dios aprende a conversar con ellos. A veces me quedo como mudo y no sé qué decirle al cliente. Algunas cosas las puedo y otras me quedo en las nubes”, admite Oscar, quien se esfuerza para desatender un momento su trabajo y aprender inglés.
Lo hacen en un pequeño salón al interior del mercado. Unos carteles, una pizarra y un plumón son las herramientas que el instructor o el “teacher” Miguel Martínez usa para hacer que la gente brille.
“Al principio es como un niño, independientemente de la edad hay que trabajar con palabras sencillas. Si nos enfocamos en el speaking en los niveles básicos, independientemente de la edad el estudiante se irá desenvolviendo fácilmente”, expresa Miguel.
A futuro, esta ONG también prevé abrir más talleres como este. Ya cuentan con otro en la Casa de la Cultura del Centro de San Salvador y tiene previsto abrir otro taller en Ciudad Delgado. Además del inglés, buscarán impartir clases de música, teatro, pintura, entre otros, con el fin de aportar a la prevención de la violencia en las comunidades donde lleguen.
“Traer extranjeros como voluntariados; graduar después de dos años a participantes y convertirlos en instructores”, añade Emma como parte de la visión.
Dice que su familia ve que ella está feliz acá. Decidió dejar el frío clima del norte de Inglaterra y aventurarse en las cálidas y arriesgadas calles de El Salvador.
“Siento que puedo hacer más diferencia aquí y siempre me ha interesado trabajar con niños como voluntaria. La gente tiene algo especial”, admite Emma.