Los jóvenes revolucionarios de finales de la década de los cincuenta, ingresaron en el viejo Partido Comunista, logrando que se subiera a la ola de protesta ciudadana surgida ante la crisis económica y la represión gubernamental. El proceso de acompañamiento del Partido Comunista a la movilización de masas se inició en el año 1958, se fortaleció durante 1959, se logró acelerar una división de la oficialidad de la Fuerza Armada, la cual derrocó al Presidente Coronel José María Lemus mediante un golpe de estado en Octubre de 1960.
El triunfo de la revolución cubana tuvo una onda expansiva por toda América Latina y el mundo subdesarrollado, demostrando que la lucha revolucionaria podía tener éxito después de que había pasado aproximadamente cincuenta años desde la revolución mexicana y la rusa.
En El Salvador tomó posesión una Junta de Gobierno Cívico Militar en que participaron tres connotados profesionales (Fabio Castillo Figueroa [1], Ricardo Falla Cácerez y René Fortín Magaña) que en su juventud habían participado activamente en la lucha contra la dictadura militar, al margen del Partido Comunista. Esa Junta intentó reencausar al país por un camino democrático, pero cuatro meses después un contragolpe militar frustró esas intenciones y fortaleció nuevamente la dictadura militar. En esas circunstancias el Partido Comunista decidió fortalecer la lucha contra la dictadura, incorporando la lucha armada dentro de su estrategia política; varios jóvenes universitarios fueron entrenados en la guerra de guerrillas, se consiguieron algunas armas cortas, se establecieron casas de seguridad y se creó el Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR) en el año 1962, como el organismo encargado de dirigir a las masas obreras, estudiantiles y campesinas a la insurrección popular. Varios universitarios revolucionarios abandonaron sus estudios, ante el auto convencimiento de que la revolución triunfaría en pocos meses.
Al interior del Partido Comunista no se logró combinar las distintas formas de lucha; la dirección de dicho partido abortó el proceso de preparación de lucha armada; varios cuadros político militares se sintieron frustrados, algunos de ellos abandonaron el partido, dedicándose completamente a su vida privada o se fueron del país.
El Partido Comunista logró convencer a la mayoría de jóvenes, especialmente estudiantes universitarios a que lo acompañaran a participar directamente en la lucha electoral. En 1965 decidió reactivar el Partido Acción Renovadora con la anuencia de su creador el General Ascencio Menéndez en el auge del proceso democratizador generado por el golpe militar de 1948; había sido el partido de la oposición, en las elecciones de las década del cincuenta que ganó el Partido Revolucionario de Unificación Democrática (PRUD) creado por los militares. La campaña electoral del Partido Acción Renovadora, impulsada por el Partido Comunista y dirigida por jóvenes demócratas y revolucionarios se realizó en el año 1966, se presentó un plan de gobierno de 10 puntos que incluía la reforma agraria y una reforma profunda a la política fiscal; su candidato presidencial fue el Dr. Fabio Castillo, se visitaron todos los municipios del país, utilizando la campaña electoral como instrumento para concientizar a la población sobre la necesidad del cambio democrático revolucionario; luego de las elecciones en el año 1967, el PAR fue declarado ilegal, no obstante su participación electoral despertó un proceso de auge del movimiento de masas que duró varios años.