viernes, 6 diciembre 2024

La guerra contra el feminismo: una historia de masculinidad frágil

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Qué fácil es para muchos odiar a las feministas. Gritarnos “feminazis” y “ojalá las violen”, pero por suerte, los detractores que se expresan así­ de un movimiento legí­timo (que busca la igualdad de derechos, no sólo para mujeres, sino para las minorí­as), quedan muy mal parados en la actual era informática. Hemos sido silenciadas por siglos, pero eso se acabó.

Hablan de “la ideologí­a de género” como una agenda negativa. No saben qué es la Teorí­a De Género, y no saben que existen tesis académicas y antropológicas que la respaldan. Nótese la similitud de este término a la tan demonizada “ideologí­a comunista” ¿coincidencia? No creo. Parece que agregar la palabra “ideologí­a” antes de cualquier escuela de pensamiento, la demoniza instantáneamente. Lxs salvadoreñxs somos profundamente prejuiciosos, pero ya es hora de escuchar y hacer las peguntas adecuadas.

Es controversial, pero yo entiendo. Entiendo por qué les cuesta tanto concebir y apoyar el feminismo. Los hombres han tenido el control, el poder, han dictado las reglas y las normas sociales por siglos. Desde determinar el valor que tenemos las mujeres (las mujeres tienen que verse “así­ y así­”, actuar “así­ y así­”), hasta dictar nuestro rol en la “sociedad” (siempre secundario, la esposa de alguien, la mamá de alguien). Los hombres han tenido el pastel y se lo han comido también. ¿Quién va a querer soltar eso?

En una dinámica que los favorece, ¿cómo esperamos que apoyen el avance de las mujeres (y otras minorí­as)? ¿Esa sed de justicia, esa búsqueda de igualdad? Es obvio, así­ como nuestros polí­ticos, ¿quién quiere “soltar” su porción del pastel? Aquí­ entran los matices y la debilidad del pensamiento machista. Igualdad de derechos NO SIGNIFICA menos derechos para los hombres.

Ser feminista en un paí­s tan conservador no es tarea fácil. Caminamos en los bordes de la marginalización, del desprecio, del asco colectivo. Hombres y mujeres defienden el machismo como si fuese su última cena. ¿Pero, yo tengo que creer que estoy equivocada sólo por eso? No. ¿Cómo no vamos a estar enojadas, si cada dí­a se apilan los cuerpos de nuestras hermanas? Violadas, torturadas, asesinadas, desaparecidas. Una niña en México violada por cuatro policí­as, una anciana también violada. Serí­a un insulto a mi inteligencia y mi integridad si NO estuviese enojada.

Y sí­, también los hombres son asesinados, pero vean estas variables: ¿cuántos de esos hombres sufrieron violencia sexual antes de ser asesinados?, ¿quiénes los están asesinando? y, más importante aún ¿quiénes nos asesinan a nosotras? Nuestros esposos, amigos y conocidos, la mayorí­a hombres heterosexuales.

Las dinámicas de poder EXISTEN y están presentes en todas las interacciones, por minúsculas que sean. Los hombres demuestran actitudes abusivas, invasivas; ese hombre que me tira besos en la calle quiere que sepa que ÉL PUEDE TENERME, si él quiere. Ese profesor que me invita a comer después de clase quiere que sepa QUE ÉL TIENE EL PODER DE POSEERME, si él quiere. Y ese marido que me golpea, quiere dejarme claro QUE YO HAGO LO QUE ÉL DIGA, SI NO QUIERO QUE ME MATE.

No podemos avanzar si nuestros compañeros hombres siguen rehusándose a escuchar, a deconstruir sus inseguridades, a manejar sus emociones de maneras sanas. Puede ser que vos no seas un abusador, violador o asesino, pero, querrás o no, tu existencia contribuye, apoya y refuerza el sistema injusto del patriarcado.

Y no seas ridí­culo, Sebastián, esto no es “la batalla de los sexos”. Se trata de deconstruir las bases podridas en las que existe el machismo. No se trata de una batalla de egos. Nosotras hemos venido perdiendo, año con año: perdiendo vidas, perdiendo hermanas, madres e hijas. Ya estamos cansadas, y las listas no van a parar. Porque la voz de todas esas muertas y desaparecidas hacen eco en nuestras voces.

Necesitamos que se pongan las pilas y nos escuchen. No pueden hablar por las experiencias de otras mujeres, no intenten tomar protagonismo en nuestros procesos. ESTO NO SE TRATA DE USTEDES. Ya sostuvieron el micrófono por demasiado tiempo. Nuestro momento es AHORA. Tome asiento, escuche y aprenda. Y por favor, ejercite su intelecto, cuestiónese, documéntese, para eso está el internet. ¡No hay tiempo que perder! #Nonoscuidannosviolan #niunamás

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Nicole Membreño
Nicole Membreño
Columnista / Femenista
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