jueves, 5 septiembre 2024

Juan Barreto Boggio, el hombre en el castillo

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Conversamos con el empresario cultural Juan Barreto sobre la historia del Castillo de Chancay, en Perú, y el futuro que le depara.

Por Alejandro Herrera Núñez.

A orillas del Pacífico, en Perú, emerge un castillo medieval, el Castillo de Chancay, el cual se encuentra en el epicentro mismo de la ruta de la seda. Conversamos con el empresario cultural Juan Barreto sobre la historia del Castillo y el futuro que le depara.

Todo empezó como un cuento de hadas cuando hace cien años la poeta Consuelo Amat, bisnieta de un virrey, mandó a construir un castillo de ensueño al borde de los acantilados del mar de Chancay, al norte de Lima. Esto en homenaje y recuerdo a la memoria de su esposo, Rómulo Boggio Klauer, un reconocido industrial. Lo que empezó como el sueño de una viuda loca de amor se ha convertido cien años después en un fenómeno turístico y cultural a solo una hora en coche desde Lima: el Castillo de Chancay.

Entretanto a pocos meses de la inauguración del mega puerto de Chancay que redefinirá las rutas comerciales marítimas del Pacífico Sur, y en un momento en que el valor del suelo en dicha localidad vuela por los aires, no resulta descabellado comenzar a pensar por el destino del castillo de Chancay.

Como es bien conocido, cuando las inversiones chinas entran, lo hacen, como dirían en Perú, en mancha. Un puerto o en este caso un mega puerto como es el de Chancay se abre como una seria posibilidad de inversiones en un ecosistema económico mucho más lucrativo de lo que se podría imaginar más allá de la simple extracción minera.

Años atrás (por 1990), se cuenta, hubo interés de parte del multimillonario de los casinos de Macao, Stanley Ho, de hacerse de derechos de exclusividad en Perú sobre la isla de San Lorenzo (ubicada al frente de Lima), para convertirla en una isla de recreo enfocada al juego, tal como hizo con Macao años atrás y que la transformó en Las Vegas de Asia. Sin embargo en ese momento no se llegó a ningún acuerdo. Hasta hoy. Según fuentes off the record, en Hong Kong, algunos de los  herederos de la poderosa dinastía Ho, estaría comenzando a dirigir su vista al lucrativo mercado del pacífico sur occidental, y muy probablemente a la costa peruana, y podrían tomar el área de Chancay como centro de sus operaciones comerciales. De manera que una invasión de capitales chinos podría estar por cristalizar en el mercado de bienes raíces entre este último semestre de año y comienzos del próximo. Con la imponente presencia de un mega puerto al costado, alguno de los clanes de aventureros inversionistas de Hong Kong, podrían estar por llegar y hacerse de un proyecto turístico de entretenimiento a través de cadenas de hoteles o casinos. O incluso algo más.

Antes de que se pusiese la primera piedra del mega puerto, Chancay ya contaba con un poderoso símbolo que hacía volver la vista a todos los peruanos para verla, es el caso del Castillo. De por sí el Castillo de Chancay, de propiedad de Juan Barreto Boggio, nieto de Consuelo Amat, ha sido una de las principales fuentes de empleo para dicha localidad, con más de cuatrocientos empleados, siendo dicho castillo un centro recreacional, de alojamiento pero también un espacio cultural con piezas de colección y museos incluidos en el marco de un edificio histórico. El castillo no solo es el principal destino a nivel full day de Lima, llegando a recibir a alrededor de cincuenta mil visitantes un fin de semana (en promedio unos ochocientos mil anuales), sino que a su vez tiene un valor cultural por su colección de más de dos mil piezas precolombinas en exhibición certificadas por el INC, lo que realza su valor histórico de por sí, además de ser un edificio ecléctico que reúne características arquitectónicas góticas, griegas o renacentistas, pero sobre todo por su valor cultural en tanto símbolo de Chancay. Cuando dicho castillo fue reabierto por Juan Barreto en 1990, hubo entonces de enfrentarse a unas circunstancias difíciles para invertir en plena crisis económica y en época del terrorismo (llegó a ser amenazado de muerte por el SL). Hoy, treinta y cuatro años después el Castillo es económicamente rentable y su dueño un importante empresario cultural del Perú, a quien recientemente el presidente del Parlamento Andino ha condecorado en el Congreso de la República del Perú, por sus méritos en entroncar la cultura y la empresa. En dicha condecoración, frente a autoridades políticas e importantes empresarios del sector, Juan Barreto dio un discurso enfatizando el valor del Castillo y de la importancia de la identidad de Chancay frente a las oportunidades y retos  que significa el mega puerto. En su discurso se notaba satisfecho con su contribución y se refirió a sus hijos como los continuadores de esta labor.

Sin embargo motivado por mi necesidad de confirmar si el castillo de  Chancay seguirá siendo peruano, me dirigí a Barreto para preguntarle directamente cuál sería su destino.

Juan Barreto se muestra sencillo y discreto, totalmente accesible a las preguntas, aunque es reacio de hablar de sus éxitos. «Si alguien  me quiere conocer que me conozca por mis obras», menciona. Compartimos un momento al final de su discurso para saber más de cerca de sus comienzos y del futuro inminente del Castillo. Juan me relata: «Al reconstruir el castillo también reconstruí  la historia de Chancay y de mi familia, mi abuelo fue tres veces alcalde de Chancay, y este castillo es de todos. No considero que el mega puerto y el castillo se contrapongan, al contrario son complementarios como el ying y el yang. El mega puerto dará trabajo, pero el Castillo de Chancay es su alma. Cuando  empecé y abrí el castillo al público lo hice con dos empleados, uno para abrir la puerta y otro para cerrar. Recibí incluso una amenaza de muerte de los terroristas. Pero salimos adelante y crecimos como atractivo hasta ser el número uno  a nivel full day. Creamos trabajo, y ofrecemos precios de entrada mucho menores del resto de visitantes a los habitantes de Chancay. El Castillo ofrece un nivel de calidad que los mismos visitantes exigen, porque el peruano en específico se ha vuelto más exigente en cuanto a la oferta, y el Castillo es competente respecto a satisfacer esa demanda. Tal vez le sorprenda, pero esta es la primera vez que me condecoran por el castillo de Chancay, además este año se cumplen cien años de su construcción. Y durante estos cien años cada vez que alguien ha pasado en coche por Chancay no ha dejado  de ver y detenerse un momento para contemplar el castillo. El Castillo ha contribuido a que la gente no pase de largo de Chancay, ni que sea un mero lugar de paso. En cambio ha sido el mejor aviso para invitar a conocer  Chancay, y esto empezó con el sueño de mi abuela que era poeta y tenía una gran sensibilidad. La gente la creía loca por hacer un castillo junto al mar, y a mí me creyeron loco cuando reconstruí este sueño en plena época del terrorismo en que nadie se atrevía a invertir en Perú. He dedicado mi vida a este sueño, porque ser  empresario requiere el valor de soñar».

En un momento, antes de despedirse, me lancé y le pregunté: «El éxito que usted ha tenido con el Castillo es indiscutible. ¿Ha tenido alguna oferta para que se le compré?» A lo que Barreto responde escuetamente: «Yo preferiría no pronunciarme al respecto».

Insisto y vuelvo a preguntarle. «Hay rumores de compradores de capitales extranjeros. Si llegara una propuesta seria de una transnacional, digamos una cadena china, vendería el Castillo?».

Barreto traga saliva y responde de manera tajante:

«Como le repito, en este momento preferiría no pronunciarme. Sin embargo no está en nuestros planes vender, pero de darse  una oferta primero tomaríamos en consideración lo mejor para Chancay. El Castillo significa mucho en mi historia y la de mi familia, además es un símbolo de Chancay y también del Perú. Así que en lo personal siento la pasión y necesidad de preservar nuestros símbolos».

En noviembre se inaugurará el mega puerto, ya en la costa de Chancay se puede ver agazapado en los acantilados al Castillo, y al fondo las grúas del puerto. El progreso y la tradición cerca una a la otra mirando a un mismo horizonte, el futuro.

El empresario cultural y dueño del Castillo de Chancay Juan Barreto, fue condecorado con la distinción de la Medalla de los Andes en mérito a su liderazgo en el plano empresarial, cultural y turístico.

El destacado empresario fue condecorado el pasado día lunes 5 de agosto por el Presidente del Parlamento Andino, Gustavo Pacheco. La ceremonia se desarrolló en el hemiciclo Raúl Porras Barrenechea y contó con la participación de los congresistas Luis Cordero Jon Tay (Somos Perú) y Alejandro Aguinaga Recuenco (Fuerza Popular) presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.  También se condecoró al periodista y escritor chino Kexin Meng, autor del libro ‘Cuando China se encuentra con el Perú’.

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Hans Alejandro Herrera
Hans Alejandro Herrera
Consultor editorial y periodista cultural, enfocado a autoras latinoamericanas, Chesterton y Bolaño. Colaborador de ContraPunto
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