martes, 10 diciembre 2024

Jesús, política y La Luz del Mundo

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¿Por qué se dan alianzas entre iglesias y partidos políticos? No tiene que ver con las creencias de los políticos; estos creen en dinero y poder no en Dios y las iglesias necesitaran de ese poder y dinero para tener influencia sobre sus feligreses. Tiene que ver y mucho con el mal momento que pasan políticos y sus partidos. Las nuevas iglesias tienen una base social muy popular que abandonada por católicos por miedo y represión a la Teología de la Liberación terminaron en el cristianismo-evangélico-pentecostal y de entre estas sus variantes como La Luz del Mundo. Entonces lo que políticos y líderes religiosos hacen es un intercambio de mercados uno grande, popular, poderoso y religioso por uno social y político, influyente e impune. La intención no es programas sociales es una política de gobiernos (no de Estado) que buscan sostén al verse evidenciados incapaces.

Hay tres riesgos de mezclar política con religión: en una sociedad tan intolerante como la nuestra inevitablemente genera más violencia. Nos dejan más confundidos y finalmente hace peligrar la libertad de culto porque la reduce a la idea que lo único válido en un político es ser de cualquier creencia cristiana, condenando, prohibiendo y persiguiendo a otras iglesias históricas, agnósticos, escépticos, ateos, creencias indígenas y pos modernas que también tiene derecho a participar en la vida pública. La costumbre de mezclar política y religión no es nueva. La iglesia católica romana desde Constantino inaugurará en occidente esa tradición instaurando dos pilares fundamentales para la iglesia: poder y dinero. Desafiando a la historia las nuevas iglesias solo están siguiendo los pasos de las antiguas iglesias.

¿Qué dice e hizo Jesús al respecto? Durante su tiempo hubo una gran agitación política, así que, no podemos perdernos en cuanto a lo correcto según lo hecho por él. Los judíos estaban divididos políticamente, unos conformes con el dominio romano sobre ellos porque les dejaba riqueza, prestigio y poder político; otros buscaban más autonomía de Roma y, estaban los que vía lucha armada deseaban liberar al pueblo. Puedo identificar 4 partidos políticos (facciones) que coexistieron con Jesús: fariseos; saduceos; celotes y partidarios de Herodes. Jesús fue claro, sus seguidores (y menos apóstoles) no deben tomar partido en asuntos políticos.

Los judíos esperaban que el mesías fuera un dirigente político que los sacara de la opresión romana y creara una nación que reuniera a toda la diáspora. Imaginen una persona que fuera buen orador, que ayudara a curar enfermos y, diera de comer a los pobres. Es imposible que los dirigentes de un partido político no lo busquen para hacerlo elegir como «rey». Eso pasó con Jesús y galileos. Él presintiendo que le pedirían meterse en política se retiró a la montaña –solo- y a su regreso dijo a todos que su ayuda era espiritual no material y que trabajaran por la vida eterna no por los alimentos perecederos. ¿Así o más claro?

La parábola de las minas que Jesús cuenta trata de explicar que no va a fundar un reino terrestre en Jerusalén. ¿Significa qué no hay que reconocer la política cómo una realidad humana? No, pero declara (en su magistral conversación con Poncio Pilato) la neutralidad ante el poder político. Lo refirmará en Mateo 22:16-21.

¿Deben los creyentes participar en política? Según la Biblia hay que dejar que Dios se encargue de las injusticias, corruptos, genocidas y vendepatrias. Yo creo que los creyentes son ciudadanos y como tal deben participar en los asuntos públicos. Pero deben dejar a nivel personal e interior sus creencias religiosas (la salvación es individual)  para dar paso a sus ideas políticas (que gobiernan a todos). Pero lo que vemos en casos como La Luz del Mundo o fanáticos de todo tipo entrados en política partidaria que al articular su discurso confunden ideas con creencias. El uso de la mentira, ataques personales y troles de parte de candidatos de La Luz del Mundo para callar a quienes denunciamos en El Salvador la herejía que usaron en México de usar el voto obediente de la feligresía para ocupar puestos dentro de un partido político y luego llegar mediante pactos ocultos a cargos de elección popular lleva a la política nacional más división, enfrentamiento y violencia política innecesaria como pasó en Costa Rica y pasa en Bolivia, Brasil y México de allí mi llamado al votante en no caer en la trampa de lobos disfrazados de ovejas.

 Corolario:

El homo sapiens-sapiens trae genéticamente una tendencia a la necesidad de creer. Los habitantes pre colombinos eran muy religiosos. La guerra, siembra y religión eran una sola. El cristianismo continuó con esa realidad natural. Por eso creencias y quienes las controlan tendrán siempre un poder sobre la sociedad que deben saber administrar y controlar para evitar guerras internas y entre naciones Jesús lo sabía por eso fue claro al no tomar partido.

Laicidad moderna no implica no tener creencias o prohibir a creyentes optar a cargos públicos como pretenden contra argumentar quienes descalifican –vía troles- burdamente mi lógica democrática de separación de religión y política. Implica no impedir con falsas analogías, racionamiento circular, generalizaciones precitadas o falsos dilemas que otros que no sean ellos opten a cargos públicos.

Puedo inferir que cuando una iglesia se mete hacer alianzas políticas contrario a Jesús que tenía claro la obra que debía hacer en la tierra esa iglesia ha perdido su rumbo. En nuestra realidad mencionar a Dios en la tarima del político da réditos electorales aunque oculte una monstruosidad como dijo el juez californiano sobre Naason Joaquín García.

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Marvin Aguilar
Marvin Aguilar
Analista político, historiador, colaborador y columnista de ContraPunto
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