El pasado 11 del corriente mes y en el marco de una exposición pictórica con el tema de “Zapata después de Zapata” sobre la figura histórica del mítico Emiliano Zapata, en Bellas Artes, en ciudad de México, surgió en torno a uno de los trabajos presentados en el recinto, que muestra al héroe desnudo, en pose sugerente, con apenas un sombrero rosa, tacones, montando a pelo a caballo, el que además exhibe una erección, una curiosa protesta, primero aislada, pero que luego reuniera a varios ciudadanos miembros de asociaciones agrarias y comunitarias, que se apersonaran al lugar a cuestionar tal cuadro, por la supuesta ofensa a la dignidad de Zapata, a la que se sumaran y en el campo opuesto, miembros de la comunidad LGTBI, contra quienes los primeros dirigieran su enojo provocándoles algunas lesiones, sustrayéndoles algunos bienes, lo que derivara que el tema fuera trascolado posteriormente y en otro escenario a una entrevista dirigida al ciudadano presidente, Manuel López Obrador, quien llamara a la calma y a la tolerancia, subrayando el derecho a la libre expresión que el México moderno conquistara.
El meollo del tema gira en torno a lo que en opinión de los protestantes, es un atentado por cuestionar la virilidad del paladín, quien además fuera un probado temerario que siempre antepuso el interés de los desposeídos a la propia seguridad; en suma, un héroe cuyo sitial en el panteón de patricios mejicanos es legítimo.
Lo que nadie duda.
Sin embargo los hechos que deben juzgarse no son precisamente esos, los que sin duda sacarían al propio Zapata una risotada, y quién quizás y en el mejor de los casos, expresaría algún comentario de doble sentido, que sin duda no dirigiría en contra del autor o de quienes defendieran ese trabajo, sino para sí mismo, pues ésa era la naturaleza de su personalidad, de acuerdo a lo manifestado por Ignacio Taibo, biógrafo autorizado del caudillo además de Pancho Villa, junto a Pedro Ángel Palou, académico, articulista, escritor e intelectual mejicano, quién se distingue por la probidad y exactitud en su labor en el acopio de información histórica, y que sobre el tema se habría sumado a lo expresado por el presidente López Obrador (El Excélsior, ciudad de México, 13/12/2019), sumando a lo anterior la necedad que supone distraer la atención en temas de poca relevancia para el legado de ambos héroes, y sí la urgencia de revisar en lo sustantivo, las demandas histórico políticas de las figuras de Zapata y Villa.
Es decir, no solo la protesta esta desubicada, sino las acciones que derivaran y que son un manifiesto de intolerancia sin sentido, dado que los temas que afligen al México actual no difieren sino en contexto, de aquel que viera la gesta y sacrificio de Zapata, en el que la exclusión sigue expresa y manifiesta, la riqueza concentrada y el soberano excluido de ésta como entonces, por lo que la risa de Zapata, sería además un llamado de atención a los mejicanos para recuperar el rumbo.